Argentino del 64. Este joven dramaturgo, director, escenógrafo, actor y fundador de la compañía La Carnicería Teatro, se instaura dentro de las mejores propuestas teatrales contemporáneas de las últimas décadas, llegando a recibir el Premio Europa Nueva Realidad Teatral en 2009.
Dio el salto de Buenos Aires a España en 1986, y desde entonces, junto con Francia, son sus telones de fondo, de los que se ha retroalimentado respectivamente. Ha sido colaborador y cabeza de cartel en algunos festivales y encuentros como el Centro Dramático Nacional, el Festival de Aviñón o la Bienal de Venecia.
Sobre las influencias tan atrayentes para la crítica, y tan difíciles de prescindir de ellas, encontramos claros referentes a Beckett, quizá Brecht, y al cineasta Luis Buñuel. Pero lo que nos queda claro es que Rodrigo García es Rodrigo García, y su dramaturgia tan dueña de sí misma que es perfectamente autónoma fuera de esos grandes títulos.
Su forma de hacer teatro es directamente libre, como el verso contemporáneo. Pocas son las ataduras de García, y sobretodo lo que busca es una forma de expresión muy lejana a la teoría clásica y a las leyes que han dirigido el mundo. De ésta manera, y como buen participante del arte contemporáneo-posmoderno o quizá postdramático, Rodrigo García rompe con la dimensión de la cuarta pared y dialoga con un público sediento de verdades, así como con las instalaciones, los vídeos, y la perfomance, según el profesor José Antonio Sánchez, en un intento de “aproximarse a lo real por medio de la destrucción, la imaginación desenfrenada, el desprecio y la poesía de lo cotidiano”.
Las temáticas dialogan sobre el sentido en un mundo con obsolescencia programada, donde el sentido se ha ido perdiendo entre los objetos de quita y pon, de máscaras y modas que viste la gente, y con un capitalismo desenfrenado que todo lo devora.
Podremos asistir a una de las mejores citas del Festival de Otoño a Primavera con su obra Daisy, pero queremos destacar aquí algunas otras que han marcado su carrera: Compré una pala en IKEA para cavar mi tumba (2003), La historia de Ronald el payaso de McDonalds (2003), Agamenón (2004), Prefiero que me quite el sueño Goya a que lo haga cualquier hijo de puta (2004), Arrojad mis cenizas sobre Mickey (2006) y Esto es así y a mí no me jodáis (2010).
Rodrigo Garciá , con su sarcasmo es un fiel exponente de la época actual.
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