Sófocles está en Madrid. Su Edipo Rey se dibuja en el nuevo montaje de Gabriel Olivares bajo el título Proyecto Edipo, una libérrima adaptación representada en el Teatro Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa. La Sala Guirau, a modo de plaza de toros, acoge este estreno absoluto que llega con la garra escénica que ya viene demostrando tener TeatroLab tomando el escenario por montera.
Bajo una revisión de la tragedia griega sobre una España futurista sin corridas de toros, se esconde una fábula distópica que Olivares conservaba como un texto de juventud: “Está basado en otro texto que tenía, una especie de ‘Edipo torero’. Ha sido una semilla que ha estado ahí y que recuperé hace unos pocos años. Y surgió relacionarlo con Edipo Rey, de Sófocles, por el paralelismo que había”.
Fotografía de Cristina Alonso Pascual
El año 2030 se nos antoja lejano pero la materia prima de la que se nutre se apoya en el pasado, concretamente en uno de los mejores artistas que retrató nuestras tradiciones. Así es como Goya también está en Madrid en 2018 y, en Proyecto Edipo, aparecen sus pinturas negras, a modo de retratos, su majestuosidad y sus brillantes ojos y manos para representar la fuerza de los toros y la pasión errante de sus burladores. “Fijé el año 2030 porque, primero, el número me parece muy redondo y, segundo, porque quería que la acción ocurriera en un momento no muy alejado. De esta forma, jugando con la fábula futurista ponemos el ojo en la España actual con el arquetipo de Edipo presente”, comenta Olivares.
Fotografía de Cristina Alonso Pascual
Hay que tener en cuenta que las imágenes que nos dejaba Lucientes, al contrario de lo venimos creyendo por folclore popular, no estaban realizadas precisamente a favor de las fiestas taurinas tan costumbristas y heredadas hasta el día de hoy. La crítica con la que atizaba nuestro arcaico país con series como Los caprichos o Los desastres de la guerra dan a entender que Tauromaquia representaba la ‘dibersión de España’ en el sentido más acusado. Su honestidad tenía que ser leída entre los trazos de las litografías, tal y como pasa en Proyecto Edipo, un texto que varía entre la pasión de un torero y la trágica razón de otro tiempo. El hilo entre estas dos historias tiene un buen paseíllo, lleno de magníficas incursiones escénicas como pepitas de oro, pero, a veces, torea al público aficionado con elementos que le sacan del ruedo. El sol y sombra que dirige Olivares crea un contraste de posibilidades perdidas, por ejemplo, por un humor banal – intentado en un Guillermo Sanjuán que destaca con un trabajo más grande que la sombra que proyecta –, por inciertos polvos negros del África tropical y por algunas palabras heroicas que no tienen cabida aquí.
Fotografía de Cristina Alonso Pascual
El traje de luces lo lleva un envalentonado David DeGea, enfrentado a un homónimo Asier Iturriaga que destripa con curiosidad y gran acierto al rey tebano. A su lado, Carol Verano, Silvia Acosta / Alba Loureiro, Abraham Arenas, Guillermo Sanjuán, Javier Martín y Alejandro Cueva / Montse Rangel son la cuadrilla que conforma este trabajo coral de tragedia y quienes desmenuzan concienzudamente un mito diseñado estratégicamente a nivel sonoro por Ricardo Rey y ataviado con un trabajo exquisito de Felype de Lima, al que Olivares se refiere de la siguiente manera: “No concibo más altura estética que la suya. Siempre tuvimos claro que el vestuario iba a ser blanco, entre cenizas de otros siglos de un crematorio gigante, en el que la memoria histórica se reduce a cero. Es un vestuario imaginado a partir de cómo será la moda en unos 15 años, más deportiva y reconstruida”.
Fotografía de Cristina Alonso Pascual
La estocada final se alarga algo más de dos horas y cierra con un efecto visual retiniano pero que no nos hace quedarnos a su lado. Sirva de capote que en la producción están TeatroLab Madrid y el Reló Producciones, siempre uniendo fuerzas para dejar huella con un trabajo impecable en ejecución, por la fantasía de detalles que incautan en el desarrollo de la obra y por la creación de potentes imágenes que se empezaron a formar en un nuevo espacio de ensayos, en el que pudimos ver una pequeña parte y charlar con el equipo.
Fotografía de Cristina Alonso Pascual
TeatroLab Madrid es una compañía de teatro y espacio de investigación abierto a artistas de procedencias diversas, fundada y dirigida por Gabriel Olivares desde 2013. Su trabajo se construye a partir de entrenamiento Suzuki y Viewpoints, ejercicios que tratan de despertar el cuerpo invisible del actor y le colocan en el centro de la acción. La conciencia artística renace en una concepción del teatro como arte colectivo.
Dos espectáculos en uno: una revisión de la tragedia de Sófocles Edipo Rey y una fábula distópica y futurista en una España sin corridas de toros. Dos criaturas que, aunque diferentes, tienen un mismo padre: Edipo. Ambos espectáculos respiran el mismo aliento trágico, aunque plantean preguntas distintas y proponen respuestas escénicas diferentes.
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