Ha empezado a llover y estamos en Nave 73. La primera en aparecer es Nahia Láiz. Los Nacho (Redondo y López) se retrasan. Los tres son el trío de Una noche como aquella, de la que ya hemos disfrutado y nos hemos sentado a charlar con los actores una semana después del estreno de su segunda temporada.
Esta triple historia entre amigos y amantes tiene su origen en Microteatro, en Una noche como esta, de la que el público pedía más. En este principio, sólo había una escena, la que es ahora el inicio de la obra actual representada todos los sábados de octubre a las 22.45 horas. “La gente quería saber cómo seguían los tres”, explica Redondo, mientras que López añade que le gustó tanto que fue tres veces a verla. Actualmente, es una de las obras seleccionadas en el 5º aniversario de Microteatro y se volverá a representar del 20 al 25 de este mismo mes.
“Aquella pieza la dirigía David Casas Riesco”, comenta Redondo, “y después se hizo grande y les regalé a Nahia y a Rikar Gil la obra entera como regalo de Navidad. Por circunstancias de trabajo, Rikar y David salieron del proyecto. Contactamos con Nave 73 y nos dieron espacio y estreno en mayo y a partir de ahí entraron Chos y Nacho López”, quien afirma que tenía muchas ganas de trabajar con ellos: “Habíamos coincido en varias ocasiones, nos conocíamos y me apetecía mucho”.
Dos meses largos de ensayos dieron lugar a una noche que cambia las vidas de Patricia, Marcos y Juanlu. “Quedábamos para ir poco a poco pero el proceso fue fácil, sin mucho agobio, muy gustoso y divertido”, comenta López. Nahia añade que “era fácil que saliesen las propuestas porque enseguida nos entendemos, nos llevamos muy bien”. Y tal cual se refleja sobre el escenario, ya que los tres actores parecen disfrutar de sus personajes precisamente por trabajar con estos compañeros, como explica Redondo: “Uno de los secretos de Una noche como aquella es lo bien que nos llevamos a nivel personal, aunque Nacho nunca coja el teléfono. Se nota cómo traspasa más allá de lo que es el texto o las líneas que decimos cada uno. Así lo siento yo y nos lo dice mucha gente también”.
El último en acomodarse como uno de los vértices en esta historia fue Nacho López y nos cuenta así su incorporación: “Creo que la manera de trabajar que yo veía como espectador al ir a verles a Microteatro era esa. Tuve que bajar una segunda vez en la misma tarde para ver de nuevo cómo lo hacían. Y cuando me ofrecieron el papel, uno de mis miedos era crear ese código que ya tenían, de tranquilidad y naturalidad absoluta a pesar de que nos conocemos desde hace bastantes años”.
¿Qué se siente en el estreno de la segunda temporada al volver a ver el teatro lleno?
Nacho Redondo: Miedo porque se crea una expectativa y no sabes cómo va a reaccionar el público.
Nacho López: Yo ya me he relajado de eso. Al principio había algo más de presión y de cumplir expectativas al menos el tiempo que estuviéramos pero ya cuando la temporada pasada teníamos lleno y reestrenamos e igual, te acabas relajando. Si llega una función con 15 personas pues la haremos preciosa para ellos y ya nos plantearemos la vida.
Nahia: Yo siempre salgo muy agradecida. Cuanta más gente venga mejor, evidentemente, pero siempre te sorprende y te alegra. Algo hemos hecho bien y algo está funcionando, más allá de lo que podamos mover o de la gente que conozcamos.
Nacho López: En algún momento el número de espectadores bajará y tendremos que dejar de hacer Una noche como aquella o habrá que hacer otro casting porque nosotros tendremos una edad en la que no podremos hacerla. Si esto dura diez años, tú no podrás seguir haciéndolo y yo tampoco, comenta entre risas y ante la mirada atónita de Redondo al oírle.
En el cine casi nunca suele haber problema para mostrar escenas sexuales en pantalla pero, ¿pasa lo mismo en el teatro? ¿Es difícil mostrar sexo en un escenario y sobre todo, un trío?
Nacho López: Tanto en cine como en teatro, es una coreografía que vas llenando de cosas. Y casi es lo más fácil. Me parecen más pornográficas tres personas que se quieren que tres personas teniendo sexo, porque llaman más la atención.
Nahia: Supongo que lo que cambia es la mirada; el espectador, cuando viene a ver algo en directo, si es muy explícito toca más la sensibilidad, y un espectador cuando ve cine o porno directamente, está detrás de la pantalla. Encontrártelo delante, como sucede en el teatro, supongo que es más delicado. Nosotros a la hora de contarlo, no hemos tenido ningún pudor y sí que hemos cuidado quizás esa posible mirada y sensibilidad con mucha confianza. Esta es una propuesta muy naturalista; cuenta algo que no se ve tanto pero son personajes como las personas de hoy en día, con su trabajo, su televisión, su piso compartido.
Nacho Redondo: La escena culmen de este trío amoroso en texto es muy explícita pero la directora quiso dejar al público con la miel en los labios. Cuando te conoces, cambia todo y cuando no también porque estás trabajando. De repente, hay veces que te olvidas de que estás actuando y es maravilloso. Es como despertarte de una ensoñación y darte cuenta de que hay público. Además, en esta obra hay un punto torpe entre los tres, no saben muy bien cómo ubicarse y creo que no es elegante pero está hecho precisamente para eso.
