El Teatro Muñoz Seca arranca temporada con una apuesta segura de éxito. La mujer de negro reaparece en sus tablas, bajo la dirección de Víctor Conde, para hablar de su historia y de sus consecuencias. En esta segunda ocasión, la obra brilla más que nunca esperando a todo aquel que se atreva a entrar.
El relato, basado en la novela homónima de Susan Hill, nos cuenta las vivencias de un joven abogado que se ve envuelto en una tragedia con tintes paranormales. Arthur Kipps, que así se llama el protagonista, acude por un encargo de trabajo a una lejana zona donde la señora Drablow acaba de fallecer. Ella, su mansión de Eel Marsh y sus fantasmas se adueñan de la vida del muchacho. Este intenta sobreponerse a ello pero la aparición de una mujer de aspecto fantasmagórico vestida de negro hará que las circunstancias cambien y su vida también. Ante ello, años después, decide contar lo vivido allí en un teatro, a modo de catarsis, y con la ayuda de un joven actor. Y aquí es donde el espectador entra y comienza a formar parte de todo.
La obra está ejecutada con gran maestría y resplandece con luz propia. Con pocos elementos, para ambientar todos los escenarios, y tres actores, se lleva a cabo una adaptación casi exacta, salvo algunos momentos que quedan eliminados, a la obra de Hill (mucho más que las versiones cinematográficas de algunos años atrás). Salvando con creces las reservas que algunos espectadores veteranos pudieran tener al conservar el recuerdo la versión llevada a cabo por Emilio Gutiérrez Caba en el Teatro Fernán Gómez en el año 2014.
Así que la esencia de un cuento de fantasmas gótico unido al drama vivido por muchas mujeres en la época victoriana está con creces conseguida. Creando un trabajo en escena que asusta por los fantasmas reales y por las cosas que estaban mal en relación a la historia de la mujer y, que en cierto modo, siguen estando.
El equipo actoral solo puede recibir aplausos y loas. Sus interpretaciones son tan perfectas que llegan de manera muy profunda al espectador incluso sin tener diálogos en la obra; este es el caso del personajes de Jennet, la mujer de negro de quien no tenemos datos puesto que el nombre de la actriz no se cita en ningún sitio. Algo que tiene que cambiar porque su papel en este trabajo es grande y de arduo carácter, como es el de causar turbación y sorpresa solo con sus movimientos y presencia escénica.
Junto a ella, Jesús Cabrero se mete en la piel de un maduro Arthur Kipps y Javier Orán da vida al actor que lleva a escena esta tragedia. Además de estas figuras principales, ambos interpretan a otros seres, sin transición, como el señor Jerome o el señor Daily. Algo que destaco principalmente puesto que es un reto difícil en el mundo de la escena y su buen hacer solo se puede definir con la palabra maestría.
En cuanto a los aspectos técnicos, debo comenzar por el vestuario creado por Anaïs Zebrowski, puesto que es impecable. Sin ser recargado, lleva con un simple vistazo de viaje al espectador al Londres victoriano en el que está ambientada la obra. Destaca el vestuario propio del luto de la mujer de negro entre todos ellos.
En los mismos términos se puede hablar del trabajo de iluminación, llevado a cabo por Lola Barroso, y de la escenografía creada por Javier Ruíz de Alegría. El último ha creado un espacio multifuncional digno de reseñar que con muy poco atrezo consigue el traslado de un cementerio a una de las habitaciones de la fantasmagórica casa. La primera hace un trabajo muy cuidado con los elementos lumínicos del que sobresale la presencia de la cruz en el momento del funeral que, combinándose con la escenografía, crea una iglesia perfecta en la mente del público.
Sin duda una obra que nadie se debe perder. Todos debemos experimentar el miedo a lo largo de nuestra vida y ¿qué mejor que hacerlo en una obra que roza la excelencia? Nada más que decir, señores.
La acción se desarrolla en un teatro casi abandonado de Londres en torno a 1950. Arthur Kipps es un abogado obsesionado con una maldición que cree que ha sido lanzada sobre él y su familia por el espectro de una mujer. Ha alquilado el teatro y ha contratado a un joven actor para que le ayude a contar la terrible historia que le sucedió. Así podrá vencer el miedo que continuamente atormenta su alma. Pero a medida que se adentran en sus memorias más oscuras, ambos van quedando atrapados en un mundo de sombras, niebla, misterio y terror.
Más teatro
No se encontró ninguna imagen en Instagram.