En la Nave 16 de Matadero se muestra Cada Respiro, una gran videoinstalación audiovisual de la artista cubana Glenda León. Se trata de un proyecto en el que se muestran imágenes de los diferentes elementos que desplazan de forma sincronizada al ritmo de una respiración.
El comisariado de esta exposición corre de la mano de Christian Domínguez y tanto él como la artista buscan no solamente dar la idea de conexión entre las personas y el entorno en el que viven, sino que también pretenden mostrar el potencial que los seres humanos llevan dentro y la posibilidad que tenemos como individuos para transformar el mundo, aportando, en esta época en la que tanto se necesita, una dosis de optimismo.
La exposición está dispuesta por medio de cinco enormes pantallas que recogen imágenes de la tierra, el cielo, el fuego, el bosque y el mar que se mueven sutilmente, creando una armoniosa danza que se mueve al ritmo de la respiración. Este acto reiterativo, señal de vida, se une con los latidos del corazón que funcionan como puente entre el mundo y nuestro propio cuerpo, creando un momento de unión con la naturaleza. Con este acto, Glenda León, busca la conexión entre las personas y el mundo en el que viven, elaborando una investigación de la relación de la obra de arte y su volumen en el espacio.
Según las palabras del propio comisario, la narrativa que presenta esta exposición nos advierte de un mundo tremendamente materialista y egocéntrico, pero al mismo tiempo busca dar equilibrio y coherencia espiritual a nuestra existencia, inmersa en el absurdo, tendiéndonos un puente hacia la naturaleza cada día más olvidada.
Elena Velasco
Esta instalación es para ir a ver y vivirla como parte nuestra. de cada ser humano. Han logrado reconciliar el mundo actual, con una esperanza, por medio de la naturaleza, nuestra respiración que es vida y nuestro corazón que es emoción,
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