Primero fue la excusa de la cabra y su brutal y caprichoso sacrificio desde un campanario en Desde aquí veo la plaza sucia. Después, deshidrataron el gran escándalo de la selección española de baloncesto paralímpico, cuando consiguieron una medalla de oro sin tener ningún discapacitado en el equipo, y lo transformaron en Herederos del ocaso. Y el pasado jueves 12 de octubre, la trilogía Crónicas ibéricas comenzaba su final con la presentación en la Sala Mirador de Algún día todo esto será tuyo, desmigando los últimos días del presidente de El Corte Inglés.
Club Caníbal sigue haciendo lo que mejor sabe; extraer de la realidad los destacados puntos de lo que parece ser ficción y trasladarlos a un escenario, con la forma de un montaje ágil en personajes, crítico en acción y pensamiento y lo suficientemente inteligente para desarmar el concepto “español”, en general y en particular. Además, tienen la virtud de arrojar una actitud descarnada que abofetea al público con lo que más nos gusta; el humor agridulce, salvaje y desposeído de cualquier límite emocional.
Cartel de Fratelli Moca
Con el objetivo de “navegar en las aguas del capital español” y de investigar “cómo se construye, cómo se comporta y cómo influye en los medios de comunicación, en la política, en nuestro día a día…”, este nuevo montaje vuelve a construir, en espacio y tiempo, una sintonía cargada de humor, de debate y de divertidas atrocidades encarnadas en diferentes personajes, que son el ingrediente secreto para cimentar un recorrido sublime. Font García, Vito Sanz y Juan Vinuesa se la vuelven a jugar con sus infalibles aliados, entre los que podremos reconocer a célebres figuras, desfiguradas pero vueltas a encontrar gracias a tres actores que se arrojan al vacío con todo lo que tienen, disparando su arsenal de peripecias escénicas desde cualquier punto de vista; hombre, mujer, niño o adulto y ubicándose desde donde haga falta. Bajo una escenografía cortinavideña, todo es posible en el universo de esta compañía que se atreve a hablar desde la disección patriótica y almidonada de nosotros mismos.
Cartel de Fratelli Moca
La dramaturgia y dirección de Chiqui Carabante vuelve a poner el énfasis en un pasado oxidado en el presente, crucial para saber indagar en el primer planteamiento que nos invita a inhalar y con el que nos dejamos llevar enseguida, gracias a un montaje completado por un diseño de luces exquisito de Nerea Castresana, el ingenioso vestuario de Salvador Carabante, con el que un simple elemento disfraza completamente, y la música inconfundible y tan necesaria de Pablo Peña.
Cartel de Fratelli Moca
No vayáis a ver la obra Algún día todo esto será tuyo de Club Caníbal cuando vuelva a los escenarios. No vayáis a verla porque se os va a descolocar hasta el corazón de sitio de tanto reír, vais a querer quedaros toda la noche en el teatro aplaudiendo y vais a necesitar pedir permiso hasta para respirar de toda la gente que va a ir a verles. Porque este broche infinito que han dado a su trilogía Crónicas Ibéricas en La Sala Mirador demuestra, una vez más, que no hay otro equipo que supere el TEATRO con el que juegan hasta hartarse y con el que descuartizan una historia hasta dejarse las carnes abiertas delante del público.
En su lecho de muerte, a Don Ramón Areces se le mezclan los recuerdos de infancia con sus andanzas en Cuba y las ofertas de Navidad que se escuchan por la megafonía de su gran empresa.
Abrumado por su pasado, Don Ramón pasea por sus recuerdos tratando de encontrar su último anhelo: una metáfora que haga justicia a su persona y le convenza de que es diferente al resto.
Una metáfora perfecta que resuene en el entierro del supuesto fundador de El Corte Inglés.
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