Tras la resaca artística que viene después de lo que muchos llaman La Semana del Arte en Madrid de la polémica que ésta suscita en redes sociales y medios de comunicación sobre los artistas, el mercado del arte y otras cuestiones de diversa índole, el balance siempre suele ser el mismo; obras controvertidas, ¿Cuál es el futuro de las galerías de arte?, ¿Hacia dónde va el arte contemporáneo?, etc.
Sin embargo, y dejando a un lado estas manidas reflexiones, lo cierto es que no deja de ser una gran oportunidad para descubrir y seguir la evolución de grandes promesas del panorama artístico nacional e internacional y, por qué no, empacharnos de los que más nos gusta: el arte.
Las dos grandes ferias por excelencia son Art Madrid y la conocida ARCO. No obstante, Madrid es sede de otras muchas ferias que, aunque no gozan del mismo reconocimiento de estas dos, ofrecen a los amantes del arte la posibilidad de disfrutar de grandes artistas o de propuestas muy interesantes como la de la feria Urvanity, imprescindible para los amantes del arte urbano o FLECHA, en la que participaron más de cincuenta artistas de todo el mundo.
Es precisamente en esta última en la que fueron pocos los artistas que ofrecieron algo rompedor. Pero, contrariamente a lo que podamos pensar, no siempre lo rompedor es sinónimo de éxito o de calidad, ni mucho menos.
Eduardo Query. Feria FLECHA 2017
Destacaremos la obra de varios artistas que participaron en la feria. Eduardo Query presentó sus collage en madera y grafito uniendo una vez más la labor artística con la artesanía, dotando a sus obras de textura y elegancia. Las acuarelas de Íñigo Lizarraga, de paisajes urbanos, suponen un fantástico ejemplo de cómo una técnica como la acuarela puede seguir fascinando a los espectadores sin necesidad de recurrir a discursos incompresibles o pretendidamente complejos que se quedan en verborrea vacía.
Otros de los artistas a destacar son Leticia Felgueroso y Belén Muguiro en fotografía, las piezas de acero recortado de Krum Satanoev en la serie de Jardines Secretos de Menchu Uroz, cuya pintura es un delicado tributo a la mujer y su mundo interior con un cuidado simbolismo que nos hace pensar en artistas como Klimt o Mucha.
Acabó el pasado domingo, pero nos sirvió para confirmar que los buenos artistas lo son, independientemente de su técnica o de si hacen lo que el público “entendido o no” pretende y espera que hagan. No importan los discursos que elaboren o dónde expongan porque lo que cuenta, nos pese o no, es que algo en ti se mueva por dentro cuando te paras ante sus obras y, al menos conmigo, ellos lo han conseguido.
Belén Muguiro. Feria FLECHA 2017
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