Empezar curso en septiembre siempre es sinónimo de comenzar un año nuevo lleno de actividades culturales de las que disfrutar. Nave 73 renueva su programación con más actividades, más teatro y más conciertos. Aunque hayamos pisado ya este espacio varias veces, siempre nos dejamos llevar por todo el arte que se respira desde su cafetería, pasando por las exposiciones de sus paredes (en las que descubrimos, entre otros, a la artista Adriana M. Berges) hasta llegar a su sala principal, en la que el pasado viernes se estrenó No estamos together con las entradas agotadas, bajo el texto y la dirección de Nacho López Murria, quien ya se había encargado de esta pequeña obra de arte hace un par de años en Valencia.
La vida es una película de amor. Pero como no sabes qué personaje te va a tocar ser, esperas y esperas y vuelves a esperar a ser protagonista, a destacar por algo que te haga diferente sin sentirte culpable. Así es la vida de los artistas Sam y Eme, como la vida del actor que tanto aguarda en una sala o detrás de las cámaras a que la escena se termine de iluminar y de encuadrar hasta que ellos tomen el relevo. Y en todo ese proceso creativo y personal, existen personajes secundarios, que a veces rellenan y otras acompañan y complementan a los principales, como son Rafa (José Sospedra) y Julia (Ana Dachs), en este caso, que aportan la comicidad suficiente y el optimismo necesario con el que aprender a comportarse en la vida cuando una pareja se rompe.
Y así es como empieza No estamos together, como un guión mordido de la realidad pero en el que la imaginación arranca en los personajes una valentía extraordinaria a través de la que recorrer sus sentimientos y su razón. Si la comunicación entre una pareja es algo clave en una relación, esta obra nos propone añadir el significado que tiene la comunicación después de una ruptura, cuando se descubre, a la fuerza, una soledad en la que ninguno de los personajes se siente cómodo pero hace lo que puede por luchar y desquitarse de ella y necesita gritar «arriba con la vida».
No estamos together es el primer proyecto para LAA Producciones, de la mano de Aitor Caballer y Alba Bayarri, o lo que es lo mismo, Sam y Eme, que se atreven a implicarse de lleno protagonizando esta historia que puede sonarnos familiar por momentos y mágica en otros, gracias a los paseos de la encantadora figura escénica interpretada por Sandra Martín, escribiendo y describiendo en el suelo las diferentes escenas en las que se divide esta historia. Maydiremay se encarga de poner música en directo y de hacer algunos guiños de complicidad con sus compañeros e indirectamente con el público, que se encuentra llevado a la deriva por su guitarra y su voz.
Si estamos solos o no sólo depende de nosotros mismos y de saber encajar los buenos y los malos momentos de la vida, como hacen Sam y Eme, como nos pasaría a todos en su misma situación. Desde un primer momento supimos que íbamos a ver algo original y llamativo, quizás con tintes cinematográficos, gracias a las ilustraciones que sirven de presentación de No estamos together, de Belén Segarra y Mikko, y por esos “créditos finales” que inundan el escenario al termino de la obra.
Sinopsis: Sam y Eme son artistas y también son expareja. No saben qué es más difícil, si la recomposición de su nueva vida separados o caer en las garras de la melancolía. Lo que sí tienen claro es que para avanzar hay que relacionarse. Relacionarse está bien. No estamos together es el cuento de cómo dos seres indefensos y estridentes que se aman, intentan superar su ruptura adaptándose a la vida “en soledad”. Y decimos “soledad”, entre comillas, porque no están solos. Los dos, irán cubriendo sus necesidades, encontrándose con otros personajes, de los cuales, aprenderán que la soledad, no es tan mala como la dibujan.
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/Que bueno/ Tenemos que distinguir que una cosa es estar solo y otra vivir en soledad ,que nos ayuda a pensar a crecer y a amar.
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