ME CASÉ CON UN BOLUDO

Cuando hablamos de cine argentino de este siglo, seguro que nos vienen a la cabeza largometrajes como No sos vos, soy yo o Papeles en el viento. El público que reconozca estas películas está de suerte porque su director vuelve a la gran pantalla. Para los que aún no conozcan a Juan Taratuto, después de ver su sexta dirección les va a resultar muy difícil de olvidar. Siguiendo la tradición de los títulos que homenajean las relaciones de pareja, Me casé con un boludo viene presentada en forma de comedia romántica que indaga entre los varios niveles que usamos para mostrarnos al mundo.

Protagonizada por Adrián Suar y Valeria Bertucelli, quienes ya trabajaron bajo las órdenes del director en Un novio para mi mujer, esta historia nos abalanza sobre la necesidad constante de crear un personaje real y ficticio y sobre la de mantenerlo en alza en nuestros peores y mejores momentos. Bertucelli es la diosa de la comicidad, sin dudas, sin pliegues y sin remiendos. Él consigue que la risa estalle continuamente gracias a un personaje que da risa sólo imaginándolo hecho realidad. Este es sólo el principio de una mezcla explosiva que se consigue gracias a una pareja magníficamente dirigida y elogiada para ser representante de las variadas caras con las que actuamos en la vida.

Aunque la dualidad creada para la gran pantalla nos muestre un primer acercamiento al mundo cinematográfico, centrado en la vida de dos actores que se convierte en pareja de la noche a la mañana, no se queda nada lejos del espectador. Su argumento no funciona a modo de croma sobre el que podamos embellecer o entristecer las diferentes situaciones por la que pasan, sino que resulta ser el plano perfecto sobre el que enfocarnos. Trabajado todo a modo de comedia, el guión va creciendo hasta superar los límites pero sin enjaular ninguna de las acciones que, perfectamente, pueden retratar nuestra cotidianeidad personal, social y virtual.

La necesidad de los medios de comunicación, así como la forma en la que funciona el mundo con ellos, es una parte esencial en esta historia que da vueltas entre las situaciones más absurdas y las verdades más apabullantes, saliendo poco a poco a la luz. Desde algo tan básico como un enamoramiento fugaz y televisivo, los complejos se van desatando y, cuando llega la máxima resolución del conflicto, nos enfrentamos a dos personajes tan atrapados en sus propias mentiras y apariencias que la única salida es romper el espejo en el que se miran sin defectos. ¿Nos suena de algo?

Me casé con un boludo participó en la Sección Oficial del pasado Festival de Málaga y en el Festival Internacional de Cine de Barcelona – Sant Jordi con la presencia de su director. A Contracorriente Films estrenará esta película el próximo 26 de mayo. Id al cine a reír y a reconocernos.

Fabián Brando es la estrella de cine más famosa. Florencia, una actriz completamente desconocida. Ambos coinciden en el rodaje de una película e inician un romance que rápidamente termina en boda. Al poco tiempo de casados ella se da cuenta de que se enamoró del personaje y que su esposo es en realidad un auténtico boludo.