La Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán se ha llenado de magia hasta el próximo domingo 6 de mayo con una obra que concentra la historia de una pareja en consonancia con la teoría de los universos paralelos. Si no te hubiese conocido se presenta bajo la firma y dirección de Sergi Belbel y ofrece una perspectiva caleidoscópica en la que refugiarse durante algo más de hora y media.
Hasta aquí la intención primigenia que suponemos traía este montaje, puesto que enseguida nos damos cuenta de que el cuento del matrimonio perfecto se rompe con la misma facilidad con la que como espectadoras nos aburrimos intentando disfrutar. En un intento atópico de deslumbrarnos con aventuras románticas y universales, nos damos cuenta de que un texto tan equilibrado se convierte en peliculero gracias a una actuaciones que arañan la indignación. No entendemos cómo es posible que dos protagonistas tan potentes en talento y belleza actoral echen a perder una obra que se podría degustar con todos los sentidos y que, por pura cabezonería por querer luchar a ver quién da mejor plano en escena, se acabe convirtiendo en un cuento ñoño y sin sentido.
A los 20 minutos de empezar, ya estábamos más interesadas en los personajes secundarios de Ana Cerdeiriña y Óscar Jarque que en el transcurso de la historia principal. La antiquímica son Unax Ugalde y Marta Hazas. Fingidos, pretenciosos y con muy poco tacto hacia el espectador. La idílica y falsa valentía de esta pareja ensancha el camino hacia chistosos playback y falsos guitarreros que perturban más que alegran, acompañados de grandilocuentes actuaciones a modo de discursos competitivos en acción. Pasa algo detrás del telón y si no ocurriese nada, sería aún peor porque la desgana y la decadencia en escena se palpan en cada minuto que pasan juntos, acompañados de proyecciones que no aportan nada y enclaustrados en una escenografía vacía y agobiante.
A un tema tan manido y maniatado le falta una botella entera de oxígeno para intentar sobrevivir en el escenario del Valle-Inclán. La única boqueada que da es, acaso, el cambio de perspectiva. Pero ni con eso consigue asomarse a la superficie. No alcanzamos a imaginar qué hubiera pasado si no hubiésemos ido a ver esta obra. No puede imaginarse porque nuestras vidas seguirían siendo exactamente iguales. Bueno no, quizás algo más felices si hubiésemos aprovechado ese rato en cualquier otra sala madrileña.
Si no te hubiese conocido es una producción del Centro Dramático Nacional y Octubre Producciones que cuenta con el trabajo de Max Glaenzel (escenografía), Kiko Planas (iluminación), Lupe Valero (vestuario), Ana Villa y Joaquí Valmorisco (música), Emilio Valenzuela (dLux – videoescena), Anna Gil (ayudante de escenografía), Paula Castellano (ayudante de vestuario), Antonio Calvo (ayudante de dirección), Nadia Corral (dirección de producción) y Fabián Ojeda (producción).
¿Nuestras vidas están predeterminadas por un destino o somos nosotros quienes, con las decisiones que vamos tomando, acabamos definiendo la senda de los acontecimientos? ¿Existe una línea preestablecida o, por el contrario, el futuro sólo se va dibujando a medida que elegimos una u otra opción en nuestras vidas? ¿Si pudiéramos viajar hacia atrás en el tiempo y cambiar aquella decisión que tomamos en un momento determinado, seríamos los mismos que en la actualidad o esas otras elecciones nos habrían convertido en personas distintas? ¿Existe realmente una realidad paralela para cada una de las decisiones que hemos desestimado en la vida? Eduardo, hombre de negocios, muy enamorado de su mujer Elisa, provoca involuntariamente una tragedia. Óscar y Clara, sus mejores amigos, intentan ayudarle infructuosamente. Para superar su trauma, Eduardo se introduce en un laberinto de pensamientos confusos y caóticos y consigue viajar hacia atrás en el tiempo. Su objetivo es reencontrar a Elisa viva e intentar, por todos los medios, evitar conocerla para, así, borrar la tragedia de su futura y traumática pérdida.
Más teatro