BROTADA

Brotada cambia de escenario y se representará en el Teatro del Arte los días 7, 14, 21 y 28 de enero a las 19:00h.

Iván Bilbao ha puesto en marcha y sobre escena una trilogía teatral que comienza con Constelaciones familiares, pieza que se complementa con Brotada y Ataraxia. Escritas y dirigidas por el autor, son obras protagonistas en el circuito off de Madrid y representadas, las dos primeras, en Nave 73. Abordando la locura como casi una necesidad, Brotada busca una inquietud oculta que se reparte en dos magníficos intérpretes.

Con la nueva incorporación de Fede Rey y junto a Silvia Vacas, estos dos actores son capaces de estirarse hasta dar lo mejor en el escenario. Las sensaciones, los gritos y la algarabía de Vacas es recogida y reflexionada por un Rey que baila a su compás, que sirve de complemento perfecto a su paso. Igual que su personaje, parece dejarlo todo para acomodarse a su compañera, para darle el espacio necesario y tirar de ella, en momentos clave, y seguirla el juego, acercándose en otros. El tiempo de espera de Ana es el de Edu, esa ave fénix que resurge gracias a una rabia interna que sabe mostrar el actor sin enredos, como esperábamos que hiciera y superándose.

Moviéndose entre risas y asistiendo a una parte dura en esta historia, a veces acelerando la acción, otras veces casi en pausa, Brotada nunca pierde el ritmo, mostrando una cadencia que sorprende por la cantidad de preguntas que llegan desde un primer momento al espectador. Además, las identidades son una constante en la obra, pues el discurso de cada personaje es el que le va construyendo, indagando en lo que podemos entender por locura y por amor.

Edu y Ana son parte uno del otro pero no de la manera que cada uno cree. Son las esquinas en las que necesitan esconderse y a la vez de las que necesitan auxiliarse. El texto de Bilbao es un ovillo de drama que va deshaciéndose y ahogando cada vez más. Lo sabe el público y así lo perpetúan sus personajes. Brotada es una historia que se va construyendo hacia el pasado pero que tiene la inteligencia de influir en el futuro de ambos, con un irresistible final que va llegando lento, silencioso pero cautivador al fin y al cabo.

El equipo técnico se completa con Lita Echevarría como ayudante de dirección y habiéndose hecho cargo de una escenografía paciente, que rebosa en todos los espacios y ha sido configurada para, sin duda, alegrar al público al entrar en la sala. Leila Baida ha estado a los mandos de la producción y comunicación y Leyre Sellés y Natalia Mirón han sido las responsables del estilismo, que seguro os va a resultar sutil pero bien pensado para acompañar a Edu y a Ana.

Edu ha olvidado su vida para que Ana pueda recordar la suya. A diario se repite la misma historia; Ana recuerda unas cosas y otras no. ¿Alguna vez has sentido que a quien más quieres se desvanece delante de ti en un parpadeo? Un día te despiertas, no sabes con quién has dormido, ayer lo sabías, mañana tal vez lo sepas, pero hoy no lo sabes y se convierte en una carga. ¿De dónde vienes? ¿Dónde estás ahora? ¿A dónde vas? Edu quiere cambiar, Ana siente que no tiene identidad y quiere saber más, siempre quiere más.