La vida va de necesitar. Así se presenta La necesidad del náufrago, una obra escrita y dirigida por Pablo Canosales y que este próximo domingo día 4 de diciembre cumple dos años en cartelera. Estos náufragos, bajo la producción de Sieteatro y Serie Teatro, llenaron durante mucho tiempo la sala El Umbral de Primavera y ahora han encontrado su segunda casa, representándose los domingos en el Teatro Alfil.
16 historias. Si la primera de las historias que presenta esta obra en el escenario no os gusta, tranquilos, tenéis otras 15 más para darles una oportunidad a los pocos actores que interpretan a muchos más personajes de los que imaginéis. La variedad es el punto clave para que las diferentes piezas que conforman esta obra os vayan conquistando lentamente; casi en solitario, en parejas o en cuartetos presentan escenas que pueden tener o no relación pero que tienen un origen en común; una anécdota, una pequeña perla que pasa desapercibida en primer momento pero que resulta ser el hilo desde el que ir viviendo juntos.
4 actores. Diego Cabarcos, Víctor Nacarino, Javier Prieto y Carmen Valverde lo son todo en escena; son capaces de saltar, reír, llorar y reflexionar sobre evidencias que aparecen en nuestras vidas pero para las que ni tenemos tiempo en pararnos a pensar. Ninguno destaca excesivamente, lo que hace que compongan un grupo de lo más oportuno para hacer disfrutar al público. Parecen estar en perfecta sintonía, ejecutando un baile único en el que no hay ningún tropiezo. Cada uno con su encanto, Valverde con palpitantes contoneos y cambios de registro, Prieto con su saber estar y dialogar, Nacarino siendo una sorpresa en cada diálogo y Cabarcos por ser el que mejor galopa sobre el escenario.
12 sillas. La escenografía y el vestuario creados y organizados por Tania Tajadura conforman un paisaje en el que es bien fácil imaginar sus diversas propuestas y con el que se ha trabajo exquisitamente para ofrecer una grandiosidad desde lo minimalista de unas sillas. Probablemente Kosuth estaría en la gloria viendo esta obra. Además de las sillas, los objetos no paran de bailar entre las manos de estos personajes, volviendo a destacar la astucia de utilizar unas pelotas de playa, unas tazas de café o una simple fotografía para construir un suelo firme sobre el que zapatear.
40 personajes. Unos os harán reír, otros os entristecerán, os llegarán a la razón, al corazón… y definitivamente, 80 minutos después, habréis pasado por tantos estados de ánimo que os parecerá que habéis estado casi toda una vida al lado de ellos.
La vida va de necesitar. Nosotras añadiríamos que es una carrera de obstáculos en la que vamos necesitando personas, situaciones, diferentes cosas que nos hagan sentir vivos, que nos limen esa parte del alma que exige estar activa para que no se rompan nuestros sueños. La vida es pura necesidad según la propuesta de La necesidad del náufrago. La nuestra es volver a aprender que necesitamos ese teatro que nos deje inquietas, que nos emocione y que nos asuste por su realidad externa. Id a ver qué estáis queriendo necesitar vosotros.
Un espectáculo en clave de comedia que viaja por diferentes rincones de la vida de múltiples y variados personajes. Dieciséis historias que llevan al espectador por diferentes universos a un ritmo vertiginoso.
Cuatro actores dan vida a más de cuarenta personajes que se mezclan a lo largo de la obra, difuminando así los límites para que sea el espectador quien termine de encajar las piezas de este puzzle. Con apenas cambios de vestuario y doce sillas en escena, estos personajes/actores no necesitan más para mirar con firmeza y seguridad al espectador para que también él, desde su butaca, pueda gritar lo que necesita realmente en su vida.
Un viaje divertido, motivador y alegre que te mantiene con la sonrisa casi en todo momento. Una montaña rusa de emociones que sólo estará disponible para aquel que quiera acercarse a coger un poco. Aquel que lo NECESITE.
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