La corrupción en nuestro país ha llegado a unos límites tan insospechados que el teatro tiene que sobrepasar también algunas fronteras, para representar un tema tan actual y litigioso. Iberian Gangsters es el mejor de los ejemplos, ya que es una obra que se presenta en tono de comedia musical, en El Pavón Teatro Kamikaze, cantando a capela numerosos casos de putrefacción política.
Julio Salvatierra se ha encargado de escribir un texto que no resulta ser una biografía exacta de ningún caso, sino que es una visión familiar, inspirada en una pareja real española, en la que la ficción la pone su hija, gran promesa del partido que cree en la honradez de su padre. El efecto naturalista está desgastado en el descubrimiento y caída de la figura del padre, acompañado de rupturas musicales. Todo con un toque festivo con 12 escenas que conforman este musical nada al uso.
En la dirección está Álvaro Lavín, quien confesaba que han llegado para provocar; “para provocarnos a nosotros mismos y al espectador”, para hacernos preguntas como qué está pasando, qué haríamos nosotros en su lugar o cuáles son las razones de realizar estas acciones fraudulentas y de que nosotros nos estemos acostumbrado demasiado.
Los actores Clara Alvarado, Miguel Gamero, Chani Martín, Eva Martín, Xavi Melero e Iván Villanueva componen un grupo de personajes que mezclan amor, política, idealismo, ambición y música de Alberto Granados. Todo un balance de la situación actual que rebasa ya la condición política, llegando con un toque humano y lleno de desazón.
La sátira esta presente en esta producción de la compañía Meridional Producciones. Tras su paso por Almagro, Málaga y Valencia, el estreno en Madrid tendrá lugar el 1 de julio en La Sala de El Pavón Teatro Kamikaze y se podrá disfrutar hasta el día 30 del mismo mes. Completan el trabajo Luis Perdiguerro en iluminación, Elvira Ruiz Zurita en videoescena, Lupe Valero en vestuario y Sonia Sanz Vivas en la realización técnica.
Un maduro político, exministro, aficionado a cantar, está a punto de ser juzgado con altas probabilidades de ir a prisión. Desde sus comienzos en el partido comunista, pasando por el socialismo hasta arribar a la derecha conservadora, han pasado cuarenta años. Cuarenta años compartidos con su mujer, alto cargo en diversas instancias de la política cultural, y con su hija Amanda, ferviente admiradora suya, militante y joven promesa en el partido. Rafael Velasco no se arrepiente de nada. Todo lo que ha hecho lo ha hecho porque había que hacerlo. Y no ha hecho nada que no hayan hecho otros muchos.
Fotografías realizadas por Cristina Alonso Pascual. Galería completa aquí
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Pienso que es una obra de actualidad en la política y en el obrar en los países de occidente
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