“No puedo decir qué clase de lugar era. Parecía una casa de juego, no tenía paredes sólo cortinas con ojos pintados encima y un hombre con unas enormes tijeras las cortaba por la mitad” así es cómo Gregory Peck describía recostado sobre un diván el sueño que es la clave para desenredar la trama del famoso filme rodado por Hitchcock en el año 1945 “Recuerda”. En dicha película, el cineasta se sirvió de la inestimable ayuda del pintor surrealista Salvador Dalí para dar forma a las oníricas imágenes que componen el sueño del protagonista, en las que asistimos a una sucesión de escenas de carácter surrealista. Paredes cubiertas de ojos, hombres sin rostro y paisajes imposibles, componen lo que no es otra cosa que un cuadro del pintor catalán en movimiento. La escena, que en principio duraba 20 minutos fue reducida posteriormente a tan sólo dos minutos del metraje, sin embargo, es uno de los momentos más destacables y significativos de la película.
Las ocasiones en las que artistas plásticos han prestado sus servicios al cinematógrafo, son incontables, regalándonos así piezas sublimes que ya forman parte de la historia de la humanidad. Y es que, son numerosos los ejemplos en los que el arte ha unido sus fuerzas con el cine. Dalí, fue sin duda uno de los artistas que más colaboró con el cine, no sólo como pintor y artista, sino también como co-guionista junto al también surrealista director Buñuel, en la célebre “Un perro andaluz” (1929). Sin embargo, una de sus mayores contribuciones fue el cortometraje que realizó junto a Walt Disney en el año 1945, “Destino”, en el que narra la historia de amor imposible entre una hermosa bailarina y el dios Cronos. En una estética que combina el estilo de los dibujos de Disney y el surrealismo daliniano, asistimos a una serie de simbolismos que aluden a las dificultades del amor y del paso del tiempo, la fragilidad de los sentimientos y de las personas cuando no tenemos aquello que anhelamos. Curiosamente, a pesar de la gran acogida de la que gozó el corto cuando se lanzó en el año 2003, el proyecto fue abandonado en 1945 por considerarse poco viable, es por ello por lo que tan solo 17 segundos de los 6 minutos y medio de duración del corto, son los que realmente fueron realizados por Dalí. El resto de la cinta, se terminó siguiendo los bocetos e indicaciones que nos legaron ambos artistas.
Otro campo en el que los artistas desempeñan un papel fundamental, es el cartelismo cinematográfico. ¿Quién no recuerda esos míticos carteles de “Lo que el viento se llevó” o “La Guerra de las Galaxias”? Este último precisamente, se lo debemos al ilustrador Drew Struzan, autor de un sinfín de pósters para películas como “Indiana Jones”, “La Milla Verde” o “Blade Runner”. Son muchos los directores que han contado con la mano de este fabuloso ilustrador para componer los carteles de sus películas. Todos ellos, marcados por un fuerte realismo con uno o dos personajes que presiden la escena rodeados por la luz que caracteriza la obra de Struzan. Lamentablemente, y debido a la entrada del diseño por ordenador, este ilustrador se encuentra actualmente retirado, pero aún podemos disfrutar de su obra en filmes más o menos recientes como “Harry Potter” o “El laberinto del Fauno”.
Carteles realizados por Drew Struzan para las películas de «Blade Runner» (1982) y «Cadena Perpetua» (1994)
Entrando en los aspectos del diseño, destacaremos la obra del diseñador gráfico y escultor suizo H. R Giger, creador de los escenarios y del ser que atormentó a los tripulantes de la nave USCC Nostromo en “Alien, el 8º pasajero” (Ridley Scott, 1979). Su estilo (presente en otras muchas películas y videojuegos) se caracteriza por el uso del aerógrafo y de la combinación entre seres humanos y máquinas, dando lugar, a imágenes surrealistas y paisajes de pesadilla con simbologías de carácter sexual y subliminal.
En definitiva, son muchas las asociaciones entre cine y arte, y muchos los artistas que han colaborado con este medio haciendo posible que los sueños e ideas de guionistas, actores y directores tomen forma y se acerquen a los espectadores, para así trasladarnos al mundo que ellos crearon para nosotros.