El fin del mundo ha llegado a la Sala Intemperie Teatro y lo hace durante poco más de una hora en ‘Oscuridad’, una obra que plantea un recorrido apocalíptico divertido, inquietante y que mira a los ojos de cada espectadora y espectador como si, precisamente, no fuera a existir un mañana, ni siquiera un espacio más allá de esta sala situada en el corazón de Malasaña.
Este montaje despliega un sentido fantasmagórico sobre la concepción que tanto y tan bien formada tenemos ya sobre la idea del ocaso de nuestra humanidad. Y lo hace con elementos tan antagónicamente acompasados que las sillas se quedan angostas a causa de la desfachatez que tiene por hacernos partícipes, in situ, del acontecimiento innombrable. El humor cosido al retrato social, el rotundo y concienzudo juego de roles, conjugado con dotes anecdóticas, y una fe irresistible en aquello que sólo existirá en nuestro propio final son parte de las piezas con las que Jan Vilanova firma este texto.
En el trozo de historia que cuenta ‘Oscuridad’, muchas cosas fallan: la tecnología, que ha dejado atrapados a los dos protagonistas en una sede atemporal, la comunicación entre pueblerinos y extranjeros, que amplía el espectro de ambientación real, el alimento, reducido a la falta de agua y a la comida liofilizada, y la torpeza idiotizada en un mal día para un reportero en acción. En su representación, nada. Los actores Dafnis Balduz y Karlos Aurrekoetxea son cada uno un artefacto a punto de estallar. No lo hacen y ahí precisamente está la clave de sus interpretaciones, ya que, en ellas, va cogiendo cabida todo tipo de sintonía, desde la risa que empodera una acción tan dramática hasta la fiel convicción de que su tragedia no significa respuestas sino preguntas a mansalva. Todo esto es posible porque sus personajes se van llenando de una angustia diversa provocada por el momento que está a punto de congelar la acción.
En lo que respecta la dirección, Gorka Lasaosa y Abel Vernet hacen un tándem tan impresionante como el que habita la escena. De un mínimo traspiés en el camino se alinea todo lo demás y… ¡de qué manera! La invitación hacia el público no se agota en ningún momento y hasta una parte clave de la obra se deja a nuestra elección, una decisión que imaginar a partir de una puerta abierta como continuación de todas las pistas detenidas en el tiempo.
‘Oscuridad’ es la sexta producción de la compañía Intemperie Producciones. Como en sus anteriores obras, la catarsis por la que apuestan es esencial para exhibir estos trabajos. La causa nos da igual porque la consecuencia es deliciosa. Que sigan.
B1.- Hola.
A.- Buenos días
B1.- ¿Ha cerrado al entrar?
A.-Sí.
B1.- ¿En serio?
A.- Sí. ¿Por?
B1.- Da igual.
El fin del mundo llega a un aislado pueblo y un conocido reportero de televisión va a cubrir el evento, por suerte o por desgracia su coche se estropea a la entrada del pueblo. Llegar tarde al fin del mundo tiene sus pros y sus contras.
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