LA FUNCIÓN QUE SALE MAL

Después de 175 funciones que salieron bien en el Teatro La Latina la pasada temporada, La función que sale mal se ha mudado a otra espacio manteniendo su promesa de seguir haciendo reír incluso aunque tengas el peor de tus días, gracias a la adaptación de Zenón Recalde y la dirección de la versión española de Sean Turner a partir del texto de Henry Lewis, Jonathan Sayer y Henry Shields. Bajo la introducción inicial de estar asistiendo a la representación de Asesinato en la mansión Haversham por parte de una compañía amateur de nombre Cornley Polytechnic Drama Society, se esconde un trabajo exquisito que no deja de atropellarnos continuamente con sorpresas cuidadas hasta el más mínimo detalle con las que desde la técnica hasta el decorado, pasando por el vestuario y algunos gazapos de guión forman un regalo para levantar el ánimo y compartir el mejor de los ratos.

Héctor Carballo, Manuel de Andrés, Carla Postigo, Alejandro Vera, Noelia Marlo, Agustín Otón, David Ávila, Fael García, Paula G. Lara, Ricardo Saiz y Avelino Piedad forman la familia artística más divertida jamás imaginada. Cada tropiezo, cada golpe, cada despiste y cada cambio exigido por las maravillosas circunstancias son pura fantasía cómica con la que deleitarse en el patio de butacas.

Cuesta mucho intentar dar una definición exacta de esta obra, en la que la risa es el principal foco de intención de todo el equipo y en la que se intuyen grandes dosis de trabajo milimétricamente diseñado tanto en la parte que ve el público como en las cajas que nos quedan ocultas y en las que debe de haber también buenas historias que contar.

En comparación con la primera temporada de La función que sale mal, la pieza ahora tiene un toque más gamberro y más directo con el público, quien se atreve a dar alguna voz en más de una ocasión con ganas locas de seguir la corriente a las disparatadas escenas que ocurren delante de sus ojos. No sé si será el ambiente acogedor que presenta en Teatro Rialto o las ganas que tenemos de olvidar lo que ocurre en el mundo real pero lo que está claro es que, desde el pasado 1 de octubre, quien no suelte unas cuantas carcajadas ante esta función gafada debería hacérselo mirar.

Con este salto de La función que sale mal de La Latina al corazón de la Gran Vía, Madrid se suma al éxito internacional de éste espectáculo, que se ha representado en más de 30 países, ha ganado importantes premios teatrales y ya ha sido visto por más de 8 millones de espectadores desde su estreno en el West End de Londres en 2012. A nuestro país llegó con la coproducción de SOM Produce, Nearco Producciones, Cobre Producciones y Olympia Metropolitana y aún aguantará varios meses más en cartelera para continuar provocando risotadas y aplausos inolvidables.

Un grupo de teatro amateur en el estreno de su obra de misterio, en la que como el propio título sugiere, todo lo que puede salir mal… ¡sale mal! Los actores, propensos a los accidentes, luchan contra todas las adversidades hasta la bajada final del telón, con unas consecuencias divertidísimas.

Amanda H C

Héctor Carballo

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