AMOR DE NIÑOS

Diciembre en la Sala Intemperie Teatro ha traído dos estrenos que hablan de las relaciones familiares y de pareja desde varias perspectivas y argumentos y que nos hacen quedarnos con la boca abierta. Amor de niños es el segundo de ellos, con una poderosa historia de amor relatada por dos jóvenes, entre los que ocurre lo impredecible, para hacer vivir de cerca al público una sólida carrera de obstáculos dejados en herencia.

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Fotografía Miguel Zaragozá

Dividida en tres sutiles escenas, recorridas por la lógica de la intensidad narrativa, esta obra zarpa a la conquista de cada espectador con la introducción que tanto nos gusta de “chico conoce a chica”. Y la buena suerte y el saber hacer de todo el equipo consiguen que no nos quedemos en un primer acto, en el que ambos actores deslumbran cuando interpretan a dos personajes que recién se acaban de conocer, sino que vayamos buceando, a través de la maravillosa sintonía que ofrecen, entre sus sensuales inquietudes y sus verdades más trágicas.

Fotografía Miguel Zaragozá

Situémonos. Roberto y Sofía se enamoran y comienzan una vida juntos. Desde un espacio público, con aromas literarios, y hasta la intimidad compartida con la que planean diversión y futuro, Joe Manjón y Andrea Guasch han creado una sinergia furtiva y conmovedora. El primero devora cada circunstancia con la paciencia y el desgaste de un actor que nunca tarda en conquistarnos sobre el escenario. A la segunda no se la puede dejar de mirar porque, aparte de las palabras que dice, su estrategia corporal y su intuitiva voz nos dicen muchísimo más. Ambos tienen, durante poco más de hora y media, unos diálogos que nos dejan ir conociendo, poco a poco, las dificultades de una pareja que carga con un legado familiar atado a sus destinos.

Fotografía Miguel Zaragozá

Borja de la Vega debuta como autor y director en teatro. Aquella semana de ensayos del 21 de julio, que relata él mismo en su instagram, da cuenta de lo que fue el comienzo de un texto con título provisional pero que finalmente ha prevalecido. También arroja ahora el trabajo de un trío que se ha entendido desde los primeros minutos y cuya unión ha creado un montaje con un exterior atractivo y excitante y con un interior aún mejor, lleno de sorpresas y también un punto oscuro, cuyo descubrimiento lo hace aún más conquistador. Aunque de lo que nos ha mostrado de la Vega destaquemos mucho más la dramaturgia que la dirección, que en algunas ocasiones entorpece el ritmo que lleva la pareja, es visiblemente esencial la astucia que han tenido para saber armar un hilo conductor potente, en el que la brújula que marca la dirección es siempre un detalle. Porque precisamente son los detalles los que nos van regalando un texto cargado de relevantes motivos que nos hacen comprender cada acción.

Fotografía Miguel Zaragozá

Un par de personajes, tres recorridos en un pequeño recoveco y un choque de conversaciones sinceras hacen un viaje socorrido por el afecto. Amor de niños es una obra anclada en la Sala Intemperie Teatro hasta el 23 de diciembre. Conocer esta aventura es un verdadero lujo que va aumentando su valor conforme pasan los minutos y vamos conociendo, más y mejor, el pasado que cada uno desembarca en un presente compartido. Creednos, vais a querer observar la fragilidad de una pareja devastada por sus propios sentimientos.

Amor de niños plantea una sencilla historia de amor pero de fondo habla del peso de la herencia familiar. De cómo las personas que nos preceden y la forma en que nos educan condiciona nuestra existencia. Tres momentos en la historia de la relación de Sofía y Roberto, dos jóvenes de bagajes muy diferentes que conectan nada más conocerse. Sin embargo, la relación será puesta a prueba por circunstancias ajenas a ellos pero que les obligarán a replantearse no solo lo que sienten el uno por el otro, sino sus vidas y hasta su lugar en el mundo.