Hace dos meses hablábamos en Proyecto Duas de la dramaturga contemporánea de Lola Blasco, directora, escritora, actriz y profesora, y del reconocimiento que por parte de la crítica estaba teniendo.
Hoy tenemos el placer de entrevistarla para acercarnos más a su filosofía, en la que lectores y amantes del teatro encuentran una luz revolucionaria dentro de la dramaturgia de este empiece de siglo. A propósito de la agenda teatral de este mes, destacamos su trabajo este mes de abril en Microteatro, en una obra titulada El comité de expulsión, con texto y dirección de de Aida Argüelles.
Microteatro, quizá una de las modalidades en auge… Desde tu perspectiva, ¿cómo observas la escena teatral española?
Sin duda en los últimos años la oferta teatral se ha incrementado de forma notable, a lo que en parte han contribuido este tipo de espectáculos de pequeño formato o el surgimiento de nuevos espacios dedicados al hecho escénico. Me parece que vivimos un momento de explosión creativa, algo que podría ser muy positivo pero, lamentablemente, esta explosión creativa ha llevado aparejada unas condiciones cada vez más precarias para los trabajadores de este medio y una menor profesionalización de los espectáculos. El hacer teatro en casas o salones era también muy común en el siglo XIX y aunque ahora nos parezca muy novedoso es algo que ha existido siempre. Me parece maravilloso y enriquecedor. Que existan lugares como Microteatro, La pensión de las Pulgas o Sexto Derecha, hacen crecer el tejido cultural de la ciudad a través de una relación directa con el público. No obstante, la gran oferta que tenemos en este momento no debe enmascarar la necesidad de que las instituciones públicas apoyen también un teatro de investigación y unas condiciones dignas de trabajo para los que nos dedicamos a esto algo que, desgraciadamente, no sucede. Para que el teatro avance, se necesitan también de procesos largos de ensayo que faciliten la investigación. Las residencias y becas a los creadores podrían ser una posibilidad, pero en este momento son un bien escaso. De momento, lo paso genial en Microteatro junto a Aída Argüelles, Ángela Boix y Elena Juarez.
Hace poco corría el rumor de que el gobierno en vistas a las elecciones iba a bajar el impuesto del 21% de IVA cultural y hay un gran debate en la calle acerca de todo esto ¿qué opinas del trato político que se le da a la cultura en éste país?
La cultura no es un tema que haya interesado al gobierno actual. Eso es evidente. El trato que se ha dado a la cultura en los últimos años ha sido criminal. Creo que va a ser muy difícil recuperar lo que este gobierno ha destrozado. La cultura es un bien de todos, y el gobierno ha querido apoyar la privatización igual que ha hecho con la Educación o la Sanidad. Creo que debemos defendernos de gobiernos que mercadean con el patrimonio del pueblo.
Háblanos un poco de ti, Lola Blasco, detrás del teatro. Se dice que en la Posmodernidad es difícil diferenciar entre tanto juego de máscaras la verdadera esencia/identidad de las personas. ¿Detrás y delante del telón, como es la vida?
Soy una persona sencilla, bastante tímida. Además de hacer teatro doy clases en la Universidad y es un trabajo que disfruto muchísimo. Mi otra gran pasión es la música.
¿Dónde empieza tu trayectoria como dramaturga?
Empezó en la Real Escuela de Arte Dramático. Me decidí a realizar estos estudios después de descubrir que la mayoría de papeles que me llegaban cuando estudiaba interpretación no me interesaban lo más mínimo. Como actriz me sentía muy condicionada por el físico y además, por alguna razón, a mí mi cuerpo siempre me ha resultado algo ajeno. Yo quería hacer de Ricardo III, pero me ofrecían Lady Ana. La escritura me ha permitido deshacerme de la barrera de mi propio cuerpo.
Directora, escritora, fundadora de la compañía Abiosis, actriz, profesora, madre, etc. ¿De dónde sacas tanta energía y creatividad?
Cada una de las facetas que desarrollo me ayuda con las demás. Soy todas esas cosas al mismo tiempo. Mi trabajo es una forma de vivir y una forma de colocarme en el mundo. Soy una persona muy curiosa y me mueve el deseo de aprendizaje en todo lo que hago. Mi pequeña me ha ayudado a buscar una mirada infantil sobre el mundo, ahora desde la madurez.
Con Los Hijos de las nubes se nos retrata ese nihilismo existencialista, esos ojos cerrados de la sociedad española, esa herida y huella del pasado y ese contenedor vacío que hoy es la democracia. A través de la historia del Sahara, un relato sin duda molesto, cuanto menos interesante, referente y de la mano a la filosofía de Walter Benjamin. ¿Es justo este acercamiento sobre esta obra?
Creo que hiciste un acercamiento muy generoso. Yo sólo añadiría que la obra habla también de la importancia del testimonio, de entender la escritura como testimonio, para que no se pierda aquello que iba a quedar en el olvido. No tengo grandes esperanzas en el presente, pero sí creo en el futuro. Y el testimonio es importante para construir futuro.
¿Puedes hablar de proyectos futuros?
Entre mayo y junio tendré dos versiones en cartel. La adaptación de la película Hard Candy en el Centro Dramático Nacional dirigida por Julián Fuentes y la versión de La señorita Elsa de Artur Schnitzler, que estrena José Luís Saíz en Sexto Derecha por primera vez en España. Pero entre todos los proyectos estoy especialmente entusiasmada con la investigación a partir de la obra que escribí el verano pasado, Siglo mío, Bestia mía. Codirijo esta obra junto a Rubén Cano y el diálogo que se está produciendo no podía ser más interesante. Es una obra que parte de mi experiencia personal para reflexionar acerca de los tiempos que estamos viviendo. Habla de cómo no perder el rumbo en un tiempo de catástrofes. Tras la esperanza que supuso la primavera árabe y marcado por la crisis económica, nuestro tiempo ha desembocado en la violencia, en las decapitaciones públicas, en el terror por el terror. La obra trata todas estas cuestiones, pero ante todo habla de la necesidad del amor, del anhelo de consuelo en el Otro. De alguna manera, lo que se pretende con Siglo mío, Bestia mía, es analizar hasta qué punto los universos privados dan cuenta de una época y cómo los mecanismos del capitalismo operan a pequeña y a gran escala en nuestras relaciones personales, en el amor, en los conflictos, en la religión y en la organización del mundo.
La entrevista con Lola Blasco es muy interesante, Es una mujer múltiple en su hacer,en su forma de pensar este tiempo que estamos viviendo, Un gobierno que no le interesa la cultura. El interés que ella siente por el teatro, como actriz, escritora y investigadora,.Me gusta cuando dice que la escritura debe ser testimonial, para no olvidar lo relevante de la época, para que permita construir futuro,Su obra sobre»Siglo nuestro Bestia mía» , es digna de ser vista o leía , donde expresa nuestra tragedia como país y la necesidad del amor , y el consuelo en el otro.Es tan profundo lo que dice que se podría seguir escribiendo…-….
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Lola Blasco, toda una expresión de arte y cultura. A los gobiernos no les interesa la cultura , Creo que Jorge Luis Borges tenía razón cuando dijo»!alguna vez mereceremos no tener gobiernos» .
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