UN CORAZÓN NORMAL

El hombre ama por naturaleza. Aprende a no hacerlo.

Desde una obra de teatro autobiográfica escrita por Larry Kramer en 1985, pasando por el Off-Broadway y por el mismo Broadway y tras convertirse en una adaptación para la televisión estrenada por la HBO, Un corazón normal llega a la Sala AZarte de Madrid con las dosis necesarias de hechos reales y con la capacidad de llegar al corazón a través de múltiples razones escénicas que conectan con el público en todo momento a través de una historia trasladada desde los años 80 de New York.

Los jueves a las 21.00 horas hay espacio para dar cabida a una historia que, aunque pueda sonar o verse desde una perspectiva muy lejana, sabe mantenerse y golpear con fuerza en los espectadores. Desde una buena presentación que comunica la ubicación temporal de los protagonistas, ayudada por un proyector en escena que presenta hechos circunstanciales, la obra se desarrolla en aumento de pasiones, emergencias, derrotas y logros, que componen un puzzle de argumentos que, aún luchando por el mismo objetivo, no logran confluir acordes. Un corazón normal es una voz principal en conexión con otras, de amigos y amantes, que ruge con fuerza en un pequeño espacio y resuena a un grito de ayuda y de libertad, debido a la cantidad de muertes que acontecen a su alrededor.

Varias maneras de lucha son puestas en escena con la arbitrariedad propia de la pasión humana, llena de miedos, secretos y apariencias, intentando construir una parte de la crisis del VIH en la comunidad gay. Diego Santo Tomás se ha encargado de la adaptación y Jesús Amate dirige a nueve actores que aportan emoción a un momento histórico representando a “todos aquellos que desaparecieron dejando una huella en el corazón de los que se salvaron, de aquella generación perdida que se esfumó sin saber por qué”. Cada uno está soberbio en su papel, intercalándose en escenas divertidas y amargas, sabiendo trasladar la angustia de todos, sobresaliendo el protagonista César Oliver, cuyo trabajo destaca no sólo por la inmediatez física y emotiva que transmite desde que aparece en el escenario, sino porque además, el público siente que su personaje llora, ríe, besa y vive en un espacio de dos horas como si no existiera una obra de teatro sino como si estuviéramos implicados todos y luchando con su misma seguridad y criterio.

La compañía teatral El Bucle, cuyo primer proyecto fue Madhouse, seguido de Los hermanos de mi novio, se ha encargado de la producción de Un corazón normal, que llega por primera vez a España. La obra ha sido prorrogada para el mes de mayo y os animamos a verla porque es una auténtica invitación a emocionarse y a conocer un rincón histórico que hay que vivir y recapacitar para conocer todo lo que consiguieron unas voces que no apenas fueron escuchadas en su día y que ahora tienen la oportunidad gracias a César Oliver, Amaya Halcón, Diego Santo Tomás, Pelayo Rocal, Juan Silvestre, David Simón, Igor Estévez, Jose Guélez y Toño Balach.

La obra narra el inicio de la crisis del VIH en la comunidad gay de Nueva York en la década de los 80. Se centró en el esfuerzo de varios activistas homosexuales y de médicos simpatizantes, que trataron de exponer la verdad sobre la epidemia y solicitar ayuda para combatirla en un país empeñado en ignorar un problema que creían que únicamente afectaba a los homosexuales y al que llamaron “cáncer gay”. Basada en hechos reales.