Cuarenta y cinco kilómetros de inquebrantable pared fragmentaron la ciudad de Berlín en dos mitades. Erigido en 1961 por la República Democrática Alemana, el Muro de protección antifascista rodeaba, paradójicamente, la parte capitalista, cercando a los habitantes de la Alemania libre. Una murall que dividió cruel y vergonzosamente la ciudad germana hasta su derribo el 9 de noviembre de 1989.
Desde la caída del Muro, Berlín ha experimentado una increíble metamorfosis, transformándose en una ciudad dinámica, capital de la memoria europea. Por ello, en homenaje a la trascendencia de este acontecimiento, la ciudad ha celebrado el pasado fin de semana el veinticinco aniversario de su liberación. Ocho mil globos han recreado un Lichtgrenze (borde de luz) a lo largo de quince kilómetros. Una cadena luminosa que ha seguido la antigua ruta del Muro, desde Bornholmer Strasse (uno de los antiguos puestos de control de la Alemania Oriental) hasta la Puerta de Brandemburgo y Chekpoint Charlie.
Una recreación del paredón ideada por el artista Christopher Bauder que, junto a su hermano Marc, ha gestado la idea durante siete años. Un proyecto meditado y que ha necesitado de la aprobación de las autoridades para la instalación de cada uno de los globos. Bauder, consciente de la dura restricción a la que estaba sometida la población, ha querido evocar la represión que les imponía el Muro, configurando una pared simbólicamente que fraccionaba la ciudad. La nueva frontera luminosa fue liberada la tarde del domingo, mientras la orquesta Staatskapelle Berlin tocaba la 9ª Sinfonía de Beethoven con la Oda a la alegría en la Puerta de Brandemburgo. Todo ello a la misma hora que, veinticinco años atrás, el confuso anuncio de un alto cargo comunista ponía fin a la separación y derribaba el símbolo más poderoso de la Guerra Fría.
Globos delante de East Side Gallery que, con más de un kilómetro intacto, es una de las partes mejor conservadas del Muro.
Los globos son la parte visual de una conmemoración centrada en las personas. La celebración, titulada Mut zur Freiheit (El coraje de buscar la libertad), recuerda a los protagonistas anónimos que hicieron posible esta revolución pacífica. La historia se reconstruye a través de sus testimonios proyectados, justo donde sucedieron, en pantallas colocadas a lo largo de la cadena luminosa. Todo ello acompañado de múltiples exposiciones, eventos y visitas guiadas. Una nueva exposición permanente se ubicará en el Memorial del Muro de Berlín (en Bernauer Strasse), así como proyecciones de collages fílmicos de imágenes históricas. Además, el Festival de Cine Latinoamericano de Berlin (Lakino) presenta una exposición de artistas latinoamericanos que exploran el Muro como símbolo de la división del mundo, enfatizando en las rupturas de las migraciones contemporáneas.Un muro que, además, reiventando su papel en la historia, es soporte de las ideas de paz que diferentes artistas han transformado en graffitis y plasmado en su lienzo a lo largo de los años.
Jóvenes encima de la pintura del ex líder soviético Leonid Brezhnev besando a su homólogo de Alemania Oriental Erich Honecker (East Side Gallery) en el momento de la liberación de los globos.
El sonido de las trompetas, evocando las que en la Biblia derribaron los muros de Jericó, daban el pistoletazo de salida de las celebraciones oficiales. Unos festejos que buscan promover la reflexión. Son días para recordar y para ilustrar simbólicamente la esperanza de la solución pacifica de los conflictos bélicos. Berlín, se ilumina estos días celebrando el fin de su oscuridad, y lanzando al mundo un llamamiento de paz cargado de esperanza. Ayer fue Berlín, mañana podrían ser Ucrania, Israel, Palestina Siria o Iraq.
Sensacional, un artículo maravilloso. Enhorabuena.
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¡Muchas gracias!
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