¿Alguna vez has viajado y sentido que aquel lugar nuevo y desconocido que pisabas sería trascendental en tu vida? ¿Has imaginado grandes historias a cada paso que dabas? ¿Has sentido una fuerte conexión con alguna persona que por los avatares del destino ha terminado apareciendo en tu vida de la forma más inesperada? En una vorágine de posibilidades, lugares a los que ir, opciones que tomar, y personas que pasan por delante de nuestros ojos, todos los cineastas han tenido que enfrentarse a esa gran pregunta de respuesta binaria antes de realizar su primera película, ¿me lanzo?
Maite Vitoria Daneris lo hizo, y su resultado ya tiene nombre, El lugar de las fresas, una película documental cuyo éxito se hace presente en cada nuevo país que recorre, llegando a ser preseleccionada a los Premios Goya 2016 a la Mejor película documental.
Turín, una ciudad al norte de Italia contempla cada mañana la vida concurrente en su mercado de Porta Palazzo, donde se encuentran a diario miles de personas, cada uno con su propia historia reservada, esperando que alguien la saque a la luz. Esto es lo que sucedió cuando la cineasta española Maite Vitoria, tras acabar su carrera, se estableció en la ciudad italiana. Y aunque todo comenzó con una idea diferente, al final Porta Palazzo se encargó de unir a esta directora con el que sería una de las aventuras más fascinantes de su carrera.
Lectores y lectoras de Duas, os damos la bienvenida a El lugar de las fresas.
DUAS: ¿Durante cuánto tiempo se ha gestado este proyecto?
MAITE VITORIA DANERIS: Pues en febrero de 2006 (van a hacer ahora diez años) fue la primera escena en la que encontré a Lina. Para mí ese es el momento en el que empieza. En abril de 2013 di por cerrada la película (montada), o sea que ha sido un período de siete años de producción de la película.
D: Comentaste en una de las proyecciones de la película que todo había comenzado como un cortometraje, ¿es correcto?
M.V.D.: Sí, era un cortometraje que yo estaba preparando sobre la transformación de la plaza del mercado. Me dijeron que esa noche iba a ser la última que el mercado fuese a estar como siempre, porque al día siguiente comenzaban las obras. Entonces, fui a las dos de la mañana para grabar la plaza vacía y ahí fue cuando empezó toda la historia.
D: ¿Fuiste acompañada?
M.V.D.: Sí, fui acompañada de un amigo porque Porta Palazzo es una zona en la que no sucede nunca nada, pero de noche a esas horas y con una cámara, hay que ir con atención.
D: ¿Los materiales que has empleado eran todos de tu propiedad o fueron alquilados? ¿Te los cedió alguna empresa a la que presentases un dossier del proyecto?
M.V.D.: Yo soy la productora y la directora de la película y he buscado el dinero para hacerla. Es una película con un bajo presupuesto para un trabajo de siete años, el dinero lo invertí todo en el material. Compré la cámara propia, el trípode… Cuando tienes que grabar durante siete años alquilarlo saldría muy caro, y que te lo preste alguien no es posible, entonces sí, lo compré, era mi propio material.
D: ¿Cuánto estimas que has podido gastar en la película?
M.V.D.: No hay un precio. En material, el transporte, la gasolina, o sea la producción, no hay una cifra porque son siete años de trabajo, muchas veces he ido a ver a los protagonistas pero no he grabado. La película ha tenido dos subvenciones una a la producción y otra a la postproducción de un fondo regional del Piamonte, que han sido de gran ayuda para poder realizar esta película, aunque hayan sido pequeñas cifras respecto a un trabajo de tanto tiempo.
D: ¿Al ser directora y productora tuviste algún tipo de sueldo? ¿Vivías de otras cosas? ¿El beneficio que le sacas a la película será la recaudación en taquilla y los premios?
