Un banquete en la mesa 13 y una recepción de boda en la que sólo se sirve vino. Así nos introducimos en la nueva obra de Pablo Canosales, La boda de tus muertos. Los Teatros Luchana acogen este montaje durante los meses de abril y mayo para invitarnos a una fiesta familiar convertida en un espectáculo tormentoso, en el que las risas y las lágrimas están servidas en un menú exquisito a la vez que ácido.
La familia duele. Y decirlo en voz alta es lo más difícil que nos plantea y nos hace entender una familia con tintes costumbristas y metafóricos. Para conocerles más de cerca, nos hemos reunido con su autor y director, quien nos sigue conquistando por la forma de poner temas tan comunes como la comunicación sobre un escenario con personajes cercanos y una pizca de originalidad que ya va asociada inconfundiblemente con su nombre.
¿Cómo llegáis cada uno a esta obra?
Tenía la idea de abordar el tema de la familia en el nuevo texto pero no había texto preexistente. La idea de generarlo en escena motivó al equipo y, a mí, me alivió un poco aunque el miedo me ha seguido los pasos durante todo el proceso creativo que, aunque no ha sido muy largo, sí ha sido intenso.
¿Cuánto tiempo de ensayos os ha llevado?
Arrancamos el laboratorio a finales de enero y hasta el estreno la primera semana de abril; así que poco más de dos meses.
¿Desde dónde partes tú para escribirla y hasta dónde crees que has llegado una vez estrenada?
Partía desde mi familia para cuestionar y ser consciente de las heridas y cicatrices que produce. Durante el proceso, algo tan personal como mi familia trascendió en relación a las familias del elenco y, finalmente, con las familias de los espectadores, una vez recibidas las primeras impresiones y opiniones. Está siendo un viajazo.
Canosales habla con exactitud sobre lo que significa poner distancia entre familiares y aboga por dejar de creernos la familia como fuente institucional e impermeable. Estas son claves investigadas a pleno sol por los 5 actores protagonistas de esta historia encerrada en una catástrofe. Mauricio Bautista, Lucía Bravo, Sara Mata, Víctor Nacarino y César Sánchez demuestran, primeramente con sutiles indicios y después con decididos trampantojos, que lo más familiar para ellos es el teatro. Y ya sea para ser padres, hijos o acompañantes del proceso producen un efecto inmediato de risas marcadas por uno de los dramas más reconocidos de nuestras vidas.
La familia duele. ¿El teatro es el único contexto en el que se puede decir esto?
Creo que el trabajo en el teatro nos ayuda a gritar y a vomitar cosas y emociones que de otro modo sería más complicado, aunque no imposible. Como dice uno de los personajes: »Cuanto antes asumamos lo que somos, antes podremos respirar tranquilos». Y esto hay que asumirlo tanto en el teatro como en la vida’.
La comunicación y la familia son los grandes temas de esta obra, ¿el público se va a identificar con ellos?
Las opiniones son siempre diferentes pero todos con los que hemos hablado, amigos, prensa o desconocidos, tienen titulares y frases que son para ellos la obra. Eso es maravilloso porque cada uno vive esta boda a su forma, como la misma vida y tiene una percepción propia influenciada o marcada por según que frase. Esto enriquece mucho más la propuesta y hace que existan opiniones diferentes, dado el viaje emocional que cada uno se pegue.
El menú de la boda como desarrollo de la familia y el alcohol siempre por medio, ¿retrato de la familia prototípica española?
La estructura de la obra va en torno al menú y eso me ha ayudado mucho como autor. El tema del alcohol no lo asocio directamente a la familia prototípica porque es una excusa, al igual que el tema drogas, porque acaban soltando sus »verdades» de inicio a fin. Es más terrorífico pensar y ver que ni el alcohol ni las drogas son reales en escena para desnudar aún más a estos personajes y dejarlos vacíos y solos ante los problemas familiares.
¿Cómo has elegido las profesiones de cada personaje?, ¿es más importante para ti el personaje del escritor?
Han surgido a través de las improvisaciones pero sí que es cierto que el de escritor (Josete, el hijo mediano) es clave para mostrar mi posición como hijo en toda esta historia.
El personaje del camarero parece ser, al principio, el más raro, pero acaba siendo el más coherente, ¿significa que necesitamos un elemento externo para hacernos reaccionar de una vez?
El toque surrealista lo pone Aurelio, el camarero, que viene a ser un guía en el camino de la familia. Él ayuda/incita/provoca a nuestros protagonistas a la comunicación y eso es muy »lógico» y »normal» pero vivimos en una sociedad en la que miramos mal a la gente que piensa. Sí que es cierto que cuando nuestra realidad y normalidad es vista por personas ajenas, se produce un choque brutal. Y esto es precisamente lo que provoca Aurelio que viene a ser guía de la familia y de los espectadores.
Los huracanas y fenómenos meteorológicos llevan actualmente nombres de personas pero, después de ver la obra, quizás deberían llevar apellidos de familias, ¿qué te parece?
Sería fabuloso y habría incluso familias que denunciarían a quien pusiera su apellido a una catástrofe. La mayoría de las personas intentan aparentar que tienen la familia perfecta y cuando alguien lo hace temblar, se crea la hecatombe.
