Alberto Rodríguez Serrano nos recibe en su taller de Madrid con la confianza y la seguridad de un artista que lleva mucho tiempo recorriendo las paredes de muchas galerías y exposiciones. Pero su primera muestra fue hace tan sólo 8 meses, hecho que a pesar de su joven edad y su aún primeriza obra no parece asustar a este versátil artista.
Licenciado en Bellas Artes, diplomado en Dibujo y en Diseño Gráfico, profesor de dibujo, fotografía y aerografía, cofundador del Estudio Taller de Arte Esbozos, entre otras muchas cosas (se pueden consultar todos sus méritos biográficos y obras en su página web: http://arsonline.es/) reina sobre su persona la virtud de expresarse igual de bien con palabras que con su arte.
“Creo que todos somos artistas en potencia, la única diferencia es que los artistas eligen el camino del arte y dicho recorrido debería ser más un estilo de vida que no un simple oficio. Personalmente, en el largo camino del aprendizaje, he sido en mayor medida autodidacta. No quiero menospreciar la labor de los profesores, pero un profesor es sólo un guía; somos nosotros quienes debemos andar el camino” nos cuenta al lado de una de sus obras más grandes en la que se adivina la figura de un caballo y de la que nos cuenta “está realizado usando como simple herramienta mi mano”.
Alberto tiene 25 años y se construye como artista con la sombra de los más grandes detrás, intentando sacar partido de la historia del arte, “interiorizando y sacando de cada artista los pros y los contras”. Tiene muy presente que para llegar a lo que él está haciendo, los artistas son afortunados porque “tenemos la gran suerte de apoyarnos en los hombros de los grandes genios”.
Empezó a exponer en Florencia y Venecia; “Italia me ha tratado muy bien. Tiene otra manera de enfocar. Ha supuesto un paso adelante en mi vida profesional”. Sus inicios en Madrid llegaron en marzo de este mismo año, en la Fundación Pons y en agosto en la Galería David Bardía pero nos cuenta que ha intentado exponer en varias ocasiones siempre teniendo claro que “te vas a caer mil veces pero hay que levantarse, alguna puerta se va a abrir”.
Su estilo, su técnica y sus temas son algo difíciles de englobar ya que parece gustarle la experimentación y sobre todo no se centra sólo en la pintura, sino que ensaya con la serigrafía, la escultura, el grabado, etc. pues como bien dice “si solamente pintas, dominas dos dimensiones, no tres”. Se atreve con cualquier técnica, trabajando con la que se siente más cómodo dependiendo de lo que quiera hacer y expresar.
Es un artista polifacético al que aún no se le puede atribuir un estilo definido. Su constante evolución artística le lleva a ir probando cada una de las técnicas que en su camino se cruzan. Si bien, no se puede negar la facilidad de adaptación que tiene de unas y otras, pues los resultados son sorprendentes cuanto menos. Su obra es un sumatorio de todas las técnicas más su propio repertorio visual. “Lo que hago ahora no es lo mismo que haré después. Mi obra está en constante evolución, de hecho considero que he tenido una evolución técnica y mental muy grande en los últimos 5 meses”.
Su arte también se extiende a la moda ya que ha colaborado con las diseñadoras Luisa Fortuny y María Lafuente (con esta última en la pasada Mercedes Benz Fashion Week Madrid) pintando las telas de los vestidos. Introduce su estilo y técnica pero no el referente porque lo más importante no es la estampación que él hace sino el vestido. Para el primer desfile, pintó los vestidos a mano pero para el segundo utilizó una tinta que sólo se ve con una determinada luz; a primera vista se ve únicamente una figura y con el flash de las cámaras de fotos aparece la proporción áurea de esa figura. La estampación se hacía en Alemania. “Lo importante no es la estampación que yo haga, sino lo que hace María Lafuente ya que el vestido y el motivo de la estampación lo elige ella”.
Sin ser demasiado amigo de las redes sociales (enseña sus obras en Facebook), dato que extraña pues hoy día no parece existir un medio mejor de difusión, sabe a conciencia que “una cosa es ofrecer arte y otra es el mercado del arte”. Y en cuanto le preguntamos si hay más amigos o enemigos en su profesión lo deja claro: “hay colaboradores, aunque enemigos no tengo”.
Cuando le preguntamos si su obra está marcada por el hiperrealismo reacciona de manera contundente; “sí pero no”. Y cuando nos cuenta el proceso de su trabajo entendemos por qué; la abstracción es un punto muy importante en su obra ya que “abstracción es eliminar todo aquello de la realidad que no es importante a los ojos de la persona que realiza la obra, para así centrarse en lo que realmente tiene importancia. Tengo que saber cómo y por qué he llegado ahí”. Según el contexto y lo que quiera transmitir, se adapta ya que “no se necesita un fuerte detallismo para transmitir lo que uno siente, de hecho a veces esos detalles te alejan de ese objetivo de transmitir”.
Terminamos este encuentro no sin antes preguntarle por sus proyectos futuros más inmediatos y descubrimos que tiene la agenda llena; exposición colectiva en la Feria de Padua en noviembre, en Febrero individual en la galería David Bardía, en mayo en Milán, junio en Venecia, octubre en Mónaco y noviembre Miami. También nos confiesa que va a publicar un libro en el que habla de su concepción del arte y el artista pero nosotras os podemos dar un adelanto de lo que Alberto Rodríguez Serrano piensa del arte porque para él existe “el concepto de arte general, que es todo aquello que universalmente se considera arte, y el particular, que es lo que tú consideras arte”.