Luciérnagas es la historia de dos hermanos. Luciérnagas es la historia de dos hermanos y una mujer. Pero también es la historia de amor, de un amor que nos sorprende y nos atrapa desde el primer minuto de la obra porque nos hace preguntarnos qué pasa en una aldea remota en la que parece no ocurrir nunca nada pero en la que puede pasar de todo.
Fede Rey, Jaime Reynolds y Aixa Villagrán son los actores encargados de dar vida a tres personajes encerrados en sus propias mentiras y soledades que poco a poco irán dándose cuenta de que no están solos. Alex, Julio y Yiyi forman un trío extraordinario sobre el escenario del Teatro del Arte, esa sala madrileña a la que tanto nos gustan ir por la calidad de sus producciones y de las historias que saben acercar al público de manera original.
El miedo a quedarnos solos, a caernos y no saber levantarnos, a la monotonía, a hacer daño a quien más queremos son algunos de los temas sobre los que Luciérnagas nos hace reflexionar con texto y dirección de Carolina Román. Sobre todo es una invitación a jugar como si fuéramos niños a ser felices, tengamos lo que tengamos a nuestro alrededor, sabiendo que los miedos son parte de la aventura. Luciérnagas describe esa mitad bicho y esa mitad seres de luz que todos somos puesto que tememos la soledad pero a la misma vez a la necesidad de tener a otro alguien a nuestro lado.
La aventura de Alex y Julio comienza con la llegada de Yiyi, una mujer que les cambiará su forma de ver la vida y la forma de verse a sí mismos, aceptando lo que son. En un escenario que se puede imaginar inmenso y con una grandiosa casa vieja, aunque sólo haya cuatro objetos que así lo den a entender (la magia del teatro y su puesta en escena), la vida de estos tres personajes trascurre en varios años en los que somos testigos mudos de sus fracasos y de sus victorias y de que poco a poco van construyendo una conexión muy especial.
Un trabajo muy bueno y muy bonito de ver en los tres jóvenes actores, dejando espacio al protagonismo para cada uno de ellos en momentos destacados, sin competir, como si cada uno de ellos fuera pieza clave en un puzzle que vamos resolviendo cuando llega su final. Se pelean, se divierten y se saben querer dentro y fuera de un espacio que no se ve físicamente pero sabemos que está porque el público puede introducirse tan de lleno en la historia de Luciérnagas que notará que tiene que desandar una senda de tierra para volver a la realidad.
Luciérnagas se representa en el Teatro del Arte (Calle San Cosme y San Damián, 3) los sábados y domingos a las 19.30 horas. Más información:
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