El Festival Iberoamericano del Siglo de Oro (Clásicos en Alcalá), en esta edición, ha apostado fuerte por los poetas y su poesía. Y así lo demuestra Esta divina prisión, producida por La otra Arcadia y que se pudo ver en el especial escenario del Centro Sociocultural Gilitos el domingo pasado.
En esta propuesta dirigida por Ana Contreras, con versión de los clásicos llevada a cabo por Raúl Losánez, se hace un viaje por grandes creaciones líricas que van desde las obras de Santa Teresa de Jesús hasta Jorge Manrique, pasando por Fray Luis de León. Teniendo como principales guías en este camino al amor, la fe e incluso la muerte. Habiendo espacio a todo tipo de emociones en este viaje como la alegría, la tristeza, la ironía… En definitiva, un proceso en el que el espectador llega al fondo del género lírico sin anestesia y sin retorno.
Como toda aventura, esta creación tiene sus “contras”. En toda obra de teatro, busco siempre su parte didáctica y me da la sensación que Esta divina prisión, al ser tan elevada, puede perder parte del público que no esté familiarizado con la poesía y sus creadores. Se echa de menos alguna introducción e hilo conductor aunque el montaje perdiera de esta manera algo de frescura al hacerlo.
Para llevar este bello proceso a que tome forma, se cuenta con tres cuerpos y tres voces en escena. Estos son Lola Casamayor, Jesús Noguero y Eva Rufo. Sus personajes no tienen nombre porque la esencia de la palabra es lo que importa. Declamar es todo un arte y ellos lo hacen con experiencia y sobrada maestría. Aunque se echa de menos alguna interpretación alejada del libreto, es un placer verlas entre versos.
Una propuesta coral en la que todos tienen su sitio así que no me puedo olvidar de Miguel Huertas, a cargo de la música en directo con el piano. Intimidad y trascendencia que aporta mucho a esta creación con unas interpretaciones magníficas.
Al buscar la pureza con la obra, tanto la escenografía como el vestuario son minimalistas en exceso. Diseñados por Alicia Blas, Lara Contreras y La otra Arcadia respectivamente, elegancia y sobriedad es lo que los define. Destaco la presencia de una mesa a modo de postrimería con elementos como el incienso y una calavera.
En cambio, la iluminación, a cargo de Ana Contreras, tiene un papel más importante otorgando matices y texturas a las voces.
Poesía viva sobre un escenario que se podrá volver a ver en Almagro los días 16 y 17 de julio. Y como dijo Manrique: dexo las invocaciones / de los famosos poetas / y oradores; / no curo de sus ficciones, / que traen yerbas secretas / sus sabores.
Grandes autores clásicos que apostaron por el lenguaje del amor. Recital de poesía en el que confluyen las voces de nuestros grandes autores clásicos reflexionado -desde diferentes ángulos, estilos literarios y posicionamientos vitales- sobre el sentido de la vida y la trascendencia. Voces diversas que, no obstante, apostaron todas por el lenguaje del amor para intentar nombrar lo inefable y para hallar un resquicio a la belleza en las leyes insondables de la existencia. Un recorrido desde el Renacimiento, en pleno auge del misticismo, hasta la sosegada mirada escéptica del Modernismo, pasando por la exploración del arrepentimiento tan propia del Barroco, por la claridad analítica y racional de la Ilustración o por la rebeldía pesimista del Romanticismo. El objetivo de la puesta en escena no es otro que el de propiciar que la palabra llegue pura y desnuda al espectador. Que el sonido, la luz y los símbolos le permitan atisbar ese instante de revelación y éxtasis; de comprensión, gozo y libertad radicales.
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