Próximas actuaciones de Livianas Provincianas los viernes de abril en los Teatros Luchana.
Dicen estar asentadas en la Plazuela del Tribulete, número 17. Nos cuentan que son modistas de día y cupleteras de noche y que su taller de costura es la habitación de la pensión en la que están instaladas. Son dos chicas de pueblo llegadas a la gran ciudad que nos enseñan parte de sus vidas a través de la música y de sus voces. Pero no es todo coser y cantar. Livianas provincianas tienen una fuerza conseguida en escena a base de recuperar cuplés, a la vez que las confesiones de muchas mujeres reflejadas y aprisionadas en la historia de nuestro país.
Fotografía de Geraldine Mendez
La Berta y la Reme son las chicas del 17; una morena y una rubia que han llenado las fiestas de Lavapiés de risas, piropos, picardía y feminismo. Nos venden sus modelos, sus mejores y peores momentos y, además, sus confesiones y divertimentos, en esencia, sus vidas punteadas con el equilibrio de la amistad que intuimos traspasa y cala más allá del escenario. Con su espectáculo Es mi hombre visten cualquier espacio con su arte, con las voces de muchísimas mujeres, cuyo pasado rescatan gracias a grandes figuras del género chico, y con los patrones de una historia que tenemos que seguir cambiando porque, como ellas mismas cantan, muchas cosas han cambiado pero otras siguen siendo iguales. La llave, La regadera o Ven y ven son algunos ejemplos de este show sicalíptico.
Abuelas, tías, madres, amigas de otro tiempo pero del mismo lugar… todas tienen cabida en sus canciones interpretadas en directo gracias al piano de un perfecto desconocido como Juando Martínez Montiel. Las letras van marcadas a fuego y han servido para dibujar un mapa sentimental y de género en varias generaciones sumadas a las actuales, las que mejor saben disparar por una educación a salvo de remilgos lascivos. Así nos lo enseñan canciones de Olga Ramos, Sara Montiel o la Fornarina, con el regalo de una composición original, una chirigota de Pedro Granero, explicando la filosofía de la compañía.
Castizas a la vez que modernas, picantonas a la vez que tiernas y muy guerreras. Así son los personajes que tan bien defienden Irene Domínguez y Paloma García-Consuegra bajo la dirección de Carlos Tuñón, por el que ya nos sentimos tan atraídas que comenzamos a comprender que su trabajo no es para acostumbrarse, sino para que cada minuto sintamos algo diferente a lo anterior, de manera que cuando la obra termina, nos hayamos perdido felizmente en el camino recorrido. Sin duda, con su forma de acercarse al teatro y con su manera de exhibirlo, tenemos la certeza de que lo bueno está por venir siempre. Y con estas dos actrices, tan divertidas y comprometidas, todos los minutos son un atractivo deleite con el que disfrutar sin parar de reír y de comprender el momento presente. Completan el montaje la iluminación, vestuario y espacio escénico de Antiel Jiménez y la dramaturgia de Sergio Adillo.
Livianas provincianas debutaron en el Festival Iberoamericano de Cabaret y tras su paso por la RESAD, Matadero Madrid o el Teatro de la Abadía, ya han recorrido diferentes puntos nacionales como Calahorra, Villaseco de los Reyes, Enciso, Ledesma o Alba de Tomermes, actuando en enclaves tan sofisticados como una iglesia, un colegio electoral o un balneario durante varios años. Ahora vuelven a Madrid con el premio ENCINART 2017 bajo el brazo. Sus próximas actuaciones serán los sábados 16, 23 y 30 de septiembre en Umbral de Primavera. Recomendamos que no os las perdáis porque son risas, improvisación, espectáculo y un reflexionado acierto cupletero.
La Berta y la Reme son Livianas Provincianas, un par de modistas de pueblo que se ganan la vida con la costura mientras ensayan en el taller y sueñan con dar el salto al mundo del faranduleo. Tienen un repertorio bien de cupleses de los de antes, de los que se saben las personas mayores y lo gozan las jóvenes. Descaradas pero comprometidas, tienen muchas ganas de pasárselo bien y de que la gente se lo pase bien con ellas…
Más teatro