Como en cada obra, Pablo nos vuelve a sorprender con el mínimo detalle valorado y puesto en escena. La obra no es una boda, es un completo deleite visual y psicológico de un menú obligado por herencia y cuyos personajes no han podido degustar antes. La familia es la que nos toca, para bien y para mal, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza.
Mesa 13, las 7 de la tarde… ¿hay superstición también en esta obra?
Yo me río de la superstición. No soy supersticioso y el hecho de que solo haya vino y siempre sean las 7 son elementos del absurdo para reflejar el no paso del tiempo y de no tener opción a beber nada que no sea vino, a modo de obligación, que es lo que sienten todos los personajes en este acontecimiento.
¿Cuántos tipos de familias existen? ¿Aún nos queda algún tipo por descubrir?
Cada familia es un mundo y cada cual crea su mundo familiar como quiere o puede. Y seguirán generándose tipos de familia en la medida en que la gente esté dispuesta a escucharse y dejar de lado lo que piensen los demás.
¿Las heridas se curan hablando igual que la incultura yendo al teatro?
Creo que sí. La comunicación es básica para afrontar la vida y poder relacionarnos. Yo lucho día a día por comunicarme más y mejor.
¿El teatro permite poner distancia a los asuntos más fuertes de la vida? ¿Para ti es terapia?
Para mí es vital. En este montaje lo he vivido de lleno. ¡Madre mía el teatro y la vida!
¿Podemos comunicarnos mejor con el teatro?
Creo que el teatro es un canal más de comunicación. Lo grandioso es que el teatro pone delante de ti a personas que ríen y lloran, respiran y sudan en directo. Eso es mágico y sanador.
Cuando conocimos a Pablo, nos abrió la puerta hacia un teatro que sobrevive en pie de guerra para crear y seguir habitando espacios náufragos de preguntas. Cuando éstas llegan, es inevitable no observar su trabajo como pequeñas piezas de un puzle que tiene un aire de viaje a la vez que un fervor de nuevas conquistas.
Hacía mucho que no escribías y dirigías a la vez una obra, ¿esto marca un paso diferente en tu trabajo?
Tenía muchas ganas de volver a hacerlo. No concibo la escritura sin la dirección. Me llena plenamente. Pero lo diferente es que ha sido la primera vez (espero que no la última) que escribo con un grupo de actrices y actores porque todas tus ideas se multiplican y se engrandecen mucho más.
Imaginamos que has mezclado cosas personales con la ficción, ¿cómo has trabajado, dramatúrgicamente y en los ensayos, las múltiples perspectivas que tiene la obra (padres – hijos, mujeres – hombres)?
Haciendo constelaciones familiares hemos podido tomar tierra al hablar de nosotros y el teatro nos ayuda a que todos nuestros miedos tomen vuelo. El escenario resiste todo. O casi todo. Además, al contar con diferentes edades, la obra toma otra dimensión porque somos muchas generaciones abordando el tema familiar. Ha sido apasionante.
No perteneces a una familia si no has odiado y amado a sus miembros alguna vez, ¿estás de acuerdo? ¿La familia son extremos de comodidad e incomodidad?
La familia es como una mancha que no se quita ni con agua caliente. Es nuestro primer referente vital y nos configura como persona. A medida que crecemos, debemos reconstruirnos y rearmarnos como individuos. Creo que hay un antes y un después cuando nuestros referentes cambian.
Una de las últimas frases de la obra es que todo esto ha sido una prueba… ¿has superado tú la prueba que imagino te habías puesto con esta obra?
Esta pregunta la podré responder pasado un tiempo, cuando la habite más y mejor, cuando las palabras me traspasen en su totalidad (las conscientes y las inconscientes) y cuando aprenda de los espectadores y de vosotros, la prensa, a dónde va esta creación. No obstante, te diré que está siendo una etapa de cambio vital y que esto traerá novedades. No sé cuáles pero nuevas.
LA BODA DE TUS MUERTOS
Una boda de Pablo Canosales
Lista de invitados (elenco):
Mauricio Bautista
Lucía Bravo
Sara Mata
Víctor Nacarino
César Sánchez
Organización de la boda (dirección y dramaturgia): Pablo Canosales
Catering (ayudantía de producción): Esther Alonso
Diseño de la ceremonia (escenografía y vestuario): Tania Tajadura
Fuegos artificiales (iluminación): Carlos Marcos
Fotógrafo de la familia (fotografía): Jesús Mayorga Estudio
Diseño invitaciones y ramo de la novia (diseño gráfico): María Costero
Salones de boda (colaboración): SieTeatro Producciones y Teatros Luchana
Familia política colaboradora (agradecimientos y asesoría laboratorio): Fernando Soto, Albert Tola y Juan Antonio de la Plaza.
Más teatro
«La boda de tus muertos» se trata de la comunicación y de la familia. Si la familia duele, porque dentro de ella hay que crecer, y esto trae muchos duelos.Por lo que la obra vale por el título y el contenido en colaboración con el autor y los personajes.
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