En Una noche como aquella hay un cuarto personaje, encargado de poner la música en directo; Ana Pi o la chica del parque, que Redondo describe así: “Ha sido un descubrimiento porque en la escritura primaria del guión, había música pero grabada, de transiciones. Chos era amiga de Ana, la escuchó cantar y se le ocurrió que compusiera algún tema para la obra y al final, Ana aporta todo. Se le ha creado un personaje que es la que escucha nuestros monólogos, la que lo ve todo, guarda todos nuestros secretos y a la vez es la que más al margen está”.
Los tres actores hablan tranquilos, se divierten al explicar sus personajes y muestran una confianza envidiable y destacada que quizás hacen aún más especial las noches de representación en Nave 73. Les preguntamos si hubiera sido diferente esta obra si el trío amoroso estuviera compuesto por dos chicas y un chico y los tres asienten a la vez con una sonrisa pícara. López acaba declarando que “hubiera sido mucho más divertido”.
Llegamos a un tema central para ellos por su trabajo y para nosotras como espectadoras; ¿es caro ir al teatro? ¿Qué tenéis que decir vosotros ante la situación actual en la que nos encontramos?
Nacho Redondo: El teatro es excesivamente barato, lo digo como Nacho actor, porque de una entrada que vale 10 euros, el 41% ya se va en 21% de IVA, 10% para autores y 10% para plataformas de venta. Del resto, del 59%, se vuelve a dividir en dos, quedando el 50% para la sala y el otro para la compañía. Y de los 3/3.50 euros que te llega por entrada tienes que dar de alta y pagar al equipo y todos vamos a porcentaje. Es muy barato ver teatro. Pero por otro lado, es caro y estamos viendo cómo ser viable hacer off en Madrid porque a día de hoy no lo es. Hablo desde una dualidad porque la conozco y estamos luchando por un sistema teatral.
Nahia: Lo bonito es dar a conocer esto porque hay mucha gente que no lo sabe. Lo contamos y la gente se sorprende, por ejemplo, de que la alfombra de la obra nos la haya dejado la madre de Nacho Redondo, pero queremos hacerlo bien y nos merece la pena. Así que la gente tiene que saberlo; si vienes y pagas 10 euros, que sepas que has invertido bien, en un producto bien hecho y que se cuida.
Nacho López: No puedes vivir sólo de hacer esto, por lo menos obras de teatros o salas alternativas. Tendrías que estar haciendo cuatro montajes a la vez. Debido al sistema en el que estamos metidos, de la oferta y la demanda, supongo que se tiene que crear una cantidad de público suficiente como para poder abastecer todo. Y creo que lo hay, dadas las salas alternativas y la nueva forma de hacer teatro y se está educando mucho al público pero, aún así, se le está educando también en una cultura del low cost complicada para mantener a una compañía o a un espectáculo.
Amigos casi por obligación de las redes sociales para dar a conocer su trabajo, explican otro de los motivos por los que quieran o no, su autopromoción es importante en palabras de López; “Mientras no se cuente con un presupuesto en mejores condiciones para hacer una inversión en publicidad, nosotros contamos con algo tan rudimentario como pegar carteles, el boca a boca y las redes sociales”, a lo que Nahia añade “y contactos directos”, tan importantes para darse a conocer y mantenerse en un mundo en el que la oferta teatral y cinéfila cada vez es más abundante.
¿Hay oportunidades artísticas para todos?
Nacho Redondo: No hay en general. Hay pero no las que debiera tener un país en condiciones.
Nacho López: Han politizado la cultura porque ahora parece que ésta sólo es de un bando y eso hace que una parte del país la tenga asociada a que consumir cultura nacional, apoyarla o fomentarla es de un bando o de un color político. Somos un arma política y en algún momento la esperanza ha dejado de serlo.
Nos queda tiempo para preguntarles sobre sus próximos proyectos. Nacho Redondo habla con orgullo de su trabajo como ayudante de dirección en Bajo terapia (Daniel Veronese) mientras comparte espacio con Antonio Galeano e Iñaki Ardanaz en el Teatro Lara con la obra En la azotea (Marta Aledo). Nahia tiene pendiente un rodaje y una obra de teatro, además de alguna producción y de “todo lo que venga, que viene”. Nacho López sigue en Los miércoles no existen (Peris Romano) y preparando otra función.
Las risas y la complicidad siguen hasta el final de la entrevista, en la que lanzamos la pregunta de rigor; ¿Qué personaje os gustaría interpretar?
Nacho Redondo: Uno que se calle, que esté en silencio.
Nacho López: Indiana Jones.
Nahia: El próximo que gane un Oscar, puestos a pedir. Pero bienvenido sea lo que venga.
Terminamos hablando de arte contemporáneo; suena el nombre de la artista madrileña Isabel García-Huidobro, amiga de Nahia, de Regresión, de Everest y de los 10 Picassos del Kunstmuseum Basel como las últimas obras que han ido a visitar y a ver recientemente.
Pese a las dificultades actuales, lo tienen claro; “Una noche como aquella va a seguir creciendo. No sabemos ni cómo ni cuándo pero sí y estamos trabajando mucho para que así sea y de momento está funcionando y vamos a por más”, aclara Nahia. Así que esperamos que haya muchas más noches y días para disfrutarles encima de un escenario o en pantalla. Sea como sea, habrá valido la pena defender la cultura ya que, de momento, es de todos.
Fotografías realizadas por María de la Mata
Todas las fotografías de la entrevista aquí
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