El tiempo se detiene en Nave 73 todos los miércoles del mes de marzo. El espacio cambia y el futuro se visiona en un presente oscuro del que es difícil escapar. En un ambiente claustrofóbico, y en el que no cabe más miedo, conviven Una y Otro, interpretados por Aloma Romero y Daniel Jumillas. Sólo dos actores en escena nos dan algunas pistas de supervivencia en una obra de teatro que late con fuerza incluso cuando la luz se apaga.
David Huertas ha sido el encargado de escribir y dirigir Una y Otro, ayudado de una estética futurista que ha engullido las libertades, con una música que se pasea entre las gradas alimentando las dudas entre los espectadores, que ven pasear a dos personajes construidos a partir de preguntas que lanzar al público. Aloma Romero es Una, pero podíamos ser todas; ella es el perfecto ejemplo de una interpretación que va creciendo y deslumbrando a lo largo de los minutos, con sutiles cambios de registro que la lanzan al vacío de un pabellón desconocido y que hacen que esta actriz se mueva compasiva, altanera y sosegada en un trabajo perfecto de compenetración con su compañero. Daniel Jumillas, el Cillian Murphy español que cuenta con más juventud y más pasión en lo que dice y sobre todo en cómo lo dice, es ese Otro que todos evitamos ser pero en el que nos estamos convirtiendo, siendo capaz como actor de golpear nuestra conciencia, de impresionar aún sin decir nada en los primeros minutos y de impactar, a través de la crudeza de su personaje, cual gigante escénico cuya marcada voz no deja de retumbar aún cuando estamos lejos.
La compañía Teatro Cruzado, nacida en el año 2014 como “proyecto de creación y difusión de propuestas teatrales contemporáneas”, ha creado esta obra de teatro de la mano de amigos y colaboradores; Huertas, Romero y Jumillas han visto su trabajo arropado por Susana Moreno en la producción, Miguel Ángel Ruz Velasco en la iluminación y Marta Matute como ayudante de dirección, entre otros. Todos han contribuido a defender una obra de teatro que desnuda verdades reales, trabajada a partir de una escenografía en la que la mayor riqueza son las palabras y a partir de la que mostrar una parte mundana hacia la que nos estamos precipitando inexorablemente.
Una y Otro no tienen nombres. Sólo son números. Hasta sus vestimentas atraen la neutralidad. No sabemos dónde están, ni dónde se mueven. Sólo sabemos a dónde quieren llegar a través de un texto que formula más preguntas que respuestas y en cuya construcción es indispensable el público que acude a Nave 73 a reflexionar sobre nuestras barreras (auto)impuestas y a aprender a hablar de libertad como sinónimo de realidad y no de ilusión.
Una empresa cualquiera.
Un puesto laboral cualquiera.
Otro día cualquiera.
Otro es un joven cualificado en su empresa que trabaja solo en su habitáculo.
Una es joven y ambiciosa.
Una noche juntos.
Una y Otro se conocen el día más importante de su vida. El día en el que perderán el miedo.
Artículos relacionados:
Pingback: UNA Y OTRO en Nave 73 | Madrid Es Teatro
Pingback: UNA Y OTRO en Nave 73 - Madrid Es Teatro