Con E.V.A., T de Teatre celebra su 25 aniversario como compañía y nos invita a reflexionar sobre el dolor. En escena, es una obra que muestra varias historias entrelazadas bajo la impecable dirección de Julio Manrique y que habla de varias dolencias agudas y cotidianas que acontecen en la vida de cuatro mujeres. El Pavón Teatro Kamikaze acoge este montaje en Madrid hasta el 11 de marzo.
Fotografía de David Ruano
E.V.A. es la escala visual analógica del dolor, una línea dividida en diez puntos que sirve para medir el grado que experimenta un sujeto determinado. A la vez, E.V.A. es la historia de cuatro mujeres desde un presente que viaja hacia el pasado compartido. A través de cuatro modos de vida – actriz, anestesista, madre soltera y agente de la propiedad inmobiliaria – también nos damos cuenta del viaje individual de cada una y del esfuerzo que supone el encuentro colectivo ya que, gracias al diagnóstico individual, el puzzle está pactado y lanzado al espectador para que descubra por sí mismo la cantidad de posibles posiciones y perspectivas desde las que la vida puede lastimar.
Fotografía de David Ruano
Físico, crónico, somático, neuropático, vital, moral, cotidiano, del alma… el dolor se puede presentar en cada uno de nosotros desde tantas puertas como queramos dejarle abiertas. Para mostrar todo esto y desde una negrura casi imposible de imaginar, la densidad de cada historia se va dibujando en planos paralelos sobre un mismo espacio, que se desborda gracias a un trabajo sobresaliente condensado en un pequeño universo expandido.
Fotografía de David Ruano
La dramaturgia de Marc Artigau, Cristina Genebat y Julio Manrique navega por una aceptación clave que permite disfrutar desde el primer minuto desde la butaca. Asistimos a un drama pero nos reímos. Vislumbramos aflicciones y nos identificamos con ellas. Cambiamos de ciudades, pero no importa. Descubrimos secretos y seguimos queriendo otros. Y, sobre todo, escuchamos hablar del dolor y deseamos que se hable más alto.
Fotografía de David Ruano
Resistente, poética e inspiradora. Así podría describirse la actuación de Rosa Gàmiz, Carolina Morro, Marta Pérez, Carme Pla, Albert Ribalta, Jordi Rico y Àgata Roca. No hay analgésicos ni morfina suficiente para dibujar un dolor a medida de cada una de las actrices. En realidad, el público no lo quiere. Y, por esa sencilla razón, hay un equipo de actores que se sube a un escenario y se deja abrir en canal sobre una camilla exponiendo puntos clave dañinos a los que aferrarse para continuar.
Fotografía de David Ruano
E.V.A. es una coproducción de T de Teatre, Grec 2017 Festival de Barcelona y Teatre Romea, con el apoyo del ICEC (Generalitat de Catalunya). La escenografía de Alejandro Andújar juega un papel importante e imponente, ya que es lo primero que advertimos. Queda en la memoria. Palpita en las historias y ayuda a que se entrelacen y crezcan. Qué difícil encender tal bengala en un teatro. Qué bien conseguido. De la mano van, entre otros, el vestuario de María Armengol, la iluminación de Jaume Ventura que parece un eclipse inserto en un teatro, la música de Marco Mezquida, el sonido de Damien Bazin y el vídeo de Francesc Isern, con esa llamada de atención tan tecnológica, atractiva y cinematográfica. Como todo lo que aparece en escena. Como cada plano que nos llevamos en la cabeza. Una punzada de dolor, una alegría teatral.
El dolor puede adoptar mil y una formas, desde la física hasta la espiritual. Nos lo cuentan las cuatro protagonistas de E.V.A., pieza teatral en forma de comedia dramática con la que la compañía T de Teatre celebra sus 25 años sobre las tablas.
Más teatro
Muy buen teatro y para comprender el dolor físico y espiritual.
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EVA, mUY BUEN TRATO PARA SENTIR Y COMPRENDER EL DOLOR FÍSICO Y ESPIRITUAL.
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