Escrita en 1930 por Bertolt Brecht, La excepción y la regla se representa estos calurosos días madrileños en el Teatro del Barrio. El primer montaje de La Extraña Compañía llega cargado de vitalidad social, empeño por conseguir mucho desde una sencilla propuesta y con la carga necesaria para seguir luchando en los tiempos en los que tantas guerras e injusticias siguen dominando el mundo.
Catalina Lladó dirige este montaje protagonizado por tres mujeres que desarrollan una historia en la que vernos reflejados y reflejadas desde un elemento tan icónico, a nivel literario, como es la realización de un camino, un desierto atravesado por una comerciante, una guía y una porteadora, cada una con papeles intermitentes y que cruzan límites. La nitidez de esta andadura se establece por diferentes códigos visuales, auditivos y metafóricos que ofrecen al público varios puntos extras con los que disfrutar a cada paso.
Las huellas las van dejando Belén López-Valcárcel, Berta de la Dehesa y Ana Migallón, un trío, un grupo, un armazón cuyas voces retumban para no dejarnos indiferentes. En su carrera, se entremezclan los datos personales y sociales de cada personaje, dejando al descubierto pequeñas narraciones con la fuerza de frases y pensamientos fuertes, interpretaciones que palpitan y corrosivas críticas que parecieran valer en cualquier viaje en el tiempo.
La parte musical y más original la ponen en escena Alba Flores y Juan Sánchez. La banda sonora creada por Clara Brea acompaña y dialoga con cada cruz del mapa marcada en esta obra, ocasionando una ventaja sonora más que sorprendente y acogedora. En paralelo, la elegante y sutil escenografía de Aylin Vera (Sawu Estudio) y el llamativo y artístico vestuario de Ernesto Artillo aumentan el impulso de abrir los ojos y dar voz a situaciones que tanto se parecen a las mostradas en el escenario, arrojadas también por la iluminación de Pablo R. Seoane (La cía de la Luz).
El carácter didáctico está presente continuamente y la labor de enseñar para hacer pensar tiene en La excepción y la regla matrícula de honor, consiguiendo el objetivo que persigue esta compañía: “entretener y reflexionar en común sobre la necesidad de rescatar la fraternidad en un mundo de humanidad deshumanizada”.
‘LA EXCEPCIÓN Y LA REGLA’ nos acerca la expedición que emprende una comerciante extranjera, junto a una guía y a una porteadora locales a quienes contrata para cruzar el desierto de Mongolia con el objetivo de descubrir unos pozos petrolíferos. La carrera por llegar la primera dejando atrás a los competidores y la dureza del desierto se ven mezcladas con las diferencias culturales y sociales entre ellas, la desconfianza y el miedo, lo que pondrá a los personajes en situaciones límite.
La Extraña Compañía observa esta historia, la relata y la repiensa, componiendo para el público un paisaje de contradicciones humanas. Una invitación a dudar con nosotros y sobre nosotros mismos, a extrañarnos y, principalmente, a divertirnos. ¿Es posible la justicia en un mundo con desigualdades sociales?, ¿puede el miedo justificar la violencia?, ¿hasta dónde explota el ser humano a la naturaleza y a su propia naturaleza por ambición?
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