Joseph Gordon-Levitt vuelve a la pantalla grande como protagonista de Snowden, la nueva película del director Oliver Stone, tres veces ganador del Oscar, acompañado en el guión de Kieran Fitzgerald, basado en los libros The Snowden files de Luke Harding y Time of the octopus de Anatoly Kucherena. Snowden se presenta como una dramatización de sucesos y seguramente aún tengamos en la memoria la noticia fresca del personaje central que aquí se expone, admitiendo unos hechos y creando a partir de ellos una buena historia que contar, a partir del 14 de octubre en los cines españoles.
Edward Snowden queda presentado en esta película como “una de las figuras más controvertidas del siglo XXI, el hombre responsable de lo que ha sido descrito como el mayor atentado contra la seguridad en la historia del NSA de EE.UU.”. Lo cierto es que esta historia nos acerca una visión aún más directa, si cabe, después de su presencia en tantas noticias a nivel mundial. Una buena presentación y un buen desarrollo hacen de Snowden un film al que acercarse a saber más pero sobre todo a conocer al hombre que hay detrás de esta figura tan extendida.
Los principios personales de este personaje y su moralidad se ponen encima de cualquier conveniencia social o patriótica, reflejados por un Gordon-Levitt aclamado y astuto en su papel. Sin desbordarse, consigue dar la humanidad necesaria para ir más allá y demostrar de lo que es capaz en pantalla grande. Consiguiendo un enorme parecido al original, con él nos logramos trasladar de un año y de un lugar a otro como testigos fieles y cautelosos antes de juzgar ningún hecho. Las causas y las explicaciones son expuestas para que el público se enfrente a ellos y ahí precisamente está la astucia de esta película.
La habilidad del director para volver a poner sobre la mesa un tema tan conocido, expandido y sobre todo criticado, resulta acertada en una película quizás demasiado larga, que desemboca en un final bien tratado, sin sorpresas y sin mayor complicaciones, ya que su decisión pasaba por “explorar lo que estaba pasando en la mente de Ed,”, preguntarse “qué le hizo hacerlo público” y si “conocía las repercusiones personales que tendría”. Por su parte, el protagonista declaraba haber comenzado su trabajo de transformación en Snowden con “respetar lo que ha hecho. En lugar de demonizar a Edward Snowden, tratando de entender por qué hizo lo que hizo”. Con Snowden el público asiste a una aventura a través de todo el planeta, a un laberinto entramado de información bien trazada y a una auténtica historia que puede hacer replantearnos lo que conocíamos hasta ahora sobre un hombre que ha sido capaz de cambiar una parte de la historia de nuestro siglo.
Snowden completa su reparto con Shailene Woodley, Scott Eastwood, Joely Richardson, Zachary Quinto como el periodista Glenn Greenwald, Melissa Leo como la documentalista Laura Poitras, Tom Wilkinson como el periodista Ewen MacAskill, Timothy Olyphant como agente de la CIA y Rhys Ifans como agente de inteligencia de alto nivel. Nicolas Cage interpreta a un experto en informática marginado en la NSA. Los productores son Moritz Borman, Eric Kopeloff, Philip Schulz-Deyle y Fernando Sulichin, el director de fotografía Anthony Dod Mantle, el diseñador de producción Mark Tildesley y los editores Alex Márquez y Lee Percy. El diseño de vestuario es de Bina Daigeler y de la música se ha encargado Craig Armstrong y Adam Peters. Como curiosidad, es el primer largometraje de ficción de Oliver Stone filmado en su totalidad con cámaras digitales.
Cuando Edward J. Snowden desveló los documentos del programa de vigilancia mundial secreto de la NSA, abrió los ojos del mundo y cerró las puertas de su propio futuro, renunciando a su carrera, a su novia de toda la vida, y a su patria.
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