El Umbral de Primavera nos sigue sorprendiendo y acogiendo en cada estreno que realiza en su sala de Lavapiés. En esta ocasión, fuimos a descubrir la oleada de Aire siempre de viaje, una obra para viajar, en muchos sentidos, y deleitarnos con las instrucciones propuestas por unas palabras llenas de realidades y unos sentimientos encontrados y traspasados a nuestras vivencias más inconexas.
Una pareja. El tiempo de una pareja. El principio, el final y el después de dos personas que se encontraron en un espacio y tiempo definidos por las circunstancias y evolucionados por ellos mismos. Violeta Orgaz y Juan Caballero son la increíble construcción escénica que dota a esta historia de un toque cercano, perfectamente hilado y argumentado y, sobre todo, en caída libre hacia el corazón. Esta suma inconclusa de 1 + 1 habita una escenografía sinestésica que nos acera un firmamento particular dividido siempre en dos, inteligentemente equilibrada para dar cabida a Kandinsky y en la que el miedo es también aprendizaje. El suelo de pizarra es testigo de todo un cúmulo de experiencias y sensaciones que van surgiendo de manera tan poética, a veces, y tan sencilla, otras, que no hay ápices de apariencias porque todo fluye con la necesidad del impulso que hay entre estos dos cuerpos.
Sara García Pereda tiene en sus palabras un fuerte viaje emocional que va a remover a cada espectador que se siente en la butaca y se involucre en el camino que nos enseñan los personajes. Aire siempre de viaje es “un relato complejo y libre aunque lleno también de juegos, recovecos y pequeños engaños. Siento que el tema tiene una enorme vigencia en nuestra sociedad pues refiere a una época de lo inquilino, donde es difícil permanecer en un solo lugar, haciendo de todo esto un tránsito con fecha de caducidad, un problema que se extiende a las relaciones”, comentaba la dramaturga en la presentación que tuvo lugar en la SGAE el pasado 16 de noviembre. Aquel día se presentaba el libro que engloba su obra junto a La caída y Todos los caminos conducen al narco, de Carlos Gomariz y Acoyani Guzmán, respectivamente, editado por Esperpento Ediciones Teatrales.
Desde un punto de partida enlazado con un cierre idéntico, en la dirección de Pablo Canosales vuelve a destacar todo un universo de posibilidades con las que acomodarse a disfrutar. La imaginación vuela rápido en su trabajo, consiguiendo siempre una conexión con el público para devolvérsela en los aplausos. En esta ocasión, su unión con la dramaturgia, ha conseguido un montaje cuyo traslado sensorial y personal permite sumergirse de lleno con libertad.
Tania Tajadura y Laura Costero, encargadas de escenografía y vestuario, revitalizan la sala para indagar en la simbología y en el significado de los colores que componen este montaje. Y lo hacen con la seguridad de que degustemos cada detalle en todos los rincones, físicos y afectivos. La iluminación de Carlos Marcos, la coreografía y movimiento de Juando Martínez, la fotografía de Carlos Ramírez y la producción de Sieteatro Producciones terminan de componer un puzzle de recuerdos que encajan con sintonía e inspiración.
Reconstruir el pasado con las heridas de la distancia y hablar de la necesidad del amor o de su espejismo han sido dos claros objetivos que la autora ha perseguido y, por ello, nos presenta esta historia inundada de colores. Amar para decir adiós. Esperamos reencontrarte pronto, Sara. Ha sido un viaje muy emocionante y, por qué no decirlo, muy feliz porque sabemos que pronto nos volveremos a saludar por el camino.
El reencuentro entre dos amantes cuya relación se vio interrumpida por un viaje, y la distancia que este supuso entre ambos, es la escena que abre y cierra esta pieza. Aire siempre de viaje, es el relato de una relación compleja y libre, aunque llena también de juegos, recovecos, y pequeños engaños; pero es, ante todo, una relación sin víctimas ni verdugos. Durante dicho reencuentro, los protagonistas Nadia y Fer remiten a su pasado en un juego de flashbacks tanto de un pasado real como a otro muy distinto, sus hechos reconstruidos a través de las heridas de la distancia.
Esperpento Ediciones Teatrales
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«Aire siempre de viaje» Muy buena obra de una relación entre dos persona , compleja y libre.
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«AIRE SIEMPRE DE VIAJE» Muy buena obre de una relación ente dos personas , compleja y libre.-
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