Madrid en Danza finaliza esta semana su 37ª edición. Y lo hace por todo lo alto con el estreno en España de Story, story, die, una pieza clave para entender las relaciones sociales, a nivel personal y tecnológico. La Sala Verde de los Teatros del Canal acoge durante dos días interrumpidos el montaje del artista noruego Alan Lucien Øyen para conectar y exprimir la interdependencia que cohabita entre la mentira y el amor.
La compañía Winter guests arriesga en escena y muestra una potente propuesta en la que el movimiento es excusa para preguntar, exaltar y alterar con mucho estilo la clase de vida tecnológica que llevamos y que ya se asocia, indiscutiblemente, a las personas que somos y representamos, queramos o no, en el mundo.
Siete bailarines protagonizan esta reflexión sobre cómo buscamos la aprobación de los demás, en un intento fugaz de resistir y depender de un “me gusta” o una palabra de aceptación. El efecto es una danza visceral entre la propia vida y la muerte, un estudiado diálogo entre las apariencias y el interior más pudoroso, en el que también tiene algún efecto el arte cinematográfico para sorprender al público.
Story, story, die es un aviso y un canto a modo de chaleco salvavidas conmovedor y honesto en el que un grupo de bailarines bien podría ser una muestra actual de nuestras vidas diarias, de nuestras más crueles mentiras puestas a trasluz en un megáfono e incluso de los propios abusos que acometemos con el objetivo que la sociedad nos impone en el camino del éxito y la felicidad.
Winter guests la componen artistas internacionales de diferentes disciplinas que crean obras de teatro puras, de danza y también piezas híbridas, que mezclan danza con texto y movimiento con el trabajo de los actores. Sus obras se nutren de anécdotas personales y referencias a la cultura pop, de la aportación de los propios intérpretes y de elementos de metateatro.
La 37ª edición del Festival Madrid en Danza ha reunido a compañías de nueve países que han representado sus espectáculos del 29 de abril al 14 de junio. La cita coreográfica madrileña se ha centrado una vez más en la programación internacional, la expansión territorial y la creación de autoría viva, contemporánea y emergente y ha llegado a localidades de menos de 6.000 habitantes con la novedosa iniciativa Periferias Insólitas, con la que han llevado espectáculos a calles y plazas.
Story, story, die creates a relatable narrative to all, asking to…
“Please: Watch Me, Want Me, Hug Me, Hold Me, Hurt Me, Hate Me, Help Me, Hide Me, Stop Me, Try Me, Trust Me, Kiss Me, Kill Me, Catch Me, Keep Me, Remember Me, Call Me, Find Me, Fuck Me, Follow Me, Fake Me, Like Me, Love Me, Love Me, Love Me, Love Me, Love Me…”
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