Buena noticia es que la danza siga pisando fuerte en Madrid. Una de las culpables es la Sala Cuarta Pared, espacio que iniciará este mes la quinta edición del Ciclo de danza MoverMadrid, apostando por esta expresión artística en una programación regular hasta el próximo mes de julio.
En esta ocasión, Jesús Rubio Gamo será el protagonista de comenzar, con una retrospectiva desde el 2012 al 2022 que lleva por título Placer y esfuerzo en el amor y la danza ya que “siento que estos años de ser coreógrafo y amante en Madrid han sido una búsqueda constante de cómo renovar las ganas”. Así, del 22 al 25 de septiembre, tendremos la fortuna de disfrutar de Acciones sencillas, El hermoso misterio que nos une, Anunciación + Bolero y Ahora que no somos demasiado viejos todavía.
Este bailarín y coreógrafo independiente lleva produciendo sus propias creaciones desde 2008 y sus estudios agrupan ballet clásico, danza contemporánea, teatro y literatura en instituciones. Sus piezas llevan viajando alrededor del mundo por variados festivales internacionales y su aterrizaje en la capital es una de las mejores formas de comenzar la temporada 22-23.
5 bailarines y 3 cantaoras se acompasan en el escenario en Acciones sencillas, pieza en la que la repetición de unos pasos primitivos trasciende los sentidos y provoca que no se pueda apartar la vista y que la intuición hacia lo que vemos tome un lugar privilegiado en la butaca. Clara Pampyn, Olaia Valle, Natalia Fernandes, Raúl Pulido y Diego Pazó son los bailarines que han transformado la poética personal de Rubio Gamo, con especial detalle en el movimiento de sus manos, como recurso que parece parar el tiempo entre movimientos eclécticos, como una danza de Matisse. José Pablo Polo se encarga de la composición musical, arreglos y diseño de sonido. Con su trabajo, concebido a partir del movimiento ya creado, construye un universo de punto y seguido a partir de 2 canciones populares reinterpretadas, palmeadas y percusionadas por Paz de Manuel, Blanca Paloma y Desiré Paredes, que suman un ritmo flamenco que se convierte en salvaje y ritualista.
El hermoso misterio que nos une es un solo en el que la música de Bach acompaña y guía al único intérprete en escena. ¿Qué es soledad? Para llenar el mundo basta a veces un solo pensamiento. Estos versos de Rosalía de Castro fueron los que inspiraron al bailarín en esta danza que empezó a gestarse a finales del 2017 y que, durante la pandemia, cogió materia para su estreno el pasado año. “Durante el confinamiento, entendí que era el momento perfecto de darle una forma definitiva, de recoger esas materias trabajadas y de tomar ese tiempo de introspección absoluta. La esencia de lo que iba a ser se ha mantenido más o menos como era desde el principio, con la idea del torrente de movimientos y acciones y de un cuerpo que se encuentra con otro lleno de pensamiento y reflexiones, hasta llegar a generar diferentes uniones con un final musical en el que ya no es necesaria la palabra”.
Las piezas Anunciación + Bolero se juntan en forma de díptico. Anunciación fue estrenada en 2012 y diez años después, Jesús decide revisitarla y reducirla a lo que considera esencial. Dos bailarines, ahora serán Alberto Alonso y Tania Garrido, ejecutan una secuencia de acciones en unísono y a cámara lenta, intentando sincronizar los ángulos de sus movimientos, la curvatura de sus espaladas, la elevación o la caída de sus ojos. También todo lo que está por dentro del cuerpo: el latido, el entrar y salir del aire e incluso la emoción que va aflorando de toda esa movilidad que sostienen en el tiempo. Bolero trata sobre la obstinación, sobre el límite entre lo ligero y lo grave, sobre el tránsito entre el placer y el agotamiento. En este dúo de 15 minutos suena la partitura original de Ravel y los bailarines son Clara Pampyn y Alberto Alonso. Se diferencia de su otra gran propuesta Gran Bolero (que en este ciclo no se verá) en que esta es una extensión de la anterior que dura 50 minutos, cuenta con la composición musical de José Pablo Polo y es una coreografía para doce bailarines (6 de Madrid y 6 de Barcelona).
Ahora que no somos demasiado viejos todavía es un solo autobiográfico en el que aúna sus dos grandes pasiones: la danza y la escritura. Trata sobre su situación en 2016: “sobre Madrid, la gente de su alrededor, sus deseos y expectativas; y, sobre todos, esos paraísos perdidos en los que una vez creímos y a los que todavía les seguimos bailando”. Creado a medio camino entre salas de ensayo y bibliotecas, es un diario íntimo sobre el paso del tiempo, un trabajo en el que la crudeza de lo cotidiano sirve para retratar el espíritu de su generación.
Con esta retrospectiva dedicada a Jesús Rubio Gamo, Premio El Ojo Crítico y Premio Max en 2020 y finalista en los mismos este año, la Sala Cuarta Pared destaca la trayectoria y evolución de este creador madrileño, apoyando así su excelente momento creativo, en el que también dos textos de sus obras han pasado ya por la imprenta. Bajo la edición de Antonio Fernández, el número 76 de la colección Pliegos de Teatro y Danza recoge las palabras de Ahora que no somos demasiado viejos todavía y El hermoso misterio que nos une.
Más danza
Más teatro