PALABRAS PARA UNA REVOLUCIÓN

Estos días se puede volver a ver en las tablas del Teatro del Barrio la obra Palabras para una revolución, creada por el actor y escritor Damián Alcolea, en la que plantea toda una declaración de intenciones: aprender de los referentes del pasado para poner en marcha un mundo mejor desde el presente.

La propuesta, dirigida por Nieves Castells, plantea un viaje a lo largo de la historia de la mano de dos personajes, un hombre y una mujer, en el que se repasan grandes discursos de diversas personalidades, también hombres y mujeres de distintos campos, sobre temas que abarcan desde la lucha del colectivo LGTBIQ+ hasta el logro de conseguir el voto femenino en España en 1933. Todo ello con el espíritu de llegar al espectador y buscar dentro de él el detonante que haga posible un movimiento pacífico que, entre todos, conforme un mundo mejor. Para ello, se recurre a la estructura del relato contado a dos voces en el que no faltan las historias profundas y los guiños al espectador, para que este se sienta dentro de eso que se está gestando sobre el escenario. Es un esquema que se repite y en el que se hace una introducción de lo que se va a hablar y, a continuación, se escenifica el discurso en cuestión teniendo de fondo la vida de su creador.

La estructura elegida recuerda a la labor de conferenciante de Alcolea, que ha pasado por lugares de la talla del Congreso de los diputados, algo que no le resta valor si no que suma a una propuesta muy interesante que generará debate en todos los sentidos. Ya que cada palabra, cada movimiento, agita al público en busca de aprendizaje y acción puesto que se tratan problemas que dan fuerte en el alma de toda aquel que sea digno de llamarse ser humano.

El citado Alcolea y Claudia Coelho dan voz a la obra interpretando a los narradores y cada uno de las personalidades que aparecen en escena. Sin ningún artífico y solo usando la palabra, saben llegar al espectador en una labor difícil porque, además de memoria, dicción y carisma, se necesita presencia sobre el escenario. Algo que los dos saben hacer a la perfección, brillando en partes como la dedicada a Sojourner Truth o Clara Campoamor. También hay que destacar que los dos interpretan algunos temas musicales en directo que vinculan la palabra con la personalidad de quien la pronunció.

En cuanto a los aspectos técnicos, la escenografía es de carácter minimalista y en ella destacan unas cajas de madera versátiles que sirven tanto de barra de bar como de atril para un mitin. También un poste de direcciones que nos habla de los diversos caminos que va a tomar la obra y que, a la vez, sirve de “perchero” para todos los personajes. Y es que el vestuario se basa en prendas de calle, pero con muchos cambios, ya que el quitarse una chaqueta o un chaleco habla al público de la presencia de otro personaje en escena.

La iluminación, creada por Ana Jota, va por el mismo camino de excelencia. Sobresale el momento en el que la sala se queda a oscuras para poder ponerse en la piel de una persona invidente, al igual que el trabajo audiovisual que destaca por encima de todo, presentando unos vídeos biográficos de cada personaje que entra en escena. Un trabajo de Alejandro Campos.

En definitiva una obra necesaria, que agita conciencias, realizada con mucho cariño y con un carácter muy didáctico a la que, quizá, le falla un poco la duración.

Palabras para una revolución es un espectáculo que presenta las palabras reales de pioneras, rebeldes, marginados, disidentes y visionarios de nuestro pasado y nuestro presente como Harvey Milk, Clara Campoamor, Helen Keller o Martin Luther King, entre otros.

Sonia López

Teatro del Barrio

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