PODERES EXTRAÑOS

La obra Poderes extraños vuelve a los escenarios madrileños. Se representará, desde el 26 de diciembre, en la sala Lola Membrives del Teatro Lara.

La Sala AZarte acoge desde el pasado sábado 4 de junio la obra Poderes extraños, de Guillermo Laín Corona, presentada por La Corrala en forma de tres charlas de “vidas e ideas robadas de amigas (y algunos amigos) que corralean por Madrid y se exilian por el mundo”.

El autor y director, Laín Corona, pone en escena los neo-machismos que “siguen puteando a las mujeres” y que adaptamos y adoptamos todos en nuestro día a día. Nos pasan desapercibidos, quizás contribuimos a ellos y en la mayoría de las ocasiones, los dejamos pasar de largo sin que sepamos que nos invaden más y más cada día. Esta obra acentúa una culpa que todos debemos compartir. La protagonista no es una mujer por casualidad y seguramente, entre el público, todas nos vimos en algún momento reflejadas, ya fuera por alguna palabra de sus conversaciones o actitudes hacia los dos sexos.

Laura Río y Carolina Olmedo trabajan en perfecta sintonía en Poderes extraños, ofreciendo una sutil pero directa reflexión tanto del machismo acosador que nos rodea y que no para de crecer como de la pasividad que en muchas ocasiones (nos) imponemos. Ambas actrices están impecables en sus personajes y enseñan con su actitud mucho más de lo que dice el sublime texto de la obra. A su lado, y desempeñando varios roles masculinos Rafa Salazar y Quim Ramos son el contrapunto, el escenario ritual sobre el que bailotea el tema central de la obra y que tan amargamente identificamos con la realidad.

A pesar de criticar y exponer los síntomas de una enfermedad social que nos viene dada históricamente, después de disfrutar de Poderes extraños, bien podría decirse que los papeles vistos en la Sala AZarte pudieran ser intercambiados. Es cierto, como bien explica la protagonista, que un hombre no tiene derecho a decirle lo guapa o lo fea que va un día por la calle, igual que debería funcionar a la inversa. Es por ello que la reflexión de esta obra no recae simplemente en la denuncia de los micromachismos actuales sino que va mucho más allá y señala directamente a los y a las culpables de que sigamos insertos en esta situación tan difícil.

Ojos verdes de Valverde León y Quiroga, Un ramito de violetas de Cecilia y Poderes extraños de La Bien Querida son las tres canciones que acompañan a estos personajes y que interpreta tan segura y elegantemente Carolina Olmedo. Desde que entona la primera palabra, hace que el público caiga rendido a sus pies de manera incontrolable; no es sólo por su belleza, ni por la soltura que desprende, sino por todo ello y la tremenda sensación de poderío a desasosiego que transmite, al compás de la evolución de la obra.

Según la protagonista, Laura Río, Poderes extraños es “una dramedia donde ponemos voz y música al micromachismo, tan sútil y tan presente en nuestras vidas”, y nosotras añadimos que es una obra de teatro con un texto poderosamente inteligente, unas palabras incómodas para todos, unos actores fantásticos en diferentes situaciones y unas voces que deben hacernos reaccionar YA.

Silvia es una joven profesional como tantas en estos días inciertos, con sus más y con sus menos en lo personal y en lo laboral. Un día parece que todo se le vuelve en contra. Mientras se lo va contando por teléfono a una amiga, se precipitan sus infortunios en escena, a tal velocidad, que parece de coña, y con una sola esperanza de que no le toquen más los fogones.