Las segundas oportunidades ocurren muy pocas veces en la vida así que el reestreno de la obra Todo el tiempo del mundo es una auténtica alegría para el alma. Se estrenó el 18 de noviembre en el Teatro Palacio Valdés de Avilés y llegó poco después a las todavía Naves del Español de Matadero Madrid, en 2016. Ahora, hasta el 28 de enero, la zapatería del señor Flores vuelve a abrir su escaparate y sus más profundos secretos y revelaciones en El Pavón Teatro Kamikaze.
Fotografía de Vanessa Rábade
¿Qué pasaría si todo el mundo olvida algo que sucedió realmente? El tiempo y los recuerdos han inspirado al dramaturgo y director argentino Pablo Messiez en su último montaje como autor y director, “una pieza bella y onírica con tintes autobiográficos, que habla sobre el tiempo y los relatos”, cuya escritura nació en la zapatería de su abuelo, en la que el argentino pasó parte de su infancia.
Fotografía de Vanessa Rábade
Los recuerdos son el punto de partida para que su sublime reparto dé voz y cuerpo a los personajes de esta historia, en la que Messiez plantea preguntas como “si el pasado está hecho de relatos y el futuro de deseos, ¿en qué lugar entre las palabras y las cosas está nuestro presente?” y “si alguien tiene una experiencia de la que no hay testigos y la olvida, ¿eso ha pasado?”. Íñigo Rodríguez Claro, María Morales, Carlota Gaviño, Rebeca Hernando, Óscar Velado, José Juan Rodríguez y Mikele Urroz realizan un viaje para no olvidar y para permitir emocionarse como pocas veces ocurre cuando vamos al teatro.
En el encuentro con el público que tuvo lugar el pasado jueves 11, tras la función, los actores contaron al público que el proceso previo comenzó con dos semanas de taller con Pablo, en las que desarrollaron algunas escenas alrededor de unos personajes y unos temas, y tras las que se fue a escribir y volvió con “esta maravilla escrita”. Posteriormente, durante los ensayos, “el proceso tuvo que ver más con encontrar la tranquilidad de poder estar en escena activamente en la incertidumbre”, afirmaba Carlota, quien brilla tanto en escena como los vestidos de novia que ha lucido en los escenarios en dos de los últimos trabajos dirigidos por el argentino. También hay habido un viaje en el que ir habitando preguntas, según comentaba Mikele: “he tenido la sensación de estar haciendo preguntas todo el rato, respecto a cualquier cosa, y cada día son preguntas nuevas. Y se abren nuevas ventanas y puertas”.
Fotografía de Vanessa Rábade
El amor y la muerte se dan cita como lugares comunes extraviados y encontrados en un mismo tiempo, llenos de contradicciones y unidos a otros estímulos acogedores, como el vestido de la boda de la madre de Pablo, algunos zapatos reales de gente ya fallecida y detalles de la zapatería original. “Con el tema del tiempo, se generó mucha modernidad a la par de ser una obra que tiene una estética y una dramaturgia muy clásicas”, resumía Iñigo, actor que hace palpitar todo los recovecos que tengan que ver con la mente y el corazón cuando está sobre el escenario o cuando se encarga de dirigir. Él también añadía que “Pablo apuesta mucho por subrayar que, a veces, las cosas son más sencillas de lo que creemos”.
Fotografía de Vanessa Rábade
Messiez también ha contado con el trabajo artístico de Paloma Parra, en diseño de iluminación, Elisa Sanz, encargada de la escenografía y el vestuario junto a la ayudante Paula Castellanos, Javier L. Patiño, ayudante de dirección, Marisa Martínez Botas, en peluquería y maquillaje y Patricia Portela, en el diseño gráfico. La producción es de Buxman Producciones y Kamikaze Producciones.
Flores es el amable dueño de una zapatería de señoras. Cada noche, al cerrar su negocio, recibe la visita de extrañas personas que le cuentan su futuro, le revelan detalles de su pasado y llegan, incluso, a desvelar sus historias presentes. Algo sucede cada noche con el tiempo, cuando no hay testigos, que hace que todas estas historias convivan a la vez, superponiendo pasados y futuros en un presente continuo en el que el señor Flores intenta comprender quién es. Y, sumido en la incertidumbre, surgirá el amor que todo lo salva.
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