Es más fácil entenderse que ver una ola en el desierto.
El pasado 11 de enero llegaba Perdóname cuando me haya ido al Teatro del Arte, una obra con tintes poéticos, a la vez que simbólicos, que reflexiona sobre nuestra incapacidad de comunicación a través de dos personajes femeninos interpretados por las actrices Lucía Esteso y Andrea Hermoso.
Escrita y dirigida por Rosel Murillo Lechuga, esta obra habla de algunos sentimientos en los que nos podremos ver reconocidos ya que plantea preguntas tan importantes y latentes como: “¿Quién no ha mentido, ocultado o engañado? ¿Quién tiene la razón? ¿Olvidar? ¿Perdonar? Cuestiones que inundan nuestro día a día”.
Armadas tan sólo con una maleta y con más diferencias vitales que físicas, dos actrices se presentan ante el público sin resolver asuntos pasados de los que irán tirando como un hilo, para encontrar un motivo por el que intentar perdonarse, convencidas ambas de que quizás algo pueda cambiar, afincadas en que la mentira no es amor.
Hermoso tiene la dulzura justa para crear una atmósfera que nos invita a casi tocar una parte invisible del recodo inhóspito en el que se encuentran estas hermanas. Es la tierra, la herencia, la cuerda que sostiene a su lado a Esteso, quien es el garabato, la golondrina que vuelve y la libertad de vivir, la que vuela con la soltura de que el teatro es su casa, la responsable de que, en uno de los momentos mejor armados, llore con la desdicha que sentimos todos con su personaje.
Empezando desde un diálogo que cuesta arrancar, esta obra va construyendo una poética que hipnotiza, emociona y deslumbra por la facilidad que tiene de ofrecer al espectador más de lo que parece haber en un primer momento. La intensidad con la que crece es fruto sin duda de una construida y cuidada cicatriz de la que tirar con fuerza y descubrir qué hay en el trocito de alma que esta familia nos enseña.
Perdóname cuando me haya ido se presenta con un vestuario en el que las diferencias quedan impregnadas y una escenografía simple y sin mayores adornos, con unas sábanas al aire que permiten ver amanecer y anochecer en el escenario del Teatro del Arte, creados por Marcos Olivares Gómez, y con un destacado juego de luces que hace importante el diálogo entre los dos únicos personajes en escena que llevan una carga dramática esencial para el desarrollo de la historia.
La compañía Lienzo en blanco se encarga de presentar esta producción que podrá disfrutarse hasta el próximo 25 de enero en Teatro del Arte, todos los miércoles a las 20:30h. El equipo de Perdóname cuando me haya ido se completa con el trabajo de Marcos Olivares Gómez y Rosel Murillo Lechuga en el diseño de luces, Lucía Bailón en fotografía y Mayte Barrera en el diseño de cartel.
Perdóname cuando me haya ido cuenta la incapacidad de comunicación entre dos hermanas que no se ven desde hace diez años. El tiempo y el rencor no las dejan hablar ni explicarse mutuamente el dolor que ambas han sentido y sienten.
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