Desde que Yogur Piano se estrenase en marzo del 2016 en el Espacio Labruc de Madrid, gran cantidad de público ha palpitado con los estados de ánimo, de soledad y de amor, en diferentes grados, que ofrece esta pieza teatral y que nos escudriña tan bien a cada uno de nosotros. Gon Ramos, su dramaturgo y director, ha logrado que una pequeña generación, traducida en un potente equipo de personas, ofrezca ahora 4 oportunidades renacidas para acercarse a una fiesta de cumpleaños, en la que celebrar es el mínimo gozo que se puede experimentar.
Fotografía Pablo Bonal
El Centro Dramático Nacional acoge en el Teatro Valle-Inclán esta obra, inspirada en la canción de Sigur Rós, del 22 al 25 de febrero. La Sala Francisco Nieva vibrará de manera especial con las voces y los cuerpos de los que se compone, ya que a su creador no le gusta hablar de personajes. Es uno de los aspectos que más claro deja en rueda de prensa, además de explicarla como “un planteamiento con respecto a los ciclos, a la repetición del discurso y a la deconstrucción de una estructura lógica. Los discursos están entremezclados como un puzzle de ideas”.
Fotografía Pablo Bonal
Llevando al extremo puntos tan equidistantes como un ruido atronador, en el que no caben ni más música ni más palabras, hasta llegar a otro, en el que el silencio inunda y abre el espacio en todos los sentidos, Yogur Piano mira directamente a los ojos al espectador para seguir preguntando y resolviendo, a nivel musical y físico. La evolución es lógica cuando llega el momento de salir del teatro y llevarnos parte de la esencia y de la energía con la que acabamos de convivir, inevitablemente, gracias a un trabajo que hace bailar los corazones.
Fotografía Pablo Bonal
Ramos, quien comparte escenario con Itziar Cabello, Nora Gehrig, Daniel Jumillas, Marta Matute y Jos Roda, confiesa que ha escrito sobre la edad que tienen sin definirla en un número, sino más bien adoptándola hacia el momento vital que vivimos. Cada uno conecta diferente cuando están en escena con alguien del público pero, ya sean desconocidos o amigos, todos están de acuerdo en que existen momentos en los que el vínculo es tan sincero que sólo hay espacio mundano para ese espectador y ese actor.
Si le preguntamos por el futuro, Gon Ramos tiene claro que quiere seguir preguntándose sobre lo que hace: “Confío en que mi trabajo irá cambiando. Me pregunto cuándo voy a poder escribir para compañías de danza, por ejemplo, o para una orquesta, porque me encantaría. De momento, me estoy preguntando sobre cómo y qué escribo, cuál es mi voz y mis características. Para cambiarlas y no quedarme en mi lugar común”.
Fotografía Pablo Bonal
Yogur Piano es una producción de In Gravity, Compañía Gon Ramos y Espacio Labruc. Cuenta también con el trabajo de Miguel Ángel Ruz Velasco, en iluminación, Matías Rubio, en el espacio sonoro, Luis Sorolla, como ayudante de dirección, Javier Jaén en diseño de cartel y Pablo Bonal, en fotografía, acompañados con la increíble música en directo de Jos Ronda.
Yogur Piano. Dos palabras. Dos realidades que al unirse producen un nuevo mundo de imágenes. Yogur Piano. Un encuentro. Dos órdenes de realidades que, al unirse, permiten ver algo más allá. Esta pieza experimental ha sido compuesta mediante una creación, a la par textual y escénica, en los propios ensayos. Propone asistir a una transformación de la textura y estructura propia de lo real, a partir de un encuentro en una fiesta, de cinco personajes y un ausente. Una fiesta en la que poder ser la mejor o la peor versión de uno mismo, una oportunidad para ver más allá, para resolver algo concreto con un nuevo mundo de imágenes propias, para después abandonarla para siempre.
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YOGUR PIANO, Dos palabras que en si despierta curiosidad. considero que es una obra para ver , porque habla de dos realidades y llega al corazón .
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