Desde el pasado 29 de septiembre, se puede ver en el Espacio Ibercaja Delicias una exposición sobre el creador de piezas tan icónicas como Beetlejuice o La novia cadáver. Este no es otro que Tim Burton y, en esta ocasión, junto al equipo de LETSGO, quienes nos invitan a entrar y formar parte de su único y propio universo. ¿Te atreves?
La muestra, cuyo título es Tim Burton. El Laberinto, es una travesía encantadora y llena de emoción por la que se realiza un recorrido por unas 15 salas en las que se siente y se respira la esencia del director estadounidense hasta en los detalles más pequeños. La idea, que partió del equipo de LETSGO con Iñaki Fernández y Felype de Lima a la cabeza, consiste en poner al público como protagonista y que sea él, solo guiado por sus propias decisiones y el azar en momentos determinados (como ocurre al principio), el creador de su propio viaje a la obra de Burton. De esta manera, lo clásico se vuelve contemporáneo y se convierte en un camino inmersivo en el que aprender, disfrutar y divertirse.
Durante la travesía, se podrán ver dos tipos de obras: el primer es el grupo que forman las estatuas de artistas falleros que recrean varios personajes de toda la filmografía del director y que harán las delicias de cualquier fan. El segundo grupo son las 200 piezas originales de Burton situadas en las paredes de cada sala entre las que hay dibujos, pinturas, animaciones y fotografías; algunas de ellas inéditas. Todo ello aderezado con algo de cartelería que hace que la experiencia sea bastante completa.
La gran mayoría, de uno u otro modo, de las obras de Burton están representadas en este gran trabajo al que él ha dado todo su apoyo, como se pudo ver al hacer acto de presencia en la inauguración de la misma. No faltan el sombrerero loco de Alicia o el traje de Willy Wonka (enlazado con el musical sobre su historia que se lleva a cabo en la carpa de al lado de este espacio Delicias), llegando a haber lugar para otras figuras menos tratadas por el espectador casual como son los payasos o el fenómeno UFO.
Como todo buen laberinto, tiene sus propios artificios. Uno de ellos es que, en una única visita, no se puede ver todo el recorrido, dejando la experiencia huérfana en cierto sentido y necesitada de revisitar una vez más. Otro es que está pensada para público general, pero con admiración hacia Burton, ya que la falta de información es notoria y alguien ajeno a la obra se perdería, de manera literal, en el recorrido.
Y es que la idea no es hacer una retrospectiva del director, sino un viaje al cerebro y alma del mismo para ser un personaje más en su universo.