¿Quién no recuerda esas escenas de las comedias románticas americanas en la que una mujer devora un inmenso helado de chocolate frente a la televisión mientras llora angustiada por la pérdida del “amor de su vida”? Parece un estereotipo bastante manido, que sin embargo ha dado lugar a una serie de pinturas realizadas por la pintora realista Lee Price, en las que analiza la relación entre las mujeres y la comida. No se trata de una mera representación, ni de la revisión de un tópico, es más bien el reflejo de la pérdida de control ante situaciones angustiosas que nos llevan a actividades compulsivas como el comer.
Mujeres que en un espacio íntimo, como es la bañera o la cama, se muestran ante nosotros sin que ellas lo perciban. Para ello Lee Price se vale de una perspectiva aérea a la hora de realizar sus pinturas, con lo que evoca ese sentimiento de una experiencia que es ajena a nuestro cuerpo. Es la idea de vernos atrapados en un comportamiento compulsivo pero a la vez, ser incapaces de controlarnos y parar.
Son autorretratos que sin embargo, pueden encarnar a cualquier mujer del mundo, pues bajo estas escenas aparentemente cotidianas subyace el tema de los desórdenes alimentarios, algo que la artista padeció en su adolescencia.
Lee Price tomó como fuente de inspiración la figura protagonista de la novela escrita por Lewis Carroll, “Alicia en el país de las maravillas”, pues encarna a la perfección a aquellas mujeres que no se encuentran a gusto con su cuerpo, en ocasiones demasiado grandes y otras demasiado pequeñas en una sociedad donde el culto al cuerpo y a la belleza parece ser lo único importante.
Durante los siete últimos años, esta artista neoyorkina ha estado volcada en sus pinturas para descubrirnos, de un modo diferente, como en muchas ocasiones nos aferramos a las cosas para evadirnos de un presente que nos es incómodo y no enfrentarnos a él. Esto a menudo es mucho más dañino que afrontar el problema. No obstante, y pesar de todo, la propia artista dice que sus cuadros no sólo revelan un aspecto negativo, sino el placer que produce hacer determinadas cosas, como el comer.
La serie se cierra con el cuadro “Sleeping with peaches” (Durmiendo con melocotones”) en la que una mujer duerme junto a un plato de melocotones sin devorarlos, ésta es una pieza de transición hacia su próxima serie, en la que asistiremos a una asociación positiva entre las comidas y las mujeres, porque no todo en la vida es vestir una talla 38 y contar calorías.
Web de la artista: www.leepricestudio.com