Para dejar las cosas en la vida hay que ser valiente.
Las noches en Nave 73 son únicas. Como las obras de teatro que allí se representan. Como si fuera una sala más dentro de todo el circuito madrileño, pero sin serlo, presenta, en Una noche como aquella, lo que parece ser otra obra de teatro sobre el amor, pero de nuevo, sin llegar a serlo. Una noche como aquella no es ni una historia sencilla, no tiene vergüenza para hablar de amor y de sexo y sobre todo, no promete un triángulo amoroso convencional.
¿Un bocata de pelos o boquerones en vinagre para toda la vida?
Recién estrenada la segunda temporada, el pasado sábado 3 de octubre, Nahia Láiz, Nacho López y Nacho Redondo son los encargados de dar rienda suelta a esta relación tan atípica y de defender un trío amoroso que inspira libertad, aceptación y una relación de amistad y amor compartida a tres bandos que puede ocasionar, quizás, algo de envidia sana al espectador si es capaz de entender y saber jugar con la imaginación y la realidad.
¿Cuál es el hueco que ocupa cada uno en todo esto?
Lo real de Una noche como aquella queda escenificado en la peculiaridad de cada personaje; Marcos pone las preguntas, Patricia transmite el mensaje y Juanlu ofrece las respuestas. Y en la fantasía de cada uno, se proyecta parte de la historia sólo sugerida en escena, lo que ayuda a intentar comprender más a estos tres amigos que se quieren con locura y con razón a partes iguales.
En caso de “apretón”, ¿cómo lo hacemos?
Para amarse entre dos no hay instrucciones así que menos las hay para tres. El día a día de estos tres personajes se contrapone en un marcado exterior con música en directo, con guitarra y voz de Ana Pi, en el que aún no son conscientes de la decisión que están a punto de tomar. A partir de una noche cualquiera, en la que no hacía ni frío ni calor y que parecía ser una noche más, los tres amigos van a encerrarse en su propio mundo y en un interior que irán descubriendo poco a poco al resto de gente importante para ellos.
¿Y si salimos del armario?
Las etiquetas sobre sexualidad no existen en esta obra de teatro. No se habla de una definición exacta del amor y no se crea una barrera protectora alrededor de un triángulo amoroso. Se habla de los problemas diarios, de la rutina, de fregar platos y de hacer la comida, de planes y de presente… en definitiva, se habla de tres personas exactamente igual que se puede hablar de una pareja, sin intimidaciones ni rubores, partiendo de la base de la libertad de cada uno y proyectándola hacia niveles que seguro nos gustaría vivir alguna vez. Con humor, con mucho humor y toques picantes que hacen saltar de la silla y emocionarse.
¿Morirías por amor?
El texto ingenioso de Nacho Redondo y la dirección de Chos, que premia a los actores, muestran que para hablar de amor, de amistad, de cotidianeidad y de decisiones y aceptaciones no es cuestión de números sino de corazones.
¿Podemos ser amigos después de todo esto?
Con un antes y un después que marca Una noche como aquella, esta relación entre tres, en la que no existen protagonismos sino sentimientos y verdades, está en constante movimiento; crece con ellos y disminuye en un final que plantea muchas preguntas que no han sido contestadas pero que evocan un sabor agridulce que saber disfrutar desde las gradas de Nave 73.
Patricia, Marcos y Juanlu son tres amigos que se conocen de siempre, de esos que son de toda la vida. Los tres quedan a menudo, todos los días prácticamente, y para que su día a día no se haga monótono inventan juegos que les divierten, les hagan reír y les alejen de sus problemas diarios, pero… Una noche (como ésta o como aquélla) llega el momento en el que el juego se convierte en una realidad. Una noche como aquella habla de amor, del amor a tres bandas, con poco prejuicio sobre ello. Un ‘dejarse llevar’ sin saber a dónde, disfrutando del momento. Los conflictos vienen dados por el lugar que ocupa cada uno en todo esto, de la mirada ajena, de los prejuicios sociales… Los tres amigos tendrán que llegar a acuerdos por y para todo. Diferentes situaciones en clave de humor con un trasfondo emocional que llevará a los personajes a situaciones de las que tendrán que salir con acuerdos a tres.
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Una Noche como aquella es un encuentro sin prejuicio ,en especial de sentimientos .
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El amor contemporáneo se muestra mas real y transparente.
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