PATERSON, poesía hecha película

Paterson es la nueva propuesta cinematográfica escrita y dirigida por Jim Jarmusch y protagonizada por dos actores que forman una pareja de ficción a la que no dejar nunca de mirar; Adam Driver y Golshifteh Farahani. Su estreno se producirá en nuestras pantallas el próximo 7 de diciembre gracias a la distribución de Vértigo Films.

Una historia. Una semana. Una pareja. Paterson pretende, en palabras de su director, ser “una celebración de la poesía de los detalles, las variaciones y las interacciones diarias”. Y con gran acierto se llega a esa conclusión, después de ser testigos de las cotidianas acciones del protagonista, asistiendo a todo un espectáculo diario que se compensa por enormes instantáneas de felicidad.

Con una puesta en pantalla bonita y elegante, esta cariñosa historia se nos presenta con la voz en off del protagonista, a modo de lector de sus propias creaciones, y con el mismo texto escribiéndose sobre la imagen. Es una manera eficaz de presentarse y de hablar con el espectador, de guiarle y de notificarle que esté atento, que todo lo que pase, por mínimo que sea, cuenta.

Con la pareja de ficción de Paterson asistimos a un verdadero juego de amor y de choque constante entre la parsimonia y el cambio. El humor y la sencillez con la que éste es presentado, insertado en pequeñas y oportunas dosis, resulta un regalo en esta película y es toda una apuesta segura para soltar risas en momentos en los que no se llega a la tensión ni al drama pero resultan especiales gracias a toques irónicos y de carcajada.

Poesía, romanticismo y cotidianeidad se dan cita en una película a la que el espectador debe entregarse sin rechistar porque, al final, tendrá una bonita recompensa si se echa la mirada atrás y se piensa en lo que se acaba de disfrutar; un verdadero poema visual y auditivo, un poema de siete días escrito en pantalla en dos horas. Perfecto para su deleite en muchos sentidos.

Paterson es un conductor de autobús en la ciudad de Paterson, Nueva Jersey –ambos comparten nombre. Cada día, Paterson sigue una simple rutina: Hace su ruta diaria, observando la ciudad a través de su parabrisas y oyendo fragmentos de conversaciones fugaces a su alrededor; escribe poemas en un cuaderno; saca a pasear al perro; va al mismo bar a tomarse siempre esa misma cerveza; y se va a casa con su esposa, Laura. Por el contrario, el mundo de Laura es siempre cambiante. Cada día le surge un nuevo sueño, un proyecto diferente e inspirador. Paterson ama a Laura y ella le ama a él. Él apoya sus nuevas ambiciones; ella ensalza su don para la poesía.