Fervoroso, exultante, sublime, espectacular, brillante… podíamos seguir rellenando párrafos llenos de adjetivos para hablaros de Últimamente estoy muy fervoroso pero lo que realmente quiero es estar enamorado, obra estrenada el pasado sábado 13 de enero en el Umbral de Primavera. El lugar otorgaba un escenario acogedor para un montaje cargado de historias y canciones entrañables, que regalan al público algo más que un rato agradable y pintoresco con el que lanzarnos de lleno al fin de semana y a la diversión.
Un cabaret, un monólogo. Un fervor escénico que contagia su energía durante hora y media para salir patinando de emoción tras su disfrute. El artista – Juando Martínez –, la cantante – Irene Domínguez – y la pianista – Tanit Jaén son los protagonistas de esta cómica confesión que provoca fieles carcajadas y sonoros suspiros de afirmación, por todo lo que nos logra contar, sin más artificio que una estructura engrandecida por los temazos que arrancan los aplausos. Todo sabe a convicción, a reflexión sobre lo que vivimos y a invitación consciente de saber reflejar nuestros propios y más personales sentimientos.
En torno a una ingeniosa deducción llevada a cabo con las famosas preguntas del periodismo, Martínez saca a deslumbrar la que parece ser su mejor baza; contar, narrar, acercar un aspecto de nuestras vidas que todos creemos dominar pero que nadie logra hacer bien del todo; las relaciones personales. El amor, el sexo, las despedidas o los tropezones que más duelen están puestos en escena con la misma sintonía y humor con la que podemos contárnoslas en una charla de amigos. La intimidad y la conexión se crean rápidamente y corren en paralelo a los amoríos y desamores de la lista del protagonista. A su lado, con intensas miradas de acompañamiento y fidelidad, artística y personal me atrevería a escribir, Domínguez conduce con su inigualable sonrisa y su desparpajo en la voz al igual que Jaén escolta divertida con la música.
El texto de Pablo Canosales ha transformado diferentes acciones de la vida del artista Juando Martínez (quien se ha encargado de la dirección musical) deformando la realidad “para dar pie a una visión muy particular de las relaciones amorosas”, comenta el dramaturgo. “Una excusa para afrontar y enfrentarse a las propias contradicciones del ser humano ante la palabra AMOR”. De la mano parece ir la dirección escénica de Rebeca Sanz Conde, sin temor a sugerir, a mostrar y a demostrar (en ese orden exacto) las múltiples opciones que nos da el sentimiento más universal que existe, además de sus peligros más difíciles y sus oportunidades más saboreadas. A Sanz Conde la conocimos justo el día anterior en la lectura dramatizada de Índigo, inserta en el ciclo Las funciones por hacer de El Pavón Teatro Kamikaze. Y con tan sólo estas dos direcciones ya nos hacemos una idea de lo que es capaz de hacer, brotando de su trabajo una sincera apuesta por satisfacer el deseo de cercanía de cada espectador, tratándolo con confianza y también con cierta interrogación abierta que ir resolviendo.
Sieteatro producciones y Lafinea teatro producen este espectáculo que también cuenta con Laura Costero, en caracterización y diseño gráfico, Juan Ripoll, en diseño de iluminación y Tania Tajadura, con su inconfundible y distinguido toque para la escenografía y el vestuario. Fervorosos o enamorados, esta es, sin ninguna duda, vuestra obra. Juando, nosotras te queremos sobre un escenario siempre. Tu feeling lo inunda todo. No eres suerte, eres arte.
Un monólogo-cabaret-musical de lo que habla el alemán, como lo hace el francés con el filtro español. O algo así”. Este montaje esconde tras su largo título una idea muy sencilla: la vida hay que vivirla con intensidad y sin remordimientos. Esta máxima parece obvia, pero es lo más difícil de conseguir y el trabajo más arduo que jamás llevaremos a cabo. En la vorágine del día a día, tendemos a olvidar o pasar por alto lo que realmente es importante y lo que, con toda seguridad, será lo único que permanezca con nosotros hasta nuestro último aliento, el amor; el amor que otros han depositado en nosotros y el amor que nosotros hemos sido capaces de irradiar en los demás.
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