En el teatro todo responde a una pregunta que alguien se ha hecho. Como los mapas.
Tras su estreno absoluto en el Teatro Calderón de Valladolid el pasado 2016, El cartógrafo llega a las Naves del Español en Matadero Madrid, del 26 de enero al 26 de febrero, protagonizada por Blanca Portillo y José Luis García-Pérez y con la dirección y dramaturgia de Juan Mayorga, quien pone en escena una trama ambientada en Varsovia, con el horror del Holocausto de trasfondo y la intención de recuperar la memoria de la injusticia.
La Sala Fernando Arrabal del Matadero acoge este montaje cuyo autor ha descrito como un viaje inspirador y que comenzó con su propia experiencia en la ciudad de Varsovia. A partir de la casualidad, ha creado un texto dramático a la vez que histórico, y que lleva por subtítulo Varsovia, 1: 400.000. Esta obra habla de ausencias y de la presencia del mal y del dolor de una forma actualizada, intentando “luchar contra la dictadura del presente”, según explicaba García-Pérez en la rueda de prensa. “Creo que el pasado debe acompañarnos y debe ser resuelto para poder vivir de una manera plena el presente”.
Concebido, originalmente, como un espectáculo que defenderían 12 actores, El cartógrafo se ha organizado en escenas organizadas por duelos. Su dramaturgo y director expresaba que “jamás hubiera creído razonable llevar la obra a escena sólo con dos actores si no hubiera sido por Blanca y José Luis”. Con este montaje, Mayorga resalta los mapas “a modo de elemento para dar visibilidad”, llenos de caminos ocultos, memoria escondida y como contenedores de trazos peligrosos.
Teatro y mapa significan lo mismo en una producción cuyo tratamiento visceral parte de cuestiones inconclusas sobre las que ir reflexionando, pues la apuesta segura es, en palabras de Mayorga, que “la memoria de la injusticia es nuestra mayor arma de resistencia contra viejas y nuevas formas de dominio del hombre por el hombre”. A su lado, Portillo afirmaba que esta función es, al igual que el teatro, algo “necesario ya que es importante para los ciudadanos porque sugiere muchas preguntas”.
El cartógrafo viene presentada por Avance Producciones Teatrales S.L., Entrecajas Producciones Teatrales S.L., y García-Pérez Producciones con la colaboración del Teatro Calderón de Valladolid. Madrid es la quinta ciudad en la que aterriza, después de estrenarse en Valladolid y de haberse representado ya en Ávila, Zaragoza y Sevilla.
“Esta es una leyenda que hemos inventado nosotros pero es una leyenda en la que creemos. Una historia, verdadera o no, merece la pena si nos provoca algo”. El objetivo es “que no se imponga el olvido, que la muerte no tenga la última palabra”, concluía Mayorga, junto al deseo unánime de que quizás, cuando salgamos de ver El cartógrafo, queramos dibujar nuestro propio mapa. Al final y al cabo, sólo hay que mirar, escoger, representar.
En la Varsovia de nuestros días, Blanca oye la leyenda del cartógrafo del gueto. Según esa leyenda, un viejo cartógrafo se empeñó, mientras todo moría a su alrededor, en dibujar el mapa de aquel mundo en peligro; pero como sus piernas ya no lo sostenían, como él no podía buscar los datos que necesitaba, era una niña la que salía a buscarlos para él. Blanca tomará por verdad la leyenda y se lanzará a su vez, obsesivamente, a la búsqueda del viejo mapa y, sin saberlo, a la búsqueda de sí misma. El cartógrafo es una obra –un mapa- sobre esa búsqueda y sobre aquella leyenda.
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