Entre todos los estrenos previstos para el próximo 5 de mayo en nuestro país, destacará sin duda en los cines el cartel de un hombre encapuchado en el que es difícil no reparar. Nunca digas su nombre (Bye bye man) llega para intentar hacérnoslo pasar mal con la producción de Trevor Macy, Jeffrey Soros y Simon Horsman, el guión de Jonathan Penner, basado en el relato corto The Bridge to Body Island y la distribución de Diamond Films.
Componiendo los ingredientes básicos que nos incitan a sentarnos en la butaca sospechando de cada plano, un trío de jóvenes insertados en una antigua casa funcionan muy bien en el principio de un largometraje que también cuenta, por supuesto, con un deus ex machina de investigación oportuna sobre hechos pasados que remiten al año 1969. La directora Stacy Title ha sabido realizar una buena presentación que va al grano, y sin muchos preámbulos, para indagar enseguida en el mismismo miedo interior que surge de cada uno de nosotros, que late en nuestro subconsciente y que convierte las inseguridades en paranoias.
La película está protagonizada por Douglas Smith, Lucien Laviscount y Cressida Bonas en su debut cinematográfico, junto a Michael Trucco. Junto a ellos, las estrellas Carrie Anne Moss, Faye Dunaway, Jenna Kanell, Erica Tremblay y Cleo King. Doug Jones interpreta a Bye Bye Man, un personaje central que ya conocemos (por vestimenta y demás aura terrorífica) a modo casi de Caronte moderno con su Can Cerbero que provoca más espanto aún que su dueño.
Terror lo que se dice terror no hay. Algún susto, que no podemos contar ni con los dedos de una mano, es posible que encontréis. Lo que sin duda os va a sorprender, si sabéis escarbar bien en la pintoresca historia, es un terror oculto que va mucho más allá de la hora y media de duración de la película. ¿Qué pasa cuando nuestras ideas se convierten en pensamientos que nos dominan, en obsesiones que no nos dejan vivir? Ese es el verdadero motivo sobre el que hay que atreverse a reflexionar.
Las pistas sobre lo que somos capaces de hacer en situaciones extremas y, sobre todo, lo que nuestra mente puede hacernos pasar por realidad a través de la imaginación tienen un peso especial, desde el momento en el que tres universitarios comienzan a convivir en una casa que no es de su siglo. Nunca un objeto tan cotidiano como una mesilla había dado tanto juego.
Cuando tres estudiantes universitarios se mudan a una vieja casa fuera del campus, sin querer, liberan a “Bye Bye Man”, un ente sobrenatural que persigue a quien descubre su nombre. Intentarán mantener su existencia en secreto para alejar al resto de una muerte segura.
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