Si el verbo procastinar se ha convertido en los últimos tiempos en una palabra clave para definir nuestro día a día, el protagonista de la película Un pequeño contratiempo es el claro ejemplo de su significado y también de sus nefastas consecuencias. El próximo 4 de junio, podremos ver en nuestras pantallas, gracias a Vértigo Films, una gran historia de amor que revela algunos de los desperfectos que puede ocasionar una vida que siempre se deja para después.
Pensar que tenemos todo el tiempo del mundo es una cuestión clave para acercarnos a esta producción que lleva la firma en el guion y en la dirección de Josh Lawson,quienestaba pasando por una crisis existencial cuando se le ocurrió esta idea. Teddy conoce a Leanne y comienzan una vida juntos a partir de su encuentro una noche de fin de año. Desde el día siguiente a su boda, el tiempo pasa demasiado rápido para Teddy pues, cada pocos minutos, un año de su vida le arrasa y tiene que enfrentarse a los cambios ocasionados en ella y también afrontar sus errores para intentar no repetirlos. Su velocidad de reacción a este problema será determinante para intentar solucionarlo o rendirse definitivamente a la rapidez de un parpadeo con la que muchas veces sentimos que vivimos.
Así, atrapado en un ciclo y bucle de saltos temporales, Teddy se enfrenta a una carrera contra el tiempo mientras su vida no para de cambiar, y no precisamente a su gusto, a su alrededor. De esta forma, verá que su matrimonio no ha salido como él esperaba y que cuidar las relaciones de amistad es algo básico en lo que invertir a largo plazo. Esta comedia romántica es perfecta para acercarse a un relato de amor a la vez que a una reflexión sobre cualquier de nuestras vidas ya que la conexión resulta inmediata aunque incomparable en muchos aspectos.
Rafe Spall, Zahra Newman, Ronny Chieng, Noni Hazlehurst, Dena Kaplan y Josh Lawson son el reparto de Un pequeño contratiempo, una película cuya moraleja invita a ordenarnos cumplir ese pensamiento tan romántico que solemos llevar por bandera pero que pocas veces cumplimos: aprovechar cada momento de nuestra vida y comernos los días a bocados. Su sensación de instantaneidad de los años es la excusa (y la conexión) para llegar a entender la importancia de la forma en la que vivir nuestro presente que, al fin y al cabo, solo esta formado por segundos. Así que vale ya de posponernos; no vale perder más el tiempo.
La película cuenta la historia de Teddy, quien se despierta el día después de su boda con una inesperada sorpresa: descubre que cada pocos minutos está saltando hacia el siguiente año de su vida. Por eso, debe utilizar cada momento que pasa con la mayor sabiduría posible, evitando perder el amor de su vida y, de paso, para aprender a amar la vida que está perdiendo.
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