Daganzo de Arriba, uno de los pueblos más cinematográficos de la Comunidad de Madrid, acoge este mes de abril la exposición cultural Daganzo, un pueblo de cine, un proyecto del ayuntamiento para dar a conocer el pasado cinematográfico de la localidad madrileña, estrechamente relacionada con algunas de las más grandes superproducciones de Hollywood, como por ejemplo Rey de reyes.
En colaboración con esta exposición ha participado el director Mario S. Mayer y un equipo de profesionales para llevar a cabo un western en homenaje al pasado en 4:3 de este pequeño gran pueblo.
La Ley de Ramírez nos cuenta la historia de Antonio Ramírez, un ex soldado de la España del s.XIX, que trata de volver a la buena vida emigrando a Daganzo, una ciudad de los Estados Unidos, junto a su esposa Sofía Aguilar. Al llegar a Daganzo, Ramírez se hace con unas tierras que gana en una partida de póker. En ellas levanta una granja y todo parece en calma, hasta que aparece un empresario de la industria del ferrocarril que quiere llevar la línea de transporte hasta el pueblo, a costa de intentar expropiar a Ramírez sus tierras para que puedan construir las vías. Es entonces cuando Ramírez debe enfrentarse a sus adversarios llevando a cabo su propia ley.
El director Mario S. Mayer, Inakí Abajo, director de arte y José Manuel Martín, operador de cámara, se reunieron con nosotros para poder conocer los detalles de este interesante cortometraje.
DUAS – ¿Cómo surgió la idea de grabar un western?
MARIO – En el año 2011, Iñaki pensó en crear un espacio cultural en Daganzo para acercar el cine a sus vecinos, llamado Sueños de película, con posibilidad de cine fórum, proyecciones, etc. A principios de 2012 nos reunimos con el concejal de cultura de Daganzo de Arriba, que nos habló del proyecto Daganzo, un pueblo de cine, y nos propuso realizar un viral para promocionarlo. Sin embargo, decidí darle una vuelta de tuerca y escribir el gruión de un cortometraje. La historia cinematográfica de Daganzo, las posibilidades y el atractivo de las localizaciones me hicieron escribir un western. La primera versión se llamó El último clavo. Para escribirlo tuve que desarrollar y a la vez acotar el viral.
D – ¿Dónde habéis grabado el corto?
M – En el propio Daganzo. Hemos podido aprovechar parte de los Estudios Madrid 70, concretamente el poblado del oeste, pues la gran parte de los estudios se quemaron en un incendio en los años ochenta. También grabamos en el campo de la zona y la ermita del Espino. Todos los espacios fueron cedidos gratuitamente por el ayuntamiento. Todo el cortometraje ha sido a presupuesto cero.
D – Un western tiene una gran complejidad escenográfica y de vestuario. ¿Cómo habéis podido conseguir todo lo necesario para poder grabarlo?
IÑAKI – El atrezzo lo proporcionó parte del equipo, en especial hay que agradecérselo a Pedro Armendari y Emilio Ardura, que nos cedieron el revólver, la silla de montar, barriles, las cartucheras, los fardos de paja, incluso los dos caballos. Cabe decir que estos caballos son Cuarto de Milla, una raza estadounidense con auténtica sangre americana. El propio Pedro se encargaba de su mantenimiento durante el rodaje. El vestuario en cambio fue aportado por Sastrería Cornejo. Incluso Julián Mateos nos cedió algún revolver,la estrella del sheriff y una cuerda con la que se ata al personaje de Sofía durante la historia. Para la banda sonora, realizada en su mayoría por Víctor Galdamés, hemos conseguido que el cantautor británico Robin Grey nos ceda su tema These days que hemos empleado como tema final en los créditos. Del material técnico hemos conseguido muchas cesiones, como por ejemplo la grabadora, el micro y el cable.
D – Hablando del rodaje ¿cuánto tiempo duró?
M – Fueron sólo cinco días, tres fines de semana, desde la última semana de octubre a las primeras de noviembre. Grabábamos todo por las mañanas por la luz, y terminábamos a la hora de comer. El día que más nos retrasamos nos fuimos a las cuatro de la tarde a casa. Al final el cortometraje dura once minutos (créditos incluidos). Hemos usado una cámara réflex Sony 58 en HD progresivo. Toda la grabación ha sido en manual.
D – ¿Cuántas personas habéis sido en el equipo?
M – Fuimos nueve personas en el equipo técnico y cinco actores en el artístico. Pedro Armendariz interpreta al protagonista Antonio Ramírez, Pedro J. García hace el papel de Jack Moloch, Mario Soto da vida a Ben Web, Marta García es la preciosa Sofía Aguilar, y Claudio Valladar el cura. La verdad es que todo el equipo se ha implicado muchísimo. Producción en el rodaje se encargaba de controlar el tráfico, los ruidos de los vecinos, etc. Como rodábamos por la mañana el equipo venía desayunado y nos íbamos a comer a casa, con lo cual no ha habido catering como tal. Para el transporte hemos usado nuestros propios coches.
D – ¿Diríais que habéis hecho un western clásico?
M – No, el cortometraje es lo que llamaríamos un “spaghetti western moderno”. Hemos añadido y cambiado elementos del western clásico, para hacerlo como a nosotros nos gustaba. Por ejemplo, hemos aprovechado un plano en error de los brutos. En general los planos son muy modernos, hacemos desenfoques, etc. Le hemos dado nuestro toque personal, pero también hay elementos o planos muy tópicos del western.
D – ¿Qué películas han sido vuestra referencia a la hora del rodaje?
M – Once Upon a Time in the West, y El bueno, el feo y el malo, de Sergio Leone. La fotografía y el etalonado amarillento recuerda claramente a Leone. También hemos hecho un guiño a Orson Welles con un plano subjetivo de Ben a Ramírez. En una escena el color de la imagen es en blanco y negro, a excepción de los ojos rojos, esto es una clara referencia a Sin City, dirigida por Robert Rodríguez, Quentin Tarantino y Frank Miller.
D – Además de las películas ¿qué otra documentación habéis empleado para crear una atmósfera de época correcta?
I – Nos hemos documentado por Internet, buscando periódicos de la época, y hemos conseguido que las fechas mencionadas en el cortometraje coincidan con las reales y su contexto histórico. Nosotros hemos hecho que sean las propias noticias de los periódicos quienes introduzcan al espectador en la historia.
D – ¿Creéis que el cortometraje le puede gustar a un público general o más específico?
M – A cualquiera que le guste el género le va a encantar, pero también puede ocurrirle a un público más ampliado que no sea tan amante del western.
D – ¿Hay tópicos españoles reflejados en Ramírez o su mujer?
M – Tópicos no, pero sí se puede ver la discriminación por parte de los americanos para con los españoles en los diálogos de los personajes antagonistas. Ramírez es un hombre duro, con un pasado que desea olvidar, y muy apasionado. Sofía en cambio, es su mujer, totalmente fiel a él y llena de valor.
La Ley de Ramírez tan solo ha empezado a verse en el verdadero pueblo de Daganzo, sin embargo, esperamos que haya más visionados en salas de Madrid para que todos podáis ir a disfrutar de esta apasionante historia. Hasta entonces, podéis seguirles por sus páginas de Facebook y Twitter.
Nuestros mejores deseos al equipo de La Ley de Ramírez. Esperamos que el western vuelva a nuestras pantallas con su propia ley.
La ley de Ramirez un cortometraje , digno de ser visto, para poder hablar sobre esta obra.
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Buen artículo. Solo comentar que al apellido de Pedro Armendariz le falta una Z al final: ArmendariZ
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Ya está corregido. Gracias por el comentario. Un saludo!
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