Llega el día del estreno de Flor(es). Cualquier lugar, cualquier mujer enmarcada en un mes en el que hemos hecho historia. Voy acompañada de una actriz y detrás de nosotras, las tres dramaturgas de esta obra se han sentado ya con el nerviosismo del primer día de exhibición. Inma Chacón, María Prado y Carmen Losa se preguntan si alguna ha podido ver algo del montaje. No han visto nada. Las luces se apagan poco a poco.
“No queremos flores, ni joyas, ni adornos. No queremos piedras preciosas que compren nuestra felicidad con colores y brillos”. Salen a escena las 21 mujeres interpretadas por Aida Villar, Carmen Valverde, Luna Paredes y Carmen Bécares. Es el primer montaje que hacen juntas pero su experiencia sobre el escenario es, precisamente, lo que les ha unido. Cuatro mujeres emprendedoras, que un día, en camerinos, se dieron cuenta de que compartían un mismo deseo, han unido fuerzas y voces para sembrar Flor(es), obra con la que se presenta La espera producciones.
fotografía de DiaMar
El Festival Ellas Crean en Conde Duque acogía el pasado 6 de febrero el estreno absoluto de Flor(es), siguiendo su camino el fin de semana del 10 y 11 de marzo en Nave 73. Ha dado igual que algunas historias que cuentan sean reales y otras inventadas porque la invisibilidad sufrida en el pasado y por la que seguimos luchando en la actualidad se han dado cita de manera original, valiente y sin prejuicios. Somos el pasado que no pudo ser lanzado en voz alta y que ahora ha sido mostrado en un escenario. Únicamente caben aplausos de agradecimiento hacia el equipo que lo ha hecho posible con una ternura y un equilibrio muy positivos.
fotografía de DiaMar
“No solo somos madres, no solo somos esposas, no solo somos cuidadoras. Somos ciudadanas, campesinas, trabajadoras, artistas, artífices, inventoras, directoras… somos mujeres, somos seres humanos”. Gracias a unas interpretaciones que parecen la vívida imagen de muchísimas familias, esta producción no baila entre grandes alabanzas a un tiempo perdido ni condensa necesariamente a buenos y a malos sino que constata, de manera directa, que nuestras generaciones de mujeres han estado más presentes de lo que pensamos y que sólo hay que plantar flores para que den frutos, para que el luto no vuelva a quedarse pegado al corazón.
fotografía de DiaMar
Flor(es) cuenta con el apoyo del Teatro de La Abadía, a través de la concesión de una residencia artística a la compañía, donde se ha gestado y desarrollado todo el proceso escénico. El equipo se completa con la dirección de Miguel Cubero, la colaboración en la dramaturgia de José Ramón Fernández, Nuria Martínez en el diseño de vestuario y escenografía, junto a Miguel Cubero también, Eduardo Aguirre de Cárcer en la asesoría y creación de música y espacio sonoro y Raquel Rodríguez en el diseño de iluminación. Además, el espectáculo cuenta con la asesoría de producción de Rosario Ruiz Rodgers, cofundadora de Teatro de la Abadía y actual coordinadora de su centro de formación, la fotografía de DiaMar, el diseño gráfico de brevisART, la asesoría de producción de Slalom Producciones y la comunicación y prensa de Beatriz López. Todo este trabajo ha dado como resultado un homenaje, una mirada atrás para afrontar lo que venga, en medio de una escenografía acogedora, en la que nos damos cuenta de que cada detalle hace el camino y sirve para proyectar a todas esas mujeres que han bailado en la pista de la vida, las que se quedaron sin hacerlo porque nadie las invitó, las que bailaron solas y las que deciden no hacerlo.
fotografía de DiaMar
La Espera Producciones, a pesar de lo que su nombre pudiese indicar, no se quedó quieta y este grupo de actrices guerreras decidieron sacar adelante una obra que ayudará a entender el pasado y completará nuestro presente. Como compañía teatral, su compromiso se basa en una apuesta por un teatro honesto, riguroso, que trabaja exhaustivamente la palabra y busca textos de calidad, especialmente de nuestros dramaturgos contemporáneos, ofreciendo un espectáculo comprometido con la sociedad.
Historias que sucedieron, suceden, en cualquier lugar y a cualquier mujer. Mujeres anónimas. Mujeres de ayer que sostuvieron todo a su alrededor en un momento tan crucial y desestabilizador como una guerra y su posguerra. Mujeres de hoy que remueven la memoria, escarban en la tierra y recuerdan el pasado para revivirlo o para reinventarlo. Mujeres que se lanzan al futuro para volver a plantar… a plantar más flores.
Más Flor(es)
Más teatro