Llueve fuerte en la Sala Lola Membrives del Teatro Lara. Lo hace para unir a dos personajes que comienzan una historia juntos en forma de misterios, sorpresas y grandes despedidas. Con la propuesta que FAN acerca al público, se abre un vínculo de casualidades y encuentros que bien valen unas cuantas risas en la butaca y muchas reflexiones en torno al concepto del éxito o de la amistad.
Es difícil no tener curiosidad por un inicio de obra que despliega un gran abanico de posibilidades. Cuando Canadá y Mónica se conocen bajo una tormenta, no nos llegamos a imaginar por qué se han cruzado sus caminos. Pero enseguida nos convencen de que les sigamos; Juan Jesús Di Manuel y Laura Ledesma comienzan fuerte, con dos personajes tan diferentes como electrizantes para mantener la atención. Pero el tercero en acción, no se queda atrás. Jaime Riba llega en el momento exacto para añadir más comedia combinada con tragedia y poner más talento sobre una atractiva escena que se disfruta gracias a la escenografía de Tela Catola.
En varios juegos de dobleces, se analiza la pista del exterior de una calle y el interior de un hogar a modo de metáfora vital, la clave de aquel que se cree con éxito y el que fracasó o lo que se sube a las redes sociales en contraposición con la vida que se vive en realidad, entre otras muchas cuestiones. Además, la huella de la gloria televisiva, tan bien traída como moda, merece aquí una pausa especial. Sin hacer ningún spoiler, la trama está servida a modo de temporadas que enganchan tanto o más que un robo en un banco a gran escala en la pequeña pantalla.
Conforme avanza la función, los secretos salen a la luz en un texto cuidado en las formas y que da la oportunidad de indagar más hondo en pequeños temas que desentierra la noche, en relación a la fama, al apego o a saber decir adiós en el momento justo. La doble dirección de Eva Ramos y Laura Ledesma sabe conjugar un teatro que se aleja de las comedias cotidianas y se acerca más a una complejidad robusta que ya tiene el sello de La Corona Producciones.
Canadá es un artista venido a menos que, actualmente, se gana la vida cantando canciones de grandes divas de la música en un bar del centro de Madrid. Volviendo de trabajar, se encuentra con Mónica, una chica que llora desconsoladamente en su portal y a la que no conoce de nada pero que, sin saber cómo, acabará invitando a su casa. La noche dará para mucho: un secuestro, un reencuentro y muchas heridas del pasado que será necesario cerrar.
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