M.V.D.: Si echamos cuentas, son diez años de trabajo, siete duró la producción, pero llevo tres distribuyéndola y eso es otro trabajo, llevo diez años dedicada sólo a esto y trabajando en otros trabajos para poder vivir ahí y hacer la película ahí, con lo cual, invirtiendo en la película. Este tipo de producciones hechas en este modo la retribución sobretodo es personal, y profesional. A nivel económico, nos encontramos en un sistema y un mercado el del cine documental dónde es complejo realizar un trabajo y que sea recompensado, sobre todo si es cine de observación que conlleva muchos años de realización. La experiencia de realizar esta película es sin duda la mayor retribución.
D: ¿Qué fue lo que te impulsó a grabar una película? ¿fue el personaje de Lina? ¿una motivación propia, una idea que se te apareció de repente y viste el momento idóneo? ¿o tenías ya pensado hacer un largometraje sobre el mercado?
M.V.D.: Fueron sucediendo pequeñas y grandes cosas que se fueron poniendo como a favor. Yo llegué a Turín por un viaje de una semana, acababa de licenciarme en Bellas Artes en España y fue el viaje de fin de carrera que mis padres me regalaron por haber sacado buenas notas, así que fui una semana a ver a una amiga allí. Cuando vi el mercado pensé “este lugar es ideal para grabar un corto”, entonces volví a España, cogí la cámara y me volví a marchar. Mi idea era estar un mes haciendo un cortometraje documental sobre el mercado y ahí descubrí que había muchas oportunidades para hacer otros proyectos, como por ejemplo el proyecto Leonardo, entonces vine aquí, pedí la beca Leonardo, me la dieron y me fui para allí seis meses. Se fueron alargando las cosas y encontré a Lina. Pensé que ella era un buen personaje para otro corto más, pero ese corto fue creciendo. Digamos que se ha ido transformando todo, pero yo no lo tenía pensado desde el principio así. He ido siguiendo esta historia con mi intuición, mi tiempo y mi formación.
D: ¿Qué viste en Lina? En tu proyección dijiste que tú no la habías elegido a ella sino que ella te había elegido a ti.
M.V.D.: Es bonito explicarlo, yo puse el encuadre en el mercado y ella entró en el encuadre, por eso digo que ella me eligió a mí. Pero yo decidí hacer una película sobre ella porque fui conociéndola. Hubo un período como de unos dos años en los que yo iba todos los días al mercado, a su casa, a veces grababa a veces no, sin saber si había material e historia para una película, porque yo sabía que ella era un gran personaje pero no quiere decir que tengas una historia. Lo primero que me cautivó de ella fue ver a una mujer que llega a las dos de la mañana a un mercado sola, que conduce, que monta su puesto sola, que trabaja y luego se va al huerto. Fueron cosas que se pusieron en el mismo orden, para que lo demás sucediera. Ese mismo año, acababa yo de llegar a Turín y fue la primera vez que crearon una subvención para los documentales. Parecía que estuviese escrito.
D: ¿A la hora de trabajar con Lina y su marido, esa inmersión en sus vidas, ellos sabían lo que tú tenías pensado hacer?¿Cómo reaccionaron cuando les dijiste que estabas haciendo una película sobre ellos?
M.V.D.: Yo al principio no tenía claro que iba a hacer una película sobre ellos, entonces comencé creando una relación con ellos de amistad, y poco a poco fui entendiendo que me interesaba contar sus vidas como agricultores. Fui grabando cada vez más, y explicando que quería hacer una película, pero no hubo desde el principio una idea clara. Fue una relación que fue creciendo y yo comprendí lo que quería hacer.
D: ¿Hubo un guión o grababas según las cosas iban sucediendo? ¿Había ya ciertas cosas preparadas?
M.V.D.: He estado con ellos siete años y todos los días iba al mercado, alquilé una casa cercana. Para hacer un documental de este tipo hay que militar mucho en el lugar. Tenía una relación muy intensa con ellos, diaria y cotidianamente, entonces yo misma intuía algunas cosas que había que grabar y les avisaba pidiendo que no hiciesen algo hasta que yo llegase.
Ellos seguían su vida y yo he ido grabando la naturaleza de la propia vida. Nunca les dije “hay que repetir esta escena”, todo lo que se ve en la película está grabado tal cual.
D: ¿Cuántas horas de brutos hay en total?
M.V.D.: Pues unas trescientas y pico, cuatrocientas horas de grabación.
D: Y todo ello reducido a 90 minutos ¿Cuánto tiempo duró el montaje?
M.V.D.: En el montaje hubo varias fases. En la primera reduje las cuatrocientas horas de material a ocho de pre-montaje, ese trabajo duró un año más o menos y lo hice yo sola. La segunda fase la hice con un montador profesional Renato Sanjuan, yo me vine a Madrid y estuvimos montando la película con esas ocho horas durante unos dos meses y medio, fue intensivo, todos los días desde temprano hasta por la noche sin contar los fines de semana. Después de eso me fui a Turín con la película y la postproducción final lo hicimos allí con Mirko Capozzoli. El proceso total habrá durado dos años.
D: ¿Cómo ha sido la distribución de la película durante estos tres últimos años?
M.V.D.: La estrenamos en noviembre de 2013 en el TORINO Film Festival y ganó dos premios colaterales como el de mejor película documental y a partir de ahí habré hecho unas cuarenta proyecciones de la película entre festivales, cines, salas alternativas de Italia, Francia, Marruecos y España. Esto conlleva que tienes que ir a presentarla a los festivales. Siempre he estado presente en todas las proyecciones. Si la sala no permite que haya un coloquio posterior yo me salgo a la calle y ahí el público me pregunta lo que quiere. Me gusta mucho ver cómo reacciona el público con la película.
D: ¿Tienes pensado seguir distribuyendo la película por otros países?
M.V.D.: Me encantaría. Ahora mismo estoy buscando una distribución profesional. Yo lo que he estado haciendo ahora es difundir la película por festivales, pero yo no soy una distribuidora. En este momento estoy hablando con distribuidoras para saber cómo se podría distribuir esta película para que llegue a cuantos más lugares y más lejanos mejor. Mucha gente me ha dicho que funcionaría muy bien en Sudamérica, en EEUU, los países nórdicos, China, Japón… Para eso la película necesita una distribución internacional.
Para mí han sido más duros los tres años que llevo distribuyéndola que los siete de la producción, porque eso no es lo que yo quiero hacer, lo he hecho porque había que hacerlo. Es muy difícil, los documentales tienen un camino muy duro, pero yo lo he conseguido.
D: ¿Cómo llevan Lina y los demás personajes el éxito? ¿No resulta abrumador?
M.V.D.: No, ha sido preciosa la relación que ha tenido la ciudad de Turín con la película. Lina tiene un puesto en un mercado, y hay gente que ha ido al mercado sólo para verla a posta.
D: Imagino que esto además le habrá supuesto un gran cambio económico, ¿no? Ahora todo el mundo querrá ir a su puesto a comprarle las verduras a ella.
M.V.D.: Sí, la semana que estrenamos la película yo fui al mercado y estaba todo lleno de una masa de gente alrededor del puesto de Lina.
D: ¿Durante la película era Hassan quien ayudaba a Lina en el negocio, pero quién lo hace ahora?
M.V.D.: Hassan tuvo este año a su segundo hijo y está en Marruecos con su familia. Ahora hay un primo suyo ayudando a Lina.
D: ¿Cuáles son tus futuros proyectos? ¿Siempre has trabajado el documental o también has hecho cine de ficción?
M.V.D.: Siempre documental. Tengo otros dos proyectos ahora que estoy escribiendo, uno sobre mi familia y otro sobre uno de los últimos combatientes de la Guerra Civil española, que está exiliado en Francia, yo llevo tres años en los que voy de vez en cuando a entrevistarle. Es una película documental sobre derechos humanos.
D: ¿Vas a grabarlo con la misma técnica que El lugar de las fresas? ¿Trabajarás en solitario o con un equipo?
M.V.D.: En este caso, vamos a rodarla este verano, con unas semanas planificadas para la grabación. Es otro tipo de proyecto. Quiero trabajar con un equipo. Además, él tiene la historia dentro de sí mismo y hay que sacarla. En el caso de la historia de El lugar de las fresas yo encontré el personaje y la historia se fue creando.
D: ¿Cuándo empieces más intensamente con estos nuevos proyectos, dejarás El lugar de las fresas apartado? ¿Pretendes seguir con el mismo ritmo o te das por satisfecha?
M.V.D.: Cada día recibo muchos e-mails de la gente que me pide la película, entonces seguro que voy a seguir proyectándola, no la voy a dejar de lado. Lo que sí quiero es que la distribuya alguien profesional para poder yo dedicarle tiempo a estos nuevos proyectos.
D: ¿En qué ciudades de España ha estado la película?
M.V.D.: Sólo en Madrid. Queremos hacer un planteamiento de distribución y hacer una gira por toda España.
D: ¿Cómo llevas las críticas? ya sean del público o de los medios de comunicación.
M.V.D.: Me considero afortunada porque todas las críticas son muy buenas tanto de críticos cinematográficos, que han hecho varias en Italia, como de personas importantes mediáticamente, como Roberto Saviano quien la han calificado como obra maestra. Luego, el público llenando las salas y con los comentarios en los debates desde mi opinión son las mejores críticas. Alguna vez ha sucedido que alguien comenta que le hubiera gustado ver más algún aspecto, pero para mí eso no son críticas, sino aportaciones.
D: En una industria en la que predomina la mayoría masculina, una directora, sacando adelante su película ¿cómo se lo toma la gente?, ¿te felicitan?, ¿se lo toman como algo normal?, ¿crees que estás abriendo puertas a futuras directoras?
M.V.D.: Es curioso porque si buscas “directora de cine” en Google te aparecen todo hombres y un foto pequeña de algunas de las directoras más famosas. Más que mujer u hombre, estoy demostrando que cuando uno cree en sus sueños los puede conseguir, los puede realizar, independientemente de que no haya aún un sistema de financiación para las películas documentales. Creo que más que el demostrar que una mujer lo puede hacer, es que todos tenemos la posibilidad de poder hacer una película sin medios y siendo tu primera película, con sobretodo mucho tesón y esfuerzo, y pasión.
D: ¿Crees que te beneficia el hecho de ser mujer a la hora de promocionarte en los medios?
M.V.D.: Me han tratado igual.
Han hecho alguna nota de prensa en CIMA (Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales) que ha resaltado que sea mujer. Creo, (al menos por mi experiencia) que hay más atención a este aspecto aquí, para crear esta igualdad en la profesión. En los medios el trato es el mismo, creo que lo importante es el trabajo que haces y que haya igual de oportunidades en el cine independientemente de si eres mujer o eres hombre.
D: ¿Aceptaron bien en Italia que una extranjera metiese la cabeza en su cine? ¿Has tenido competencias?
M.V.D.: En Turín ha tenido muy buena acogida, ha sido incluso un beneficio ya que, que una extranjera contara una historia del mercado de Porta Palazzo les ha llamado mucho la atención. Yo no lo he vivido como una competencia, somos pocos los realizadores de documental y nos conocemos todos y todas, es casi una pequeña gran familia en Turín, hacemos cosas diferentes y nos apoyamos unos a otros.
Nosotros desde Duas viajaremos en nuestra memoria al embriagador aroma concurrente en la sala del cine con sabor a palomitas y a fresas.
Bonita entrevista….felicidades por contarnos todo lo q rodea a esta película documental
Me gustaMe gusta