Entre todos los reestrenos que presenta El Pavón Teatro Kamikaze en esta última etapa de temporada, destaca una obra nueva que llega bajo la conocida firma en pantalla grande de Pablo Remón. Para este montaje, ha elegido un puñado de actores en plenitud, algunos de los cuales ya han pisado ese mismo suelo. Pero no importa. Que lo sigan haciendo siempre que quieran (y puedan). Porque es una delicia.
Fotografía de Vanessa Rábade
El Tratamiento se estrenaba el 15 de marzo como una bofetada sutil y cómica que pisaba con fuerza sobre los cimientos del llamado séptimo arte. No lo hace en soledad, sino que habla del proceso de la escritura desde un diccionario de preguntas relacionado con el entorno que rodea a una persona; el escritor y la figura que deja a su paso, por un lado, y quienes le rodean, por otro. Remón y la ayudantía de Raquel Alarcón no dan tregua porque todo acontece a la vez; no hay tiempo para respirar porque todo pasa en el momentito que dura la vida, en la oportunidad que de vez en cuando asoma, mezclada entre pasado y futuro.
Fotografía de Vanessa Rábade
El mundo del cine, como apartado cultural y artístico y como una vida compleja de acontecimientos, se destapa con la comodidad de quien camina en bata por su propia casa, en pantuflas, enfrente de un folio en blanco. Con todo el camino por delante. Con todo el tiempo del mundo. El caótico universo que describe esta obra se disecciona con minuciosidad a la par que con tipificación en varias ocasiones. Así, la risa rápida aparece al momento y la reflexiva lo hace después. Ver a la veintena de personajes que interpretan Ana Alonso, Francesco Carril, Bárbara Lennie, Francisco Reyes y Emilio Tomé en escena es ver un juego en el que todo fluye a través de la risa, la emoción y la apuesta por el desequilibrio más organizado posible. Todo un reto de ordenadas pautas en la escenografía de Monica Boromello, acompañada de Paola de Diego, iluminadas por David Benito. Todo un progreso con el vestuario de Ana López y Christiana Ioannidou y el espacio sonoro de Sandra Vicente (Studio 340) que demuestran que las dimensiones espacio-temporales sobre el escenario no solo son un diálogo que nos ubica en el tiempo, sino pequeños detalles sonoros, metafóricos y visuales que se armonizan para que el puzzle resulte perfecto.
Fotografía de Vanessa Rábade
A modo de retrato y de experiencia documental verosímil planificada en tres capítulos – El futuro del cine español, El hundimiento del Titanic y Cartas desde el mar Egeo – esta megahistoria se construye con técnica cinematográfica, base experiencial y desarrollo teatral. Hay escenas de planos generales, detenidas en el recuerdo; las hay rápidas, en las que un simple motivo resalta entre la magnitud de la vida del protagonista; otras son auténticas revoluciones musicales y humorísticas; y todas, en general, tienen un tierno a la vez que crítico encuentro con el público con el que seguir imaginándose o haciéndose realidad.
Fotografía de Vanessa Rábade
En una sola idea, pasando por la búsqueda y el encuentro de producción, las dudas atroces, las consignas establecidas… lo que llega nuevo y no estaba agendado. Quien se ha ido y ha vuelto a llegar. El paso del tiempo ataca en cualquier ámbito de la vida y prueba de ello es El Tratamiento, miniatura a escala natural de nuestros propios guiones imaginados, una obra que transforma y aconseja no la receta de la felicidad, sino desde dónde y por quién escribimos/vivimos.
Fotografía de Vanessa Rábade
Estrenada el pasado 9 de marzo en el Teatro Palacio Valdés (Avilés) y en el Teatro Principal (Vitoria) al día siguiente, El Tratamiento es una coproducción de La_Abducción y Buxman Producciones. El Pavón Teatro Kamikaze estrena en Madrid, y hasta el próximo 8 de abril, una obra complicada a la vez que aplaudida por la sencillez con la que desmonta y alude al género cinematográfico. Prevenidos. Diseccionados. Acción.
El tratamiento cuenta la historia de uno de estos guionistas: un cineasta frustrado que trabaja dando clases de guion y hace mucho que solo escribe telepromociones para vender electrodomésticos. Pero también es el retrato de varios personajes que comparten el deseo de escribir. A modo de álbum de fotos, vemos lo que fueron, lo que querrían haber sido, lo que son. Lo que escriben y lo que no escribirán nunca. Un largometraje sobre la Guerra Civil con ovnis. Una carta de amor desde el mar Egeo. Un relato sobre una adolescente que visita Eurodisney. Un niño obsesionado con el Titanic. Un adolescente fan de Héroes de Silencio que escribe poemas imitando las letras del grupo. Una clase de escritura creativa y un estreno de cine. Todo eso es El tratamiento